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La justicia gradúa simbólicamente a Tarcisio Medina, desaparecido hace 36 años

La Jurisdicción Especial para la Paz organizó el grado póstumo de Tarcisio Medina Charry, un joven desaparecido en Huila a finales de los 80 y que, tras su secuestro, inició un reclamo de justicia que aún hoy, 36 años después, sigue inconcluso.

25 de septiembre de 2024 - 03:05 p. m.
La familia de Tarcisio Medina esperó más de tres décadas a ver el grado profesional de su allegado, desaparecido forzadamente por la Policía a finales de los 80.
La familia de Tarcisio Medina esperó más de tres décadas a ver el grado profesional de su allegado, desaparecido forzadamente por la Policía a finales de los 80.
Foto: JEP

Era cierto. La justicia colombiana confirmó que a Tarcisio Medina lo desaparecieron y el Estado lo negó durante tres décadas. Sin embargo, después de 36 años, la misma ciudad que lo vio desaparecer forzadamente a manos de la Policía, presenció un grado simbólico, para que su familia, en la Universidad del Sur, recibiera su título póstumo en literatura.

Este martes, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), algunos sobrevivientes del genocidio de la Unión Patriótica, y la familia de Tarcisio Medina, presenciaron la ceremonia como forma de reparación simbólica tras las décadas de violencia y estigma que se dieron luego de la desaparición del estudiante.

En Neiva, Huila, la JEP a través de la Sección de Ausencia de Reconocimiento, organizó un evento para dignificar la memoria de Tarcisio Medina y otorgarle el título profesional que la guerra, la violencia estatal y la desaparición forzada le arrebataron. En el auditorio de la Universidad Surcolombiana asistieron los familiares del joven que, en la noche del 19 de febrero de 1988 desapareció.

El Centro Histórico de Memoria Histórica documentó que tras la desaparición de Tarcisio su familia entró en una espiral de revictimizaciones. Hecho que también fue denunciado por su hermana Paola Medina.

“Sufrieron allanamientos, amenazas y graves afectaciones económicas debido a los costos y el tiempo invertido en la búsqueda”, asegura el informe.

Su mamá, sin embargo, murió sin conocer dónde están los restos de Tarcisio, alguna respuesta o este grado conmemorativo.

Aires de justicia

Con un auditorio lleno de sobrevivientes de la Unión Patriótica, familiares de víctimas de la guerra, magistrados de la JEP y estudiantes actuales de la Universidad Surcolombiana inició el evento que pretendía, según explicó el togado Raúl Sánchez, de la JEP, “hacer un acto de verdad y dignidad. Esto debió hacerse hace muchísimos años, con su familia, colegas y en alegría”.

En el auditorio también estaban 11 siluetas en tamaño real de víctimas del conflicto que, como forma de reparación simbólica, hicieron presencia en el grado, pues la desaparición forzada se los impidió.

En 1988, Tarcisio recién acababa de matricularse en la universidad para completar su sueño de convertirse en un profesional en literatura y lenguaje. Tenía solo 20 años y el semestre académico acababa de iniciar cuando un contingente de la Policía lo detuvo. Requisaron su maleta, inspeccionaron sus documentos y, al finalizar el cateo, encontraron que Tarcisio tenía dentro de sus pertenencias dos ejemplares del Semanario Voz, el periódico comunista que circula desde entonces.

“Tarcisio fue retenido y llevado a las instalaciones de la Policía en una tanqueta de la Fuerza Pública junto con otros compañeros. En la mañana, todos pensaron que él, al igual que los demás, sería soltado, pero nunca más lo volvieron a ver”, dijo en el evento su hermana Paola.

Desde ese día, sus padres y los tres hermanos de Tarcisio emprendieron una búsqueda de su familiar y de justicia, pero ese es un pedido que aún no se ha materializado.

Perdón insuficiente

En el evento la Policía de Huila pidió perdón por haber sido protagonistas de la desaparición de Tarcisio. Este pedido obedece a los fines de verdad y justicia restaurativa de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).

Aunque lo que la sucedió al joven ya se sabe parcialmente, para su hermana, Paola, aún falta el pedido más importante para obtener justicia: conocer el paradero de su allegado.

Según explicó la Comisión de la Verdad en el Informe Final, uno de los mayores anhelos cuando se habla de desaparición forzada es encontrar alguna pista sobre el paradero del ser querido.

Sin embargo, este anhelo es una cuenta pendiente para hablar de justicia, pues de acuerdo con la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD), tan solo se han encontrado cerca de 1.000 personas y poco más de 16 personas halladas con vida. Este es un verdadero reto, pues de acuerdo con las cifras de la Unidad, aún hay más de 111.000 personas que se encuentran reportadas como desaparecidas en el contexto de la guerra.

“Un perdón es muy difícil, y más cuando no está el cuerpo de Tarcisio”, explicó su hermana Paola.

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