Los conciliadores en equidad: cómo resolver conflictos sin que lleguen a jueces
En las casas de justicia de cientos de municipios hay conciliadores que, desde su visión de justicia y de manera ágil, resuelven a diario conflictos que no tienen que llegar a los jueces. Conozca en qué consiste esa labor.
No solo los jueces y los abogados pueden solucionar los conflictos. Desde los noventa, existe en Colombia la figura de conciliadores en equidad, personas que por el liderazgo que ejercen al interior de sus comunidades pueden formarse y certificarse para solucionar los problemas que se presenten allí. Así se evita que todas las diferencias entre vecinos, socios o familias escalen a los jueces, que por lo general tardarían mucho más en resolver estas diferencias.
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¿Qué hace un conciliador en equidad?
“A mí lo que me interesa es que el tejido social continúe”, dice Carmenza Álvarez, lideresa de Urabá y conciliadora en equidad de Turbo (Antioquia) desde 2004. Los líos que más llegan a su oficina son sobre linderos. Es decir, cuando un vecino corre la cerca o el límite de su propiedad, invadiendo al vecino. Ella ejerce su labor en la casa de justicia del municipio y, de manera gratuita, escucha a las dos partes en una audiencia y levanta un acta de lo sucedido.
Al final, pueden llegar a acuerdos parciales, totales o dejar constancia de que no se llegó a un acuerdo. El desafío más grande, dice Álvarez, es que cada uno se ponga en los zapatos del otro para poder llegar a acuerdos que funcionen para ambos. Además, que en asuntos de linderos, por ejemplo, debe “creer en la palabra de las personas, porque no tienen documentos. En Urabá siempre ha habido mucha informalidad en torno a la propiedad y ahí toca confiar en los límites que ellos mismos conocían”.
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Según la norma que creó a los conciliadores en equidad (decreto 1818 de 1998), el fin es que las partes lleguen a un “acuerdo amigable”, siguiendo los principios de “informalidad y celeridad”. Es decir, que el acuerdo beneficie a ambas partes, que parta del sentido común y que el conflicto se resuelva de manera rápida. Ahora bien, por informal no significa que deje de tener valor jurídico.
Al contrario, si una de las partes incumple el acuerdo al que se llegó frente al conciliador, la otra parte puede acudir ante un juez, pues el documento tiene lo que los abogados llaman mérito ejecutivo. En otras palabras, un juez puede ordenar que se cumpla el acuerdo. Por ejemplo, que se pague la deuda en las cuotas que se había dicho inicialmente en la conciliación. Incluso, a conciliadores como Carmenza Álvarez los nombran los jueces de sus municipios.
Un conciliador en equidad puede solucionar distintos tipos de conflictos. Entre ellos, asuntos agrarios, como los linderos entre vecinos, líos con el ganado, de basuras, o sobre pasos de agua. También puede intervenir en temas de familia, como para que una pareja separada defina quién se queda con cuáles bienes, acuerden la cuota de alimentos sobre su hijo, o fije un régimen de visitas.
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Entre otros problemas que puede ayudar a resolver un conciliador en equidad están, por ejemplo, los líos entre vecinos al interior de un conjunto residencial; diferencias entre empleados y empleadores, y, en el caso de un choque entre dos vehículos, si no hay heridos, puede mediar para definir en qué montos asumen los daños cada uno de los involucrados. Incluso pueden conciliar frente a delitos, pero solo si son conductas querellables, como la injuria y la calumnia.
¿Quién puede ser conciliador en equidad?
Una organización comunitaria debe postular ante el Ministerio de Justicia a quienes considera que, por sus habilidades y sus aptitudes, puede ejercer la labor de conciliador en equidad. El Gobierno, periódicamente, organiza formaciones y una vez el líder o la lideresa postulada haya cumplido con ese proceso, el tribunal o el juez de mayor rango del municipio, debe nombrarlo en el cargo, que debe ejercer de manera gratuita.
- Los requisitos mínimos que han puesto las autoridades son:
- Ser ciudadano colombiano
- Ser Mayor de 18 años
- Tener capacidad de leer y escribir
- Contar con trayectoria comunitaria
- Residir en el municipio donde es postulado
- Ser postulado por una organización comunitaria
- Pasar por un proceso de formación
- Superar las pruebas del proceso de selección
- Ser avalado por el Ministerio de Justicia
- Ser nombrado por la primera autoridad judicial del municipio
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No solo los jueces y los abogados pueden solucionar los conflictos. Desde los noventa, existe en Colombia la figura de conciliadores en equidad, personas que por el liderazgo que ejercen al interior de sus comunidades pueden formarse y certificarse para solucionar los problemas que se presenten allí. Así se evita que todas las diferencias entre vecinos, socios o familias escalen a los jueces, que por lo general tardarían mucho más en resolver estas diferencias.
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¿Qué hace un conciliador en equidad?
“A mí lo que me interesa es que el tejido social continúe”, dice Carmenza Álvarez, lideresa de Urabá y conciliadora en equidad de Turbo (Antioquia) desde 2004. Los líos que más llegan a su oficina son sobre linderos. Es decir, cuando un vecino corre la cerca o el límite de su propiedad, invadiendo al vecino. Ella ejerce su labor en la casa de justicia del municipio y, de manera gratuita, escucha a las dos partes en una audiencia y levanta un acta de lo sucedido.
Al final, pueden llegar a acuerdos parciales, totales o dejar constancia de que no se llegó a un acuerdo. El desafío más grande, dice Álvarez, es que cada uno se ponga en los zapatos del otro para poder llegar a acuerdos que funcionen para ambos. Además, que en asuntos de linderos, por ejemplo, debe “creer en la palabra de las personas, porque no tienen documentos. En Urabá siempre ha habido mucha informalidad en torno a la propiedad y ahí toca confiar en los límites que ellos mismos conocían”.
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Según la norma que creó a los conciliadores en equidad (decreto 1818 de 1998), el fin es que las partes lleguen a un “acuerdo amigable”, siguiendo los principios de “informalidad y celeridad”. Es decir, que el acuerdo beneficie a ambas partes, que parta del sentido común y que el conflicto se resuelva de manera rápida. Ahora bien, por informal no significa que deje de tener valor jurídico.
Al contrario, si una de las partes incumple el acuerdo al que se llegó frente al conciliador, la otra parte puede acudir ante un juez, pues el documento tiene lo que los abogados llaman mérito ejecutivo. En otras palabras, un juez puede ordenar que se cumpla el acuerdo. Por ejemplo, que se pague la deuda en las cuotas que se había dicho inicialmente en la conciliación. Incluso, a conciliadores como Carmenza Álvarez los nombran los jueces de sus municipios.
Un conciliador en equidad puede solucionar distintos tipos de conflictos. Entre ellos, asuntos agrarios, como los linderos entre vecinos, líos con el ganado, de basuras, o sobre pasos de agua. También puede intervenir en temas de familia, como para que una pareja separada defina quién se queda con cuáles bienes, acuerden la cuota de alimentos sobre su hijo, o fije un régimen de visitas.
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Entre otros problemas que puede ayudar a resolver un conciliador en equidad están, por ejemplo, los líos entre vecinos al interior de un conjunto residencial; diferencias entre empleados y empleadores, y, en el caso de un choque entre dos vehículos, si no hay heridos, puede mediar para definir en qué montos asumen los daños cada uno de los involucrados. Incluso pueden conciliar frente a delitos, pero solo si son conductas querellables, como la injuria y la calumnia.
¿Quién puede ser conciliador en equidad?
Una organización comunitaria debe postular ante el Ministerio de Justicia a quienes considera que, por sus habilidades y sus aptitudes, puede ejercer la labor de conciliador en equidad. El Gobierno, periódicamente, organiza formaciones y una vez el líder o la lideresa postulada haya cumplido con ese proceso, el tribunal o el juez de mayor rango del municipio, debe nombrarlo en el cargo, que debe ejercer de manera gratuita.
- Los requisitos mínimos que han puesto las autoridades son:
- Ser ciudadano colombiano
- Ser Mayor de 18 años
- Tener capacidad de leer y escribir
- Contar con trayectoria comunitaria
- Residir en el municipio donde es postulado
- Ser postulado por una organización comunitaria
- Pasar por un proceso de formación
- Superar las pruebas del proceso de selección
- Ser avalado por el Ministerio de Justicia
- Ser nombrado por la primera autoridad judicial del municipio
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