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                                                                                    Colombia +20

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                                                                                                                                Una planta de arroz se reabre como símbolo de paz en Quibdó

                                                                                                                                Quibdó, sumida en violencia, le apuesta a la consecución de paz a través de la seguridad alimentaria. Esta es una historia de resiliencia y esfuerzos comunitarios en la ciudad más pobre de Colombia.

                                                                                                                                La apertura de la planta es un esfuerzo de los líderes afro en Chocó para lograr la paz a través de seguridad alimentaria.
                                                                                                                                Foto: Archivo Particular
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                El pasado 18 de abril, El Espectador asistió a la reinauguración del Centro Productivo de Paz, en Quibdó. La planta llevaba ocho años abandonada a causa de extorsiones y falta de mínimos básicos como agua potable y energía, pero gracias a Cocomacia, el consejo afro más grande del país, y el apoyo de Usaid, ACDI/VOCA y Acumen, la esperanza ahora recae en que este centro agrícola pueda paliar algunos de los problemas más constantes del departamento, entre ellos el hambre o la falta de oportunidades.

                                                                                                                                “La reapertura de la planta trae desarrollo. Se nos mejora la vida y hace que la tierra que por tanto tiempo ha sido olvidada, merezca ser recordada”, dijo en la inauguración la poetisa Coco Kilele. Es tanta la importancia de esta reapertura que el alcalde de Quibdó, Rafael Bolaños, y la gobernadora del Chocó, Nubia Carolina Córdoba, asistieron al evento. “Con estabilidad económica se construye paz. Espero que este arroz sea parte de la gran red de empresas productivas que van a hacer de Chocó una marca para comprar en todas partes”, dijo la gobernadora.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Darío Córdoba aún recuerda ese día de 2015 en que ocho jóvenes armados entraron apresurados a la planta de procesamiento a pedir la extorsión de la semana. Él, acostumbrado a la situación de seguridad de Quibdó, no tenía más remedio que obedecer. Solo desde ese año, la Fundación Círculo de Estudios, contabiliza en más de 500 los jóvenes asesinados a causa de una “guerra de pandillas” que extorsionan, roban o sirven a los intereses de grandes grupos, como ELN, Clan del Golfo o Los Mexicanos. La Policía, por su parte, ha registrado más de 169 asesinatos desde 2022.

                                                                                                                                (Puede interesarle: Familias de jóvenes asesinados en Chocó transforman el dolor en justicia)

                                                                                                                                Muchas veces, Córdoba fue a la Fiscalía a denunciar e intentar salvar el negocio. “Ponga la denuncia. Pero eso no va a pasar nada”, fue la respuesta del funcionario que recibió la denuncia. Hasta que, una mañana, cuando los pescadores apenas empezaban a abordar las barcazas en busca de pescado, este hombre recibió la que sería la última amenaza que aceptaría. “Don Darío. Necesitamos $3 millones para las 10:00 a.m., no hay negociación”, dijeron a través de una llamada.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                A partir de ahí se dio un efecto dominó que solo dejó daños. Con el cierre de la planta se acabó el único procesamiento agrícola a gran escala y comunitario en Quibdó; los campesinos dejaron de cosechar un arroz que nadie les compraría; y Chocó empezó a depender de la importación y el comportamiento del mercado para poder nutrir el departamento con mayor inseguridad alimentaria del departamento.

                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                Foto: Archivo Particular
                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                La situación de seguridad llegó a un punto extremo en época de pandemia. De vez en cuando, Darío o alguno de sus subalternos visitaba la planta buscando alguna solución para poder trabajar, pero en los últimos tres años, nadie podía acercarse al centro a intentar salvar algunas de las máquinas o procesar el arroz a puerta cerrada. La razón: para llegar a la instalación debían atravesar tres de los barrios más peligrosos de Quibdó, como El Reposo, donde hay células de grupos armados, o el barrio 2° de mayo, un territorio que se construyó con los desplazados de la masacre de Bojayá en 2003.

                                                                                                                                ***

                                                                                                                                La reapertura del centro productivo fue un trabajo a varias manos en que todos aportaron, literalmente, su grano de arroz para seguir adelante. La diócesis de Quibdó insistió siempre en el diálogo entre las bandas y los productores. La cooperación internacional ofreció espacios de encuentro y mediadores que se encargaran de llegar a acuerdos pacíficos entre los líderes de los grupos armados y la comunidad.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Pero las personas que más mérito se llevan en este proceso son los integrantes de Cocomacia, el consejo afro más grande del país. Creado desde 1982, es uno de los garantes de convencer a las comunidades de apostarle a producir arroz y enfocarse en la paz. Su tarea no se ha quedado solo ahí. Desde hace 40 años, los líderes negros de este consejo “son los responsables de que aún haya personas habitando Chocó y Antioquia en medio de la guerra. Hemos ido a confrontar autodefensas, guerrillas y militares para rescatar a los jóvenes afro reclutados o exigir la entrega inmediata de los secuestrados”, recuerda Santiago, líder afro de Cocomacia.

                                                                                                                                (Conozca: El clamor por justicia de las madres de jóvenes asesinados en el Chocó)

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Siguiendo las costumbres de resolver los problemas a través del diálogo y el bien común, varios de los integrantes de Cocomacia hablaron con los líderes de las pandillas para vender la idea de que “si hay seguridad alimentaria, hay oportunidades. Si hay oportunidades, puede que haya menos guerra en nuestra ciudad y esto repercute en todo el pasado de violencia que hemos tenido”, dijo uno de sus miembros a El Espectador.

                                                                                                                                El esfuerzo comunitario de Cocomacia, aunque importante, no era suficiente para revivir una empresa que estaba abandonada y debía ser resucitada desde cero. Para poder volver al mercado necesitaban maquinaria y dinero que ni la Gobernación, Alcaldía o Gobierno Nacional entregaron para reabrir la planta.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Mientras Acumen se encargaba de los temas financieros, fue tarea de Cocomacia idear un proyecto social para que, a futuro, la planta no fuera blanco de extorsiones. Con meses de diálogos y negociaciones entre los grupos armados, los líderes negros lograron que la planta fuera considerada como un piloto de paz. Es decir, que al igual que colegios, hospitales o ancianatos, se pactó con las bandas, que ese edificio, sus trabajadores y los productos no podrían ser incluidos dentro de las dinámicas de guerra.

                                                                                                                                ***

                                                                                                                                Quibdó continúa siendo, según el DANE, la ciudad más pobre del país y el territorio con mayor inseguridad alimentaria de Colombia. Sus ciudadanos sobreviven a diario con menos de $30.000 pesos y, apenas durante la última semana, hubo unas tres balaceras entre bandas. Para Santiago, el líder afro de Cocomacia, estas son problemáticas que deben ser superadas y que no son nuevos para la capital chocoana.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                De ahí que su principal preocupación actual es que la Alcaldía y Gobernación proporcionen mínimos básicos para que el proyecto sea sostenible. Por ejemplo, vías y carreteras, que hoy son trochas intransitables, para que el arroz pueda ser transportado desde el centro de procesamiento hasta el centro de Quibdó. También, que haya electricidad (que constantemente es cortada) para que las máquinas puedan utilizarse y así producir las cuotas mínimas.

                                                                                                                                A la inauguración de la planta asistieron 50 personas que celebran que, desde ahora, Quibdó va a poder alimentarse a sí mismo.
                                                                                                                                Foto: Archivo Particular
                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Por su parte, Jorge de Angulo, de Acumen, asegura que lo más importante del proyecto es crear una cultura en que los miembros de la planta aprovechen la ayuda para posicionar la empresa en un lugar alto del mercado. “No pretendemos ser asistencialistas, entregar el dinero y ya. Queremos que Cocomacia y Espiga del Atrato, que es la empresa que se creó para producir y distribuir el arroz, se sostenga a través de un modelo diferente al de la cooperación, que es solo apoyar económicamente y esperar resultados”, dijo el inversionista.

                                                                                                                                (Léase también: Reforma a la justicia: la idea de una justicia especializada en género)

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Lo que produce esta planta podría ser utilizado, por ejemplo, por el Plan de Alimentación Escolar en Chocó, que adjudica contratos superiores a los $10.000 millones. Incluso, desde la Alcaldía se podría pactar compras de toneladas de arroz para abastecer hospitales o cárceles. Además, cuenta Darío Córdoba, no se descarta la posibilidad de exportar el arroz, pues solo el primer día en que entró a funcionar la planta, lograron vender 300 bultos de este grano y concertar contratos con restaurantes y privados.

                                                                                                                                ***

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Al finalizar la inauguración de la planta, Darío recuerda todos los años que vivió con miedo a causa de las extorsiones. Para él, la planta de arroz es un gesto de paz simbólico, ya que lo que realmente causa este centro de producción, es que los chocoanos, en vez de sumergirse en el universo de la guerra o el crimen organizado, sientan un arraigo por su tierra y le apuesten a desarrollar, a pesar de las condiciones adversas, un territorio que “siempre le voltearon la cara, pero hoy puede convertirse en referente de resiliencia”.

                                                                                                                                ¿Sabe qué es la justicia centrada en las personas? Visite Justicia Inclusiva de El Espectador

                                                                                                                                La apertura de la planta es un esfuerzo de los líderes afro en Chocó para lograr la paz a través de seguridad alimentaria.
                                                                                                                                Foto: Archivo Particular
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                El pasado 18 de abril, El Espectador asistió a la reinauguración del Centro Productivo de Paz, en Quibdó. La planta llevaba ocho años abandonada a causa de extorsiones y falta de mínimos básicos como agua potable y energía, pero gracias a Cocomacia, el consejo afro más grande del país, y el apoyo de Usaid, ACDI/VOCA y Acumen, la esperanza ahora recae en que este centro agrícola pueda paliar algunos de los problemas más constantes del departamento, entre ellos el hambre o la falta de oportunidades.

                                                                                                                                “La reapertura de la planta trae desarrollo. Se nos mejora la vida y hace que la tierra que por tanto tiempo ha sido olvidada, merezca ser recordada”, dijo en la inauguración la poetisa Coco Kilele. Es tanta la importancia de esta reapertura que el alcalde de Quibdó, Rafael Bolaños, y la gobernadora del Chocó, Nubia Carolina Córdoba, asistieron al evento. “Con estabilidad económica se construye paz. Espero que este arroz sea parte de la gran red de empresas productivas que van a hacer de Chocó una marca para comprar en todas partes”, dijo la gobernadora.

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                ***

                                                                                                                                Darío Córdoba aún recuerda ese día de 2015 en que ocho jóvenes armados entraron apresurados a la planta de procesamiento a pedir la extorsión de la semana. Él, acostumbrado a la situación de seguridad de Quibdó, no tenía más remedio que obedecer. Solo desde ese año, la Fundación Círculo de Estudios, contabiliza en más de 500 los jóvenes asesinados a causa de una “guerra de pandillas” que extorsionan, roban o sirven a los intereses de grandes grupos, como ELN, Clan del Golfo o Los Mexicanos. La Policía, por su parte, ha registrado más de 169 asesinatos desde 2022.

                                                                                                                                (Puede interesarle: Familias de jóvenes asesinados en Chocó transforman el dolor en justicia)

                                                                                                                                Muchas veces, Córdoba fue a la Fiscalía a denunciar e intentar salvar el negocio. “Ponga la denuncia. Pero eso no va a pasar nada”, fue la respuesta del funcionario que recibió la denuncia. Hasta que, una mañana, cuando los pescadores apenas empezaban a abordar las barcazas en busca de pescado, este hombre recibió la que sería la última amenaza que aceptaría. “Don Darío. Necesitamos $3 millones para las 10:00 a.m., no hay negociación”, dijeron a través de una llamada.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                A partir de ahí se dio un efecto dominó que solo dejó daños. Con el cierre de la planta se acabó el único procesamiento agrícola a gran escala y comunitario en Quibdó; los campesinos dejaron de cosechar un arroz que nadie les compraría; y Chocó empezó a depender de la importación y el comportamiento del mercado para poder nutrir el departamento con mayor inseguridad alimentaria del departamento.

                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                Foto: Archivo Particular
                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                ***

                                                                                                                                La reapertura del centro productivo fue un trabajo a varias manos en que todos aportaron, literalmente, su grano de arroz para seguir adelante. La diócesis de Quibdó insistió siempre en el diálogo entre las bandas y los productores. La cooperación internacional ofreció espacios de encuentro y mediadores que se encargaran de llegar a acuerdos pacíficos entre los líderes de los grupos armados y la comunidad.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                (Conozca: El clamor por justicia de las madres de jóvenes asesinados en el Chocó)

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                El esfuerzo comunitario de Cocomacia, aunque importante, no era suficiente para revivir una empresa que estaba abandonada y debía ser resucitada desde cero. Para poder volver al mercado necesitaban maquinaria y dinero que ni la Gobernación, Alcaldía o Gobierno Nacional entregaron para reabrir la planta.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                ***

                                                                                                                                Quibdó continúa siendo, según el DANE, la ciudad más pobre del país y el territorio con mayor inseguridad alimentaria de Colombia. Sus ciudadanos sobreviven a diario con menos de $30.000 pesos y, apenas durante la última semana, hubo unas tres balaceras entre bandas. Para Santiago, el líder afro de Cocomacia, estas son problemáticas que deben ser superadas y que no son nuevos para la capital chocoana.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                A la inauguración de la planta asistieron 50 personas que celebran que, desde ahora, Quibdó va a poder alimentarse a sí mismo.
                                                                                                                                Foto: Archivo Particular
                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                (Léase también: Reforma a la justicia: la idea de una justicia especializada en género)

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Lo que produce esta planta podría ser utilizado, por ejemplo, por el Plan de Alimentación Escolar en Chocó, que adjudica contratos superiores a los $10.000 millones. Incluso, desde la Alcaldía se podría pactar compras de toneladas de arroz para abastecer hospitales o cárceles. Además, cuenta Darío Córdoba, no se descarta la posibilidad de exportar el arroz, pues solo el primer día en que entró a funcionar la planta, lograron vender 300 bultos de este grano y concertar contratos con restaurantes y privados.

                                                                                                                                ***

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                                                                                                                                ¿Sabe qué es la justicia centrada en las personas? Visite Justicia Inclusiva de El Espectador

                                                                                                                                Por Tomás Tarazona Ramírez

                                                                                                                                Periodista de investigación con énfasis en conflicto, memoria y paz.ttarazona@elespectador.com
                                                                                                                                Ver todas las noticias
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