Mediación escolar en Montes de María: la forma de resolver tensiones entre jóvenes
Estudiantes de colegio en esta región han sido capacitados por la Arquidiócesis de Cartagena durante meses para enseñarle a la población, que aún vive con los recuerdos de la violencia y los grupos armados, a solucionar sus conflictos a través del diálogo partiendo desde una base: la mediación de conflictos escolares. El proyecto pretende llegar a 16 municipios y formar más de 400 personas.
Tomás Tarazona Ramírez
Un abrazo o un apretón de manos entre los estudiantes de algunos colegios en Montes de María pueden prevenir que una discrepancia, tan frecuente en los jóvenes, se convierta en un conflicto indefinido e incluso en una agresión. Desde hace cinco meses, la Arquidiócesis de Cartagena ha venido capacitando a la población en mediación escolar: una alternativa entre estudiantes para que solucionen sus problemas a través del diálogo y se construya una generación en que el diálogo y la paz predominen.
Con el apoyo de la Agencia de EE. UU. para el Desarrollo Internacional (Usaid), la Arquidiócesis ha enseñado tanto a estudiantes como a profesores de Montes de María a resolver conflictos que, en muchos casos, no pueden encontrar una solución mediante un comité de disciplina o el manual de convivencia de los colegios. La iniciativa pretende que para finales de junio del próximo año haya más de 800 jóvenes que tengan las herramientas y voluntad de diálogo para solucionar los problemas dentro de sus colegios y sus comunidades.
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La mediación escolar es un método de resolución de conflictos impulsado por el Ministerio de Justicia a través de la Caja de Herramientas MRC (Métodos de Resolución de Conflictos) en el que los estudiantes pueden resolver problemas leves como empujones, bullying o sobrenombres, sin necesidad de recurrir al comité de disciplina de la institución.
Cuando se presenta un altercado, cada institución debería tener un mediador escolar que es definido por el Ministerio de Justicia como un “tercero neutral, imparcial e independiente (...) que facilita el encuentro entre las partes que están en discrepancia para que puedan comunicarse efectivamente” y solucionar el problema. En otras palabras, el mediador escolar es prácticamente un árbitro que crea el escenario para que quienes estén involucrados en un conflicto puedan sentarse a hablar y llegar a un acuerdo.
Ramón Ahumada, coordinador del programa de la Arquidiócesis, aseguró a este diario que este mecanismo para solucionar conflictos es importante en los colegios no solo porque crea una generación de jóvenes que le apuesten a resolver problemas con el diálogo, también, explica, hay conflictos que el manual de convivencia o un comité de disciplina institucional no resuelven, ya que suspender y enviar un alumno a su casa o una firma en el observador de la institución no soluciona las tensiones, sólo representa un castigo y no ofrece respuestas al origen del conflicto.
“No vemos el conflicto como algo negativo. El mediador puede evitar y prevenir el conflicto. Puede transformarlo. Los chicos pueden decir: ´vamos a arreglar y dar solución al conflicto´, o también puede aminorar las consecuencias, ya que hay escenario donde ambas partes están muy reacias”, cuenta María Isabel Sepúlveda, comunicadora de la Arquidiócesis.
Diálogo en medio del conflicto
La Arquidiócesis explica que, junto con Usaid, se escogieron 16 municipios de Montes de María debido a la alta vulnerabilidad que los jóvenes enfrentan. Por ejemplo, la Defensoría del Pueblo alertó a finales de 2022 que existía evidencia de “expansión territorial y consolidación de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC)”, también conocidas como Clan del Golfo, en esa región entre Bolívar y Sucre. La selección de los municipios también se hizo teniendo en cuenta aquellas zonas priorizadas por los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), es decir, pueblos y ciudades que sufrieron o sufren la violencia armada y están priorizados para el Estado.
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“Las AGC buscan imponer su dominio sobre los liderazgos sociales, comunitarios, comunales, juveniles y personas defensoras de derechos humanos”, indicó el reporte de Alerta Temprana de esta entidad. Además, la Defensoría señala que los municipios que componen los Montes de María están expuestos al “reclutamiento de jóvenes, instrumentalización de niños, niñas y adolescentes”.
Ramón Ahumada le dijo a este medio que el proyecto de mediación escolar busca, como medida principal, construir paz. “Los municipios seleccionados son aquellos donde el tejido social se ha roto a causa de la violencia; y se busca que los ciudadanos que tienen dificultades de acceder a la justicia no busquen resolver sus problemas con jueces”, sino de una forma comunitaria y colectiva.
El proyecto, aunque está destinado a incidir en 16 municipios, solo funciona en seis actualmente: San Onofre, Los Palmitos y Ovejas (Sucre) y Zambrano, María la Baja y Córdoba Tetón (Bolívar).
A partir de noviembre de 2023 se expandirá el alcance del proyecto. Según la Arquidiócesis, se empezará a trabajar con jóvenes de Cartagena, Carmen de Bolívar, Mahates, San Juan Nepomuceno y San Jacinto (Bolívar) y en Colosó, Chalán, Morroa, San Antonio de Palmitos y Tolú viejo (Sucre).
Ahumada, además, recuerda que en el pasado los conflictos en Montes de María, ya fueran de linderos, de residuos e incluso familiares, eran solucionados por el grupo armado de turno que dominaba la región.
La iniciativa de mediación escolar ya ha sido implementada en otras regiones de Colombia con el fin de que, desde temprana edad, los jóvenes puedan tener herramientas para solucionar conflictos sin necesidad de agresiones o escalamiento.
Hasta ahora comenzó el proceso de la Arquidiócesis para formar una generación de jóvenes que le apuesten al diálogo y la convivencia en Montes de María. Sin embargo, Sepúlveda anota que “los niños son el futuro, al ver que es una zona vulnerable, desde ahí se pueden minimizar los problemas, tomarlos desde la raíz y que pueden hacer un cambio en su institución y en su entorno”.
Pero el programa, explicó la Arquidiócesis, también está enfocado a capacitar los docentes de las instituciones, ya que los estudiantes a medida que crezcan abandonan los colegios y la cultura del diálogo debe ser continuada por profesores que deben conocer las herramientas para solucionar conflictos y crear los escenarios de diálogo.
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Un abrazo o un apretón de manos entre los estudiantes de algunos colegios en Montes de María pueden prevenir que una discrepancia, tan frecuente en los jóvenes, se convierta en un conflicto indefinido e incluso en una agresión. Desde hace cinco meses, la Arquidiócesis de Cartagena ha venido capacitando a la población en mediación escolar: una alternativa entre estudiantes para que solucionen sus problemas a través del diálogo y se construya una generación en que el diálogo y la paz predominen.
Con el apoyo de la Agencia de EE. UU. para el Desarrollo Internacional (Usaid), la Arquidiócesis ha enseñado tanto a estudiantes como a profesores de Montes de María a resolver conflictos que, en muchos casos, no pueden encontrar una solución mediante un comité de disciplina o el manual de convivencia de los colegios. La iniciativa pretende que para finales de junio del próximo año haya más de 800 jóvenes que tengan las herramientas y voluntad de diálogo para solucionar los problemas dentro de sus colegios y sus comunidades.
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La mediación escolar es un método de resolución de conflictos impulsado por el Ministerio de Justicia a través de la Caja de Herramientas MRC (Métodos de Resolución de Conflictos) en el que los estudiantes pueden resolver problemas leves como empujones, bullying o sobrenombres, sin necesidad de recurrir al comité de disciplina de la institución.
Cuando se presenta un altercado, cada institución debería tener un mediador escolar que es definido por el Ministerio de Justicia como un “tercero neutral, imparcial e independiente (...) que facilita el encuentro entre las partes que están en discrepancia para que puedan comunicarse efectivamente” y solucionar el problema. En otras palabras, el mediador escolar es prácticamente un árbitro que crea el escenario para que quienes estén involucrados en un conflicto puedan sentarse a hablar y llegar a un acuerdo.
Ramón Ahumada, coordinador del programa de la Arquidiócesis, aseguró a este diario que este mecanismo para solucionar conflictos es importante en los colegios no solo porque crea una generación de jóvenes que le apuesten a resolver problemas con el diálogo, también, explica, hay conflictos que el manual de convivencia o un comité de disciplina institucional no resuelven, ya que suspender y enviar un alumno a su casa o una firma en el observador de la institución no soluciona las tensiones, sólo representa un castigo y no ofrece respuestas al origen del conflicto.
“No vemos el conflicto como algo negativo. El mediador puede evitar y prevenir el conflicto. Puede transformarlo. Los chicos pueden decir: ´vamos a arreglar y dar solución al conflicto´, o también puede aminorar las consecuencias, ya que hay escenario donde ambas partes están muy reacias”, cuenta María Isabel Sepúlveda, comunicadora de la Arquidiócesis.
Diálogo en medio del conflicto
La Arquidiócesis explica que, junto con Usaid, se escogieron 16 municipios de Montes de María debido a la alta vulnerabilidad que los jóvenes enfrentan. Por ejemplo, la Defensoría del Pueblo alertó a finales de 2022 que existía evidencia de “expansión territorial y consolidación de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC)”, también conocidas como Clan del Golfo, en esa región entre Bolívar y Sucre. La selección de los municipios también se hizo teniendo en cuenta aquellas zonas priorizadas por los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), es decir, pueblos y ciudades que sufrieron o sufren la violencia armada y están priorizados para el Estado.
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“Las AGC buscan imponer su dominio sobre los liderazgos sociales, comunitarios, comunales, juveniles y personas defensoras de derechos humanos”, indicó el reporte de Alerta Temprana de esta entidad. Además, la Defensoría señala que los municipios que componen los Montes de María están expuestos al “reclutamiento de jóvenes, instrumentalización de niños, niñas y adolescentes”.
Ramón Ahumada le dijo a este medio que el proyecto de mediación escolar busca, como medida principal, construir paz. “Los municipios seleccionados son aquellos donde el tejido social se ha roto a causa de la violencia; y se busca que los ciudadanos que tienen dificultades de acceder a la justicia no busquen resolver sus problemas con jueces”, sino de una forma comunitaria y colectiva.
El proyecto, aunque está destinado a incidir en 16 municipios, solo funciona en seis actualmente: San Onofre, Los Palmitos y Ovejas (Sucre) y Zambrano, María la Baja y Córdoba Tetón (Bolívar).
A partir de noviembre de 2023 se expandirá el alcance del proyecto. Según la Arquidiócesis, se empezará a trabajar con jóvenes de Cartagena, Carmen de Bolívar, Mahates, San Juan Nepomuceno y San Jacinto (Bolívar) y en Colosó, Chalán, Morroa, San Antonio de Palmitos y Tolú viejo (Sucre).
Ahumada, además, recuerda que en el pasado los conflictos en Montes de María, ya fueran de linderos, de residuos e incluso familiares, eran solucionados por el grupo armado de turno que dominaba la región.
La iniciativa de mediación escolar ya ha sido implementada en otras regiones de Colombia con el fin de que, desde temprana edad, los jóvenes puedan tener herramientas para solucionar conflictos sin necesidad de agresiones o escalamiento.
Hasta ahora comenzó el proceso de la Arquidiócesis para formar una generación de jóvenes que le apuesten al diálogo y la convivencia en Montes de María. Sin embargo, Sepúlveda anota que “los niños son el futuro, al ver que es una zona vulnerable, desde ahí se pueden minimizar los problemas, tomarlos desde la raíz y que pueden hacer un cambio en su institución y en su entorno”.
Pero el programa, explicó la Arquidiócesis, también está enfocado a capacitar los docentes de las instituciones, ya que los estudiantes a medida que crezcan abandonan los colegios y la cultura del diálogo debe ser continuada por profesores que deben conocer las herramientas para solucionar conflictos y crear los escenarios de diálogo.
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