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En el marco de los 16 Días de Activismo contra la Violencia de Género y el Día de las Defensoras de Derechos Humanos (29 de noviembre), la Corporación Colectiva Justicia Mujer (CCJM) y Diakonia-SVEOS convocaron a un espacio de diálogo para destacar la importancia de los medios de comunicación y el periodismo en la construcción de nuevas narrativas que impulsen la integración y desafíen los estereotipos que perpetúan las violencias de género.
Durante el evento, se presentó la cartilla Defensoras: ¡Feminismos para protegernos! Prácticas para garantizar el derecho a defender derechos, una herramienta que ofrece recomendaciones para los medios de comunicación sobre prácticas discursivas libres de discriminación y estigmas. Nathalia Álvarez Cadavid, subdirectora de la CCJM, destacó la urgencia de generar narrativas positivas que visibilicen y protejan la labor de lideresas y defensoras.
“Los medios de comunicación tienen un papel fundamental en la era digital. Pueden generar discursos positivos que reconozcan y protejan a las defensoras, cerrando brechas y promoviendo activismos sostenibles”, dijo Álvarez. Todo esto basado en la experiencia que, durante nueve años, han liderado desde la corporación acompañando a víctimas de violencias basadas en género (VBG).
(Lea también: El Espectador se suma a los 16 días de activismo contra la violencia de género)
Colombia lidera las cifras globales de asesinatos a personas defensoras de derechos humanos, con 1.640 casos desde 2016. Según la Defensoría del Pueblo, solo en 2023, 21 lideresas fueron asesinadas. A pesar de estas cifras, el país carece de un sistema de registro oficial que diferencie información sobre las agresiones hacia defensoras por su género, identidad sexual u orientación, lo que dificulta su visibilización y protección. Además, en palabras de Álvarez: “La Corporación registró 36 incidentes de desprotección en los últimos dos años. Cada mes, afrontamos situaciones de riesgo por prácticas sexistas, estigmatización, ciberataques, violencia de segundo orden y persecuciones por actores armados legales e ilegales”.
A esos asesinatos y agresiones se suma la dificultad para acceder a la justicia. “Encontramos que, ante la inoperancia del Estado, se le suma el vacío del subregistro de la información”. Esta brecha evidencia un obstáculo para dimensionar el riesgo y que el Estado actúe con debida diligencia frente a este. Sin contar todavía que, actualmente, existe un mayor para las defensoras debido a la reconfiguración del conflicto armado en el territorio.
Las representantes de las defensoras explican que también sufren de un riesgo de represalias, además de los espacios institucionales inseguros, se enfrentan a represalias por parte de agresores, muchos de ellos pertenecientes a actores armados. Los discursos de odio y medidas regresivas, como la falta de políticas públicas con enfoque feminista, siguen obstaculizando avances en los derechos de las mujeres y exponen a su vez a las mujeres a mayor vulnerabilidad.
Recomendaciones para los medios
Para abordar desde los medios de comunicación las labores de las defensoras de derechos humanos, la corporación presentó una serie de recomendaciones que permitan evitar la revictimización y la perpetuación de los estereotipos de género. Todo esto, a través de la investigación y la pedagogía que tiene como resultado la cartilla Defensoras: ¡Feminismos para protegernos! Prácticas para garantizar el derecho a defender derechos.
“En la era digital, los medios de comunicación desempeñan un papel crucial en la protección del derecho a defender derechos humanos. La construcción de narrativas positivas, libres de estigmas, que reconozcan y visibilicen el trabajo de las personas defensoras, puede fortalecer los factores de protección y reducir las brechas para que más mujeres puedan ejercer su labor en defensa de los derechos”, afirma la defensora Nathalia Álvarez Cadavid.
De esta manera, la cartilla explica cómo el discurso de odio puede fomentar la violencia y la discriminación, generando un ambiente de intolerancia que puede derivar en agresiones físicas o verbales. Con el fin de evitar deshumanizar a ciertos grupos mediante estereotipos y prejuicios, y terminar por legitimar el ataque hacia quienes se consideran “diferentes”, las siguientes son algunas contribuciones que se podemos hacer desde los medios de comunicación para apoyar las labores de las defensoras:
- Aplicación de enfoque interseccional: Los medios deben enmarcar las luchas sociales en un enfoque de derechos humanos, género, etnia y territorio, evitando la revictimización y promoviendo una comprensión integral. Esto enriquece las narrativas y fortalece la representación de las lideresas.
- Evitar estereotipos tradicionales de género: Es valioso no encasillar a las lideresas en roles tradicionales, como el de madre o cuidadora. Reconocerlas como agentes políticas y sujetas de derechos destaca su papel activo en el cambio social.
- Trascender los hechos victimizantes: Más allá de la victimización, los medios deben resaltar historias de éxito, proyectos y logros para presentarlas como protagonistas activas del cambio social.
- Respetar la vida privada: La cobertura debe centrarse en sus roles públicos y activismo, evitando exponer aspectos personales que no aporten a su labor, para reducir riesgos y fortalecer su legitimidad.
- Evitar la romantización del activismo por los derechos humanos:Se debe visibilizar los desafíos y riesgos del activismo sin idealizar ni victimizar a las defensoras, resaltando la necesidad de garantías, apoyo y protección para su labor en Colombia.
- Colectividad sobre individualidad: Las luchas sociales deben reflejarse como esfuerzos colectivos, priorizando historias de movimientos y comunidades para fortalecer la cohesión organizacional y reducir riesgos de seguridad para lideresas.
- Rol pedagógico de los medios de comunicación: Los medios deben asumir un papel educativo, promoviendo coberturas profundas, análisis críticos y sensibilización sobre derechos humanos y justicia social.
Esta publicación busca impactar a diferentes sectores, desde las instituciones estatales y, especialmente, los medios de comunicación. Su objetivo es promover, de manera constante, a través de las herramientas como el buen uso del lenguaje para el reconocimiento y la defensa de las mujeres que lideran diversas causas por la dignidad, la vida y el bienestar colectivo. Por ello, fomenta reflexiones sobre el rol de las lideresas y activistas en los territorios. Asimismo, espera que inspire discursos mediáticos que actúen como mecanismos de protección para quienes defienden los derechos humanos, contribuyendo a crear entornos más seguros y solidarios para su labor.
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