Nace primera herramienta para combatir la trata de personas en territorios Misak
En un trabajo conjunto, el pueblo indígena Misak, el Mininterior y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), desarrollaron un proceso formativo para prevenir este delito en los territorios ancestrales.
Niños, niñas y jóvenes del pueblo Misak participaron en su primera cumbre juvenil, donde se presentó una innovadora herramienta educativa que se compone de cartilla, un juego, un video animado y audios en su lengua, el namuy wam, que buscan prevenir el delito de trata de personas en sus territorios.
A lo largo de 2023, los Misak trabajaron junto a expertos en trata de personas en la creación de un instrumento pedagógico diseñado para su comunidad. Mediante una serie de mesas de trabajo, y con el apoyo de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) y el Ministerio del Interior, se construyó un lenguaje accesible para abordar este problema. Aunque la trata de personas no ha sido oficialmente denunciada dentro de la comunidad, existen historias internas que sugieren su posible presencia.
Según el Ministerio del Interior, es común que jóvenes de estas comunidades sean engañados con promesas de matrimonio o trabajo y terminen explotados laboralmente como servidumbre, o que desaparezcan sin que sus familias vuelvan a saber de ellos. Por estas razones, la socialización de esta herramienta marca el inicio de un proceso formativo para que el pueblo Misak, ubicado en el norte del Cauca, pueda identificar, prevenir y actuar ante posibles casos de trata de personas.
En el evento participaron los resguardos Misak Piscitau y Nan Misak, así como los cabildos Oveja Siberia, Pishinchak, Carmelo Cajibío y la Iglesia Cristiana Guambiana. La cartilla busca crear conciencia sobre los riesgos de la trata de personas, teniendo en cuenta las particularidades culturales de la comunidad Misak, con el fin de educarles de manera accesible y adaptada a su cosmovisión.
Rocío Urón, coordinadora de estrategias para sujetos de especial protección de la UNODC, señaló: “Nosotros no queríamos simplemente traducir documentos, ni entregar la Ley 985 traducida en Nasa Yuwe o en los idiomas nativos de las comunidades. Lo que queríamos era construir con ellos, de manera conjunta, el concepto de trata de personas, entendiendo que lo que para nosotros puede ser trata, para ellos, podría ser una situación arraigada y natural. No queríamos imponerles nuestra visión ni confrontarlos, sino que buscábamos construir el concepto de trata entre todos”.
La UNODC destaca que la marginalización histórica de los pueblos indígenas incrementa su vulnerabilidad frente a la trata de personas. Factores socioeconómicos, como la pobreza, la falta de oportunidades y la ubicación remota de estas comunidades, aumentan su exposición a redes de explotación. Además, las barreras culturales y lingüísticas dificultan la efectividad de las campañas de prevención y el acceso a servicios de protección y atención.
Para Sandra Tumiña, profesora del resguardo Piscistau, este proyecto es esencial para concienciar a los jóvenes sobre los riesgos a los que se enfrentan al perseguir sus sueños. “Es importante que ellos conozcan esas amenazas y las consecuencias que pueden tener. Además, cuando los jóvenes migran a grandes ciudades, también están en riesgo de perder la esencia de ser Misak”, afirma Tumiña.
Al concluir la cumbre, con la participación de más de 400 jóvenes Misak, se firmó un acuerdo de voluntades entre el Ministerio del Interior, la UNODC y las autoridades indígenas. El documento traza un comprimiso conjunto de proteger la vida, los derechos y la dignidad de las comunidades indígenas, así como de prevenir la trata de personas en los territorios Misak.
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Niños, niñas y jóvenes del pueblo Misak participaron en su primera cumbre juvenil, donde se presentó una innovadora herramienta educativa que se compone de cartilla, un juego, un video animado y audios en su lengua, el namuy wam, que buscan prevenir el delito de trata de personas en sus territorios.
A lo largo de 2023, los Misak trabajaron junto a expertos en trata de personas en la creación de un instrumento pedagógico diseñado para su comunidad. Mediante una serie de mesas de trabajo, y con el apoyo de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) y el Ministerio del Interior, se construyó un lenguaje accesible para abordar este problema. Aunque la trata de personas no ha sido oficialmente denunciada dentro de la comunidad, existen historias internas que sugieren su posible presencia.
Según el Ministerio del Interior, es común que jóvenes de estas comunidades sean engañados con promesas de matrimonio o trabajo y terminen explotados laboralmente como servidumbre, o que desaparezcan sin que sus familias vuelvan a saber de ellos. Por estas razones, la socialización de esta herramienta marca el inicio de un proceso formativo para que el pueblo Misak, ubicado en el norte del Cauca, pueda identificar, prevenir y actuar ante posibles casos de trata de personas.
En el evento participaron los resguardos Misak Piscitau y Nan Misak, así como los cabildos Oveja Siberia, Pishinchak, Carmelo Cajibío y la Iglesia Cristiana Guambiana. La cartilla busca crear conciencia sobre los riesgos de la trata de personas, teniendo en cuenta las particularidades culturales de la comunidad Misak, con el fin de educarles de manera accesible y adaptada a su cosmovisión.
Rocío Urón, coordinadora de estrategias para sujetos de especial protección de la UNODC, señaló: “Nosotros no queríamos simplemente traducir documentos, ni entregar la Ley 985 traducida en Nasa Yuwe o en los idiomas nativos de las comunidades. Lo que queríamos era construir con ellos, de manera conjunta, el concepto de trata de personas, entendiendo que lo que para nosotros puede ser trata, para ellos, podría ser una situación arraigada y natural. No queríamos imponerles nuestra visión ni confrontarlos, sino que buscábamos construir el concepto de trata entre todos”.
La UNODC destaca que la marginalización histórica de los pueblos indígenas incrementa su vulnerabilidad frente a la trata de personas. Factores socioeconómicos, como la pobreza, la falta de oportunidades y la ubicación remota de estas comunidades, aumentan su exposición a redes de explotación. Además, las barreras culturales y lingüísticas dificultan la efectividad de las campañas de prevención y el acceso a servicios de protección y atención.
Para Sandra Tumiña, profesora del resguardo Piscistau, este proyecto es esencial para concienciar a los jóvenes sobre los riesgos a los que se enfrentan al perseguir sus sueños. “Es importante que ellos conozcan esas amenazas y las consecuencias que pueden tener. Además, cuando los jóvenes migran a grandes ciudades, también están en riesgo de perder la esencia de ser Misak”, afirma Tumiña.
Al concluir la cumbre, con la participación de más de 400 jóvenes Misak, se firmó un acuerdo de voluntades entre el Ministerio del Interior, la UNODC y las autoridades indígenas. El documento traza un comprimiso conjunto de proteger la vida, los derechos y la dignidad de las comunidades indígenas, así como de prevenir la trata de personas en los territorios Misak.
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