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La escucha, el arte y la justicia se unen para fomentar la reparación de víctimas

Uno de los principales retos que ha tenido la justicia transicional en Colombia ha sido la escucha de quienes aceptan sus crímenes y quienes fueron vulnerados. Un proyecto organizado desde la Academia busca restaurar el tejido social al interpretar testimonios de la JEP llenos de recuerdos, llantos y confesiones.

Tomás Tarazona Ramírez
11 de julio de 2024 - 09:21 p. m.
Una estudiante de la Universidad Javeriana interpreta lo que César Lasso, un expolicía secuestrado durante 14 años, hizo en una audiencia de la JEP frente a los excomandantes de las Farc.
Una estudiante de la Universidad Javeriana interpreta lo que César Lasso, un expolicía secuestrado durante 14 años, hizo en una audiencia de la JEP frente a los excomandantes de las Farc.
Foto: Juan Esteban Calderón

César Lasso permaneció mirando al vacío mientras los estudiantes de la Universidad Javeriana interpretaban uno de los episodios más fuertes de su vida: la crónica de cómo sobrevivió un secuestro a manos de las Farc y, tras 14 años de cadenas y encierro, se enfrentó a sus captores para exigirles verdad y justicia. En su cabeza quizá reprodujo, una vez más, los recuerdos de su vida cautivo. O tal vez pensó cómo ese tipo de escenarios artísticos pueden aportar en lograr justicia.

Con la firma del Acuerdo de Paz y la creación de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), varias han sido las apuestas para que Colombia conozca que el arte y la academia se han juntado para lograr la paz en el país. El Espectador conoció una que diseñó Luis Carlos Sotelo, un artista experto en lograr que su público sea más empático al escuchar lo que agresores, víctimas y la sociedad colombiana han testificado en los tribunales de la JEP.

Su último proyecto, desarrollado con estudiantes de artes escénicas de la Universidad Javeriana, consistió en tomar algunos testimonios de exintegrantes de grupos armados e interpretarlos bajo el telón, por ejemplo, al aceptar su responsabilidad frente a varios de los crímenes que la justicia les endilga.

Emiliana Mejía, una de las estudiantes que interpretó la obra artística, dijo a este diario que “para apostarle a la paz hay que hablar de los temas que subyacen la construcción de paz, como la justicia y no hay que olvidar que estamos en un proceso de justicia restaurativa que busca cómo zurcir ese tejido social dañado. Los que interpretamos estos testimonios de la JEP entendimos que se abre el corazón y permite entender que el debate va más allá de quiénes son los buenos y quiénes los malos y es más profunda que la fría sala de un tribunal”.

El proyecto de Sotelo también ha sido interpretado en Canadá e incluso ha sido publicado por el Banco de la República en un intento de promover la justicia restaurativa entre los colombianos.

“Muchos cuestionan el papel del arte en la construcción de paz y de justicia. El proyecto consiste en escuchar testimonios de la JEP con un enfoque restaurativo. Esto quiere decir que se hace un proceso encaminado a reconstruir la capacidad de escuchar al otro en un contexto marcado por la violencia, la impunidad y la polarización”, explica Sotelo.

¿Cómo escuchar puede construir paz? Sotelo asegura que escuchar, sin prejuicios, cuestionamientos o discursos políticos, crea una conexión y una responsabilidad entre el que oye y el que habla. “No quiere decir que se esté de acuerdo con los relatos de quienes hablan, pero hay una identificación con el otro, y eso construye paz y sobre todo justicia”.

Por los estrados de la JEP han pasado más de 6.000 víctimas individuales y al menos 320.000 personas que sufrieron la guerra colectivamente, como grupos afros, indígenas, organizaciones feministas o colectivos LGBTIQ+; la mayoría de ellos contando los efectos de la violencia en sus vidas y cómo se sentirían reparados por la justicia.

“Escuchar construye relaciones. Por ejemplo, si una persona que uno quiere demuestra que no lo escucha, eso nos afecta. Eso mismo sucede para construir paz: las historias de personas impactadas por la violencia crean condiciones entre quien escucha y quien la cuenta, eso nos hace reflexionar, conocer experiencias de dolor, desmontar estigmas y asumir una oportunidad para aprender y cambiar”, dijo el académico a El Espectador.

Otros escenarios

Sotelo asegura que el proyecto que ha encabezado desde hace dos años es un nuevo escenario para construir paz y procurar justicia en el país. Este tipo de propuestas son importantes, pues los hallazgos y decisiones de la JEP son difundidos a través de sentencias muy extensas que usualmente tienen centenares de páginas y audiencias que duran más de 10 horas. Esto, además, no es conocido por los colombianos en su totalidad e incluso, hay regiones del país donde, ya sea por la conectividad o el desconocimiento, la información y las decisiones de justicia nunca se conocen.

Pero para Sotelo, hay otro valor añadido en usar la escucha con enfoque restaurativo: “Un proceso judicial está limitado por formalismos del derecho, que se enfoca en normas violadas, y de la cultura jurídica. Ni la música, ni el testimonio personal hacen parte de estos procesos. Nosotros ideamos un escenario en que el proceso de reconstrucción sea el protagonismo y se enfoque en las personas afectadas y sus afectaciones, en sus emociones y ante todo, en promover la escucha, que es un pilar de la justicia restaurativa, en la sociedad”.

Mientras los magistrados de la JEP continúan en su proceso de esclarecer quiénes fueron los máximos responsables de miles de crímenes, Sotelo considera que este tipo de iniciativas deben seguir desarrollándose. Según su experiencia, crear estos proyectos y asistir a escenarios artísticos de justicia restaurativa, puede aportar en los próximos años a que los colombianos empaticen más con quienes sufrieron el conflicto y, además, crear espacios donde la empatía sea un valor con mayor presencia en la ciudadanía.

“Este proyecto invita a que vivamos un proceso de escucharse mutuamente. Le da un lugar y un modo de escuchar que culturalmente no lo ejercemos y, en lugar de responder con juicios de valor a lo que se dice en los tribunales de la JEP, entendamos que son seres humanos y que fueron personas profundamente impactadas por hechos que dejan heridas irreparables”, concluye Sotelo.

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Tomás Tarazona Ramírez

Por Tomás Tarazona Ramírez

Periodista de investigación con énfasis en conflicto, memoria y paz.ttarazona@elespectador.com

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