San Basilio de Palenque: El pedacito de justicia negra reconocida por el Estado
Tres siglos después de haberse liberado de la esclavización, San Basilio de Palenque fue reconocido por haber diseñado un sistema de justicia que ha sido ejemplo de restauración, diálogo y reconciliación.
Tomás Tarazona Ramírez
Los espíritus y las alegrías se pusieron de acuerdo para llegar a San Basilio de Palenque, el pueblo negro de Bolívar que resistió la esclavización, el asedio de la Colonia y el racismo, y que 311 años después de fundado, se sostiene culturalmente gracias a sus costumbres afros. Allí, el Ministerio de Justicia organizó un evento para reconocer la importancia de la justicia propia, centrada en la reconciliación, el diálogo y la armonía, tanto en la sociedad como con la naturaleza.
El acto no solo significa una deuda cumplida con una comunidad negra que ha sido excluida de las agendas estatales y la Constitución en el pasado, sino el primer paso de una alianza que pretende que la justicia ordinaria y la palenquera puedan entenderse y trabajar de la mano. Junto con la Universidad del Valle y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), el evento escuchó a los sabedores y mayores palenqueros sobre qué falta para que “el mundo occidental” respete y reconozca sus costumbres de justicia que, según explicaron, han sido las responsables de hacer perdurar a la comunidad palenquera y salvarla del exterminio físico y cultural.
La justicia propia de San Basilio se caracteriza por ser un sistema que gira en torno a la armonía. Cada falta a las normas afecta el equilibrio de la comunidad y, para ello, en lugar de encarcelar al culpable o aislarlo de la sociedad por años, se le hacen procesos de “corrección”, en los que entiende su error, los repara y subsana su deuda con los palenqueros a través de trabajos comunitarios. Aunque esa es la fórmula más utilizada, hay casos en que, por la gravedad del delito, las personas son enviadas al cepo (herramienta de madera utilizada para inmovilizar), castigadas e incluso remitidas a un juzgado ordinario para ser procesadas, como asesinatos o temas de estupefacientes.
Segundo Cásseres, líder del palenque, explica que “fuimos nosotros en San Basilio los que firmamos el primer tratado de paz (de esclavos con la Corona en 1713). Toda nuestra justicia está dirigida al diálogo, buscar el problema de fondo y resolverlo”.
El poder de reparar
Danilo Reca, líder palenquero, describe la justicia de su pueblo como una manifestación de humanidad. En su mayoría, no hay castigos, pues los delitos se ven como una enfermedad que hay que extirpar de las personas. Tampoco se pretende encerrar o excluir a todo aquel que comete faltas y asegura que el diálogo es la única arma que tienen para resolver conflictos.
Desde pequeños, los pela’os de San Basilio se les enseña cómo solucionar disputas hablando y, ante todo, procurando enmendar lo que originó el problema. “El resultado es regenerar un tejido social y una armonía rota con el conflicto. Eso nos ha permitido subsistir y llegar hasta hoy”, cuenta Reca, que también ocupa una plaza en el consejo comunitario Ma Kankamaná, de San Basilio.
Este sistema de justicia, apunta Reca, quieren que continúe durante otros tres siglos. Pero es todo un reto. En el encuentro con el Ministerio, los líderes palenqueros expusieron que administrar su propia justicia, más que un rasgo cultural, es un desafío. En primera medida, quienes imparten esa justicia lo hacen por amor al arte y pura supervivencia, es decir, paralelo a sus vidas o trabajos, conforman las juntas de justicia en San Basilio para evitar que un problema desencadene en violencia o en más daños al tejido social, y de manera gratuita.
El segundo reto, y el más importante, es la falta de entendimiento y articulación que los palenqueros han vivido cuando se habla de justicia. No han sido pocos los escenarios en que se presentan conflictos de competencias entre un juez y las decisiones de los sabedores, o como documentó la CEV, los palenqueros violentados por el conflicto buscaban acceder a la justicia ordinaria y solo encontraban puertas cerradas.
A pesar de todo, el encuentro dejó en firme varios puntos que deben cumplirse para que esos reclamos de justicia se conviertan en realidad. Por ejemplo, se insistió en la necesidad de que los líderes de San Basilio se sienten cara a cara con los jueces ordinarios para entender las justicias. “Tenemos (el Estado) que aprender de la justicia palenquera, de reconciliarnos, de dialogar y poder avanzar a la construcción de paz. Porque la justicia está directamente”, apuntó al repecto Helen Ortiz, viceministra de Promoción a la Justicia.
Para Reca, los diálogos entre autoridades negras y altos funcionarios del Estado son la clave para lograr que el primer pueblo libre de América, como también se le conoce a San Basilio, se convierta en el primero en lograr que sus tradiciones negras sean escuchadas e incorporadas por el Estado. “El camino no es corto para fortalecer la justicia. Eventos así crean confianza hacia la institucionalidad y empoderan a la comunidad. Ahora es trabajo nuestro tener la disposición de fortalecer la justicia por la que tanto hemos peleado”, comenta.
¿Sabe qué es la justicia centrada en las personas? Visite Justicia Inclusiva de El Espectador
Los espíritus y las alegrías se pusieron de acuerdo para llegar a San Basilio de Palenque, el pueblo negro de Bolívar que resistió la esclavización, el asedio de la Colonia y el racismo, y que 311 años después de fundado, se sostiene culturalmente gracias a sus costumbres afros. Allí, el Ministerio de Justicia organizó un evento para reconocer la importancia de la justicia propia, centrada en la reconciliación, el diálogo y la armonía, tanto en la sociedad como con la naturaleza.
El acto no solo significa una deuda cumplida con una comunidad negra que ha sido excluida de las agendas estatales y la Constitución en el pasado, sino el primer paso de una alianza que pretende que la justicia ordinaria y la palenquera puedan entenderse y trabajar de la mano. Junto con la Universidad del Valle y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), el evento escuchó a los sabedores y mayores palenqueros sobre qué falta para que “el mundo occidental” respete y reconozca sus costumbres de justicia que, según explicaron, han sido las responsables de hacer perdurar a la comunidad palenquera y salvarla del exterminio físico y cultural.
La justicia propia de San Basilio se caracteriza por ser un sistema que gira en torno a la armonía. Cada falta a las normas afecta el equilibrio de la comunidad y, para ello, en lugar de encarcelar al culpable o aislarlo de la sociedad por años, se le hacen procesos de “corrección”, en los que entiende su error, los repara y subsana su deuda con los palenqueros a través de trabajos comunitarios. Aunque esa es la fórmula más utilizada, hay casos en que, por la gravedad del delito, las personas son enviadas al cepo (herramienta de madera utilizada para inmovilizar), castigadas e incluso remitidas a un juzgado ordinario para ser procesadas, como asesinatos o temas de estupefacientes.
Segundo Cásseres, líder del palenque, explica que “fuimos nosotros en San Basilio los que firmamos el primer tratado de paz (de esclavos con la Corona en 1713). Toda nuestra justicia está dirigida al diálogo, buscar el problema de fondo y resolverlo”.
El poder de reparar
Danilo Reca, líder palenquero, describe la justicia de su pueblo como una manifestación de humanidad. En su mayoría, no hay castigos, pues los delitos se ven como una enfermedad que hay que extirpar de las personas. Tampoco se pretende encerrar o excluir a todo aquel que comete faltas y asegura que el diálogo es la única arma que tienen para resolver conflictos.
Desde pequeños, los pela’os de San Basilio se les enseña cómo solucionar disputas hablando y, ante todo, procurando enmendar lo que originó el problema. “El resultado es regenerar un tejido social y una armonía rota con el conflicto. Eso nos ha permitido subsistir y llegar hasta hoy”, cuenta Reca, que también ocupa una plaza en el consejo comunitario Ma Kankamaná, de San Basilio.
Este sistema de justicia, apunta Reca, quieren que continúe durante otros tres siglos. Pero es todo un reto. En el encuentro con el Ministerio, los líderes palenqueros expusieron que administrar su propia justicia, más que un rasgo cultural, es un desafío. En primera medida, quienes imparten esa justicia lo hacen por amor al arte y pura supervivencia, es decir, paralelo a sus vidas o trabajos, conforman las juntas de justicia en San Basilio para evitar que un problema desencadene en violencia o en más daños al tejido social, y de manera gratuita.
El segundo reto, y el más importante, es la falta de entendimiento y articulación que los palenqueros han vivido cuando se habla de justicia. No han sido pocos los escenarios en que se presentan conflictos de competencias entre un juez y las decisiones de los sabedores, o como documentó la CEV, los palenqueros violentados por el conflicto buscaban acceder a la justicia ordinaria y solo encontraban puertas cerradas.
A pesar de todo, el encuentro dejó en firme varios puntos que deben cumplirse para que esos reclamos de justicia se conviertan en realidad. Por ejemplo, se insistió en la necesidad de que los líderes de San Basilio se sienten cara a cara con los jueces ordinarios para entender las justicias. “Tenemos (el Estado) que aprender de la justicia palenquera, de reconciliarnos, de dialogar y poder avanzar a la construcción de paz. Porque la justicia está directamente”, apuntó al repecto Helen Ortiz, viceministra de Promoción a la Justicia.
Para Reca, los diálogos entre autoridades negras y altos funcionarios del Estado son la clave para lograr que el primer pueblo libre de América, como también se le conoce a San Basilio, se convierta en el primero en lograr que sus tradiciones negras sean escuchadas e incorporadas por el Estado. “El camino no es corto para fortalecer la justicia. Eventos así crean confianza hacia la institucionalidad y empoderan a la comunidad. Ahora es trabajo nuestro tener la disposición de fortalecer la justicia por la que tanto hemos peleado”, comenta.
¿Sabe qué es la justicia centrada en las personas? Visite Justicia Inclusiva de El Espectador