Recuperan 287 cuerpos en el cementerio del Ecce Homo, en Valledupar
Durante casi dos semanas la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) y la Unidad de Investigación y Acusación de la JEP hicieron exhumaciones en el cementerio del Ecce Homo, de Valledupar.
Colombia terminará este jueves con 287 desaparecidos menos. A través de un comunicado, la UBPD y la Unidad de Investigación y Acusación (UIA) de la JEP anunciaron que, gracias a un trabajo conjunto, se rescataron los restos de estas personas que, en su mayoría, podrían corresponder a víctimas de desaparición forzada en el conflicto armado.
Ambas entidades intervinieron el cementerio Jardines del Ecce Homo, uno de los camposantos más grandes y conocidos de la capital del Cesar. Durante 11 días, técnicos forenses, investigadores y funcionarios de las instituciones trabajaron para rescatar los restos de personas que, de acuerdo con denuncias en despachos judiciales, fueron enterrados en este lugar.
Exactamente, fueron los reclamos de cuatro familias que nunca volvieron a saber el paradero de sus allegados las que contribuyeron a que la JEP, junto con la UBPD, ingresaran al Ecce Homo y recuperaran los restos óseos que llevaban perdidos varios años.
El hallazgo es importante no solo para los familiares de estas personas que llevan clamando a la justicia alguna pista sobre el paradero de sus allegados desaparecidos. También porque esta exhumación ofrece más pistas sobre los patrones criminales y armados que se vivieron en la región desde la década de los 90.
En Cesar, por ejemplo, confluyeron todos los actores de la guerra y, tal como documentó la Comisión de la Verdad en su Informe Final, cada uno de esos grupos (paramilitares, Farc, ELN y Ejército) hicieron de la desaparición forzada una estrategia de dominio territorial.
El Centro de Memoria Histórica documentó que, bajo los lemas del paramilitarismo, Cesar se convirtió en un centro de operaciones en donde se ordenaban masacres, desapariciones forzadas y desplazamientos multitudinarios. Tanto así, que en los registros del conflicto, se cometieron más de 30 masacres de las cuales, las víctimas eran desaparecidas forzosamente.
Las violaciones a los derechos humanos en Cesar fueron tan altas, que cuando la JEP comenzó sus indagaciones y abrió el macrocaso 03 (que trata sobre desapariciones forzadas y los mal llamados “falsos positivos”), abrió una dependencia encargada de indagar sobre lo sucedido en la Costa Caribe.
El significado de la búsqueda
El hallazgo de estos 287 cuerpos es una de las exhumaciones de desaparecidos forzados más grandes que ha hecho el Sistema Integral para la Paz desde su creación, tras el Acuerdo de Paz en 2016. Sin embargo, el logro no fue fácil de alcanzar. Cuando recién se empezaron a recibir las denuncias de desaparición forzada en Cesar y, específicamente en Valledupar, un despacho de la JEP tuvo que imponer medidas cautelares en el cementerio del Ecce Homo con el fin de que la búsqueda de los desaparecidos no fuese torpedeada por factores externos, como obras públicas o el ocultamiento de los cuerpos que se encontraban en ese camposanto.
“Entre las órdenes incluidas (en la medida cautelar) está el propósito de evitar que transcurran otros 20 años sin respuestas para los familiares de las víctimas (...) por eso se requiere la articulación de los órganos y entidades competentes para su identificación”, explica el comunicado.
La recuperación de los cuerpos también implica que militares acusados de cometer desapariciones forzadas, exactamente los que integraron el Batallón La Popa entre 2002 y 2005, deben ofrecer respuestas sobre por qué estos cuerpos terminaron el Ecce Homo y brindar información que permita ofrecerles verdad a los familiares de estas víctimas. Además, la UIA y la UBPD aseguraron que los planes de búsqueda en el departamento aún continúan, pues en sus anaqueles hay al menos 4.132 solicitudes de búsqueda presentadas por colectivos de víctimas.
Si bien el hallazgo fue de 287 cuerpos, los análisis preliminares y el contraste de denuncias y bases de datos permitieron a estas instituciones que 103 de ellos podrían corresponder directamente a víctimas de la guerra en Cesar.
¿Y ahora?
Como en todo proceso de búsqueda, el hallazgo de los restos es tan solo el primer paso para ofrecer justicia a los familiares. Tanto le JEP, la UBPD y otras instituciones del Estado, como Medicina Legal, deben ahora entrar en un proceso de investigación forense para identificar, una por una, cada una de las personas que rescataron en Ecce Homo. Este proceso está previsto para agosto.
Sin embargo, siguen más pasos. Luego de identificar los cuerpos, estas entidades deben analizar qué otras víctimas que recuperaron en la exhumación se encontraban en ese camposanto que no estaban en el radar de denuncias. Al identificar plenamente a las víctimas, de acuerdo con denuncias, testimonios de familiares e investigaciones de la justicia, el Estado puede hacer una entrega digna de esos cuerpos a sus familiares.
Además, no descartan que haya otras áreas del cementerio del Ecce Homo que tengan más personas desaparecidas forzosamente. Por lo cual, se debe continuar con la investigación de más denuncias y la búsqueda de más cuerpos en ese camposanto.
“La pérdida de nuestro ser querido va a estar siempre en nuestros corazones, pero no es lo mismo sufrir por amor, que sufrir por la angustia generada por la desaparición”, señaló una de las familiares que presenció una ceremonia religiosa oficiada tras el encuentro de los cuerpos.
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Colombia terminará este jueves con 287 desaparecidos menos. A través de un comunicado, la UBPD y la Unidad de Investigación y Acusación (UIA) de la JEP anunciaron que, gracias a un trabajo conjunto, se rescataron los restos de estas personas que, en su mayoría, podrían corresponder a víctimas de desaparición forzada en el conflicto armado.
Ambas entidades intervinieron el cementerio Jardines del Ecce Homo, uno de los camposantos más grandes y conocidos de la capital del Cesar. Durante 11 días, técnicos forenses, investigadores y funcionarios de las instituciones trabajaron para rescatar los restos de personas que, de acuerdo con denuncias en despachos judiciales, fueron enterrados en este lugar.
Exactamente, fueron los reclamos de cuatro familias que nunca volvieron a saber el paradero de sus allegados las que contribuyeron a que la JEP, junto con la UBPD, ingresaran al Ecce Homo y recuperaran los restos óseos que llevaban perdidos varios años.
El hallazgo es importante no solo para los familiares de estas personas que llevan clamando a la justicia alguna pista sobre el paradero de sus allegados desaparecidos. También porque esta exhumación ofrece más pistas sobre los patrones criminales y armados que se vivieron en la región desde la década de los 90.
En Cesar, por ejemplo, confluyeron todos los actores de la guerra y, tal como documentó la Comisión de la Verdad en su Informe Final, cada uno de esos grupos (paramilitares, Farc, ELN y Ejército) hicieron de la desaparición forzada una estrategia de dominio territorial.
El Centro de Memoria Histórica documentó que, bajo los lemas del paramilitarismo, Cesar se convirtió en un centro de operaciones en donde se ordenaban masacres, desapariciones forzadas y desplazamientos multitudinarios. Tanto así, que en los registros del conflicto, se cometieron más de 30 masacres de las cuales, las víctimas eran desaparecidas forzosamente.
Las violaciones a los derechos humanos en Cesar fueron tan altas, que cuando la JEP comenzó sus indagaciones y abrió el macrocaso 03 (que trata sobre desapariciones forzadas y los mal llamados “falsos positivos”), abrió una dependencia encargada de indagar sobre lo sucedido en la Costa Caribe.
El significado de la búsqueda
El hallazgo de estos 287 cuerpos es una de las exhumaciones de desaparecidos forzados más grandes que ha hecho el Sistema Integral para la Paz desde su creación, tras el Acuerdo de Paz en 2016. Sin embargo, el logro no fue fácil de alcanzar. Cuando recién se empezaron a recibir las denuncias de desaparición forzada en Cesar y, específicamente en Valledupar, un despacho de la JEP tuvo que imponer medidas cautelares en el cementerio del Ecce Homo con el fin de que la búsqueda de los desaparecidos no fuese torpedeada por factores externos, como obras públicas o el ocultamiento de los cuerpos que se encontraban en ese camposanto.
“Entre las órdenes incluidas (en la medida cautelar) está el propósito de evitar que transcurran otros 20 años sin respuestas para los familiares de las víctimas (...) por eso se requiere la articulación de los órganos y entidades competentes para su identificación”, explica el comunicado.
La recuperación de los cuerpos también implica que militares acusados de cometer desapariciones forzadas, exactamente los que integraron el Batallón La Popa entre 2002 y 2005, deben ofrecer respuestas sobre por qué estos cuerpos terminaron el Ecce Homo y brindar información que permita ofrecerles verdad a los familiares de estas víctimas. Además, la UIA y la UBPD aseguraron que los planes de búsqueda en el departamento aún continúan, pues en sus anaqueles hay al menos 4.132 solicitudes de búsqueda presentadas por colectivos de víctimas.
Si bien el hallazgo fue de 287 cuerpos, los análisis preliminares y el contraste de denuncias y bases de datos permitieron a estas instituciones que 103 de ellos podrían corresponder directamente a víctimas de la guerra en Cesar.
¿Y ahora?
Como en todo proceso de búsqueda, el hallazgo de los restos es tan solo el primer paso para ofrecer justicia a los familiares. Tanto le JEP, la UBPD y otras instituciones del Estado, como Medicina Legal, deben ahora entrar en un proceso de investigación forense para identificar, una por una, cada una de las personas que rescataron en Ecce Homo. Este proceso está previsto para agosto.
Sin embargo, siguen más pasos. Luego de identificar los cuerpos, estas entidades deben analizar qué otras víctimas que recuperaron en la exhumación se encontraban en ese camposanto que no estaban en el radar de denuncias. Al identificar plenamente a las víctimas, de acuerdo con denuncias, testimonios de familiares e investigaciones de la justicia, el Estado puede hacer una entrega digna de esos cuerpos a sus familiares.
Además, no descartan que haya otras áreas del cementerio del Ecce Homo que tengan más personas desaparecidas forzosamente. Por lo cual, se debe continuar con la investigación de más denuncias y la búsqueda de más cuerpos en ese camposanto.
“La pérdida de nuestro ser querido va a estar siempre en nuestros corazones, pero no es lo mismo sufrir por amor, que sufrir por la angustia generada por la desaparición”, señaló una de las familiares que presenció una ceremonia religiosa oficiada tras el encuentro de los cuerpos.
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