No se puede hablar de justicia sin pensar en las personas que, a fin de cuentas, son quienes la necesitan en cada aspecto de su cotidianidad. Desde el acceso a servicios públicos, a la educación o a la salud, hasta tener la certeza de que en caso de ser violentadas o vulneradas, del otro lado habrá respuestas. Sin embargo, aunque parezca un proceso sencillo, en el que se pide y se recibe, la realidad en ocasiones dista de esta ecuación y por mucho.
Por eso, este producto “La justicia centrada en las personas” que se compone de cinco separatas publicadas cada 20 días en la versión impresa de El Espectador, pretende mostrar cuáles son los retos a los que se enfrentan las personas cuando intentan acceder a la justicia, para resolver problemáticas de todos los tamaños, pero también para contar de casos de éxito, que muestran que pensar en justicia no es imposible y que, si varios se unen se vuelve una realidad cada vez más asequible.
Un recorrido que va desde la importancia del trabajo conjunto entre la justicia ordinaria y la justicia étnica, hasta las labores de las Casas de Justicia y los conciliadores, cada nota lo acercará a la realidad local y a las necesidades de los colombianos que pueden ir desde necesitar apoyo para asegurar la cuota de alimentación de un hijo, hasta saber cómo juzgar un asesinato al interior de una comunidad indígena.
Un viaje narrado por las voces que hablan y piden justicia, y que tiene en cuenta a las organizaciones locales e internacionales, a los colectivos y líderes que día a día trabajan para que cada rincón de Colombia sea uno más justo. En esta primera entrega, podrá conocer cómo es que la justicia llega a las personas, así como cuáles son los retos y oportunidades que quedan en el camino.
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