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No todos los ciudadanos saben con certeza a dónde acudir cuando tienen un problema legal. Sumado al largo tiempo en que demora un proceso dentro de los despachos, o el lenguaje jurídico que muy pocos entienden, poder encontrar justicia es complicado, asegura Johana Delgado, viceministra de promoción de la justicia.
En las ciudades, acceder a este servicio es un laberinto en el que muy pocos hallan la salida. Mientras que, en las zonas rurales, la falta de juzgados, comisarías o autoridades judiciales dificultan que los problemas lleguen a buen puerto y, por ende, se perpetúe la impunidad y los conflictos terminen con violencia.
Pero frente a los retos hay apuestas y oportunidades para solucionarlos. Delgado habló con El Espectador sobre LegalApp, una herramienta impulsada por el Ministerio de Justicia para solucionar las dudas que impiden a la ciudadanía recibir la respuesta judicial que esperan. En esta entrevista, la funcionaria habló sobre el motivo de crear este aplicativo, y además, la apuesta para que “sea el Estado el que se acerque a los ciudadanos a ofrecerles y acercarles la justicia, no que el colombiano gaste tiempo, esfuerzo y dinero para acceder a ella”.
(Recomendado: Así puede resolver sus dudas jurídicas gratis y en línea)
LegalApp, la herramienta creada por el ministerio, es una guía para orientar al ciudadano a encontrar solución a sus dudas jurídicas y problemas, ¿Cómo nace esta iniciativa?
Esto se creó desde el 2015, pero desafortunadamente con los cambios de Gobierno ha caído en desuso. A diario la gente se pregunta “¿a dónde voy?”, “¿cómo hago?”. LegalApp es una herramienta maravillosa para instruir a las personas y hacerles más fácil y cercano el acceso a la justicia. Cada vez estamos más conectados y esta es una plataforma que responde herramientas de manera simple y concreta. Tenemos un directorio gigante en que las personas que tienen una necesidad de justicia les indica dónde puede acudir para resolverla.
El panorama de las ciudades dista mucho del de municipios alejados y rurales cuando se habla de justicia, ¿La aplicación tiene en cuenta ese contraste?
Sí. Un aspecto importante es la geolocalización. Por ejemplo, yo como mujer hago la búsqueda porque fui víctima de violencia de género, inmediatamente la aplicación triangula mi ubicación y me indica dónde queda la entidad de justicia más pertinente para resolver mi necesidad y me dice a cuántos pasos y cuántas opciones tengo de denunciar o buscar alguna solución.
¿Qué decir frente a la forma y fondo de los documentos que son desconocidos por los colombianos? Por ejemplo, un derecho de petición o una tutela.
No todos son expertos en derecho y no para todos los trámites se necesitan abogados. En la aplicación tenemos las minutas o modelos tipo para que los colombianos, si necesitan hacer un derecho de petición, por ejemplo, sepa para qué es, y pueda descargar un documento donde le indica cómo diligenciarlo y presentarlo adecuadamente.
¿LegalApp es diferente a esos manuales donde solo se enumeran leyes, decretos e incisos y no resuelven ningún tipo de dudas?
Es diferente. Nosotros somos un país de derecho y las normas son fundamentales, pero hay miles de procedimientos que los ciudadanos pueden hacer por sí mismos porque la Ley se los permite. Que ir a la notaría no se convierta en un tema de preocupación. La aplicación indica dónde acudir, si se necesita pagar para el trámite que usted desea hacer y si necesita abogado o no.
Ahora, para cambiar el tema de LegalApp, ¿qué objetivo tienen proyectos como este?
A nosotros los abogados nos forman con metodología y visión. Pero hemos entendido que la justicia, tan necesaria e inmediata para el ciudadano, debe cambiar el lenguaje, hacerlo amable y cercano a la gente. No quiere decir que no seamos rigurosos, pero en vez de enumerar el clásico ´de acuerdo con el numeral tal´, pues indicamos cómo, dónde, cuándo y a qué costo se puede solucionar una necesidad jurídica.
La gente cree que el hecho de tener normas, creo yo, es para complicar los procesos y ser acartonados. Lo grave de esto es que cuando no acuden al derecho y las leyes, pues quizá sea porque el ciudadano no entiende lo que hay en las leyes, y debemos hacer algo para solucionarlo.
¿Se puede articular esta estrategia de acercarse a la gente en lugar de que las personas tengan que acercarse a la institucionalidad?
Hay un plan decenal de justicia que, queremos, no solo competa al Ministerio de Justicia, sino a todas las instituciones que administran justicia (Fiscalía, Rama Judicial, Comisarías). Para que haya esa articulación deben firmarse acuerdos y manuales de entendimiento y que no solo sea en niveles centrales de administrar justicia, sino en los territorios.
¿Es decir que la apuesta a largo plazo es facilitar la justicia en los lugares más alejados también?
Claro. Las ciudades y distritos son claves para saber si lo que estamos viendo desde los lineamientos generales se está aplicando. Yo puedo tener una superidea sobre derecho, pero la gente no lo entiende o no lo puedo explicar. Hemos entendido que es al revés: la única forma es que las personas y los territorios funcionen bajo esas ideas de justicia. Hasta que la ciudadanía no apruebe el filtro, no vale la pena gastar recursos.
La administración siempre ha actuado desde arriba, dando órdenes hasta abajo. Pero las directrices no llegan a la base. Hay formas alternativas como la jurisdicción indígena o métodos de resolución de conflictos. Pero si yo como Estado estoy alejado del ciudadano, pues él lo que hace es acudir a formas de justicia paralelas, incluso ilegales, para resolver sus conflictos.
¿Cómo puede impactar en esos lugares donde toca desplazarse horas para llegar a un juzgado, además de gastar mucho dinero y esfuerzo?
Muy positivamente porque sienten que el Estado está allá y hay institucionalidad. Allá creen que, si hay instituciones, las cosas funcionan y eso da esperanza. Necesito que todas esas personas entiendan que el Estado trabaja por ellos, que es un trabajo lento, pero que espera dar frutos. Hay personas que cuando quieren justicia necesitan días, burro, chalupa y vehículo para encontrarla; cuando llegan ya ni siquiera saben a qué fueron por todo el desgaste.
¿Cuál es el futuro de LegalApp?
Por ahora es una plataforma web, pero queremos que en el futuro sea una aplicación gratuita y sin necesidad de internet para que esté en los celulares. No todos tienen computador, pero eso sí, todos cuentan con un celular. Esto pone al alcance del celular una forma rápida de encontrar justicia.
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