El achiote es una de esas plantas con una gran versatilidad, pues la podemos encontrar fácilmente en la cocina, en preparaciones medicinales y en usos industriales.
La planta podría pasar desapercibida, un arbusto más al lado del camino, si no fuera por sus frutos, que esconden el verdadero potencial de esta especie.
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Los frutos del achiote son de una espinosa belleza, si se quiere, y en su interior guardan unas semillas que, al exprimirlas, liberan un líquido de un rojo intenso. Hay quien describe al achiote como la planta de la vida, pues de sus semillas parece brotar sangre.
Este líquido lleva siendo utilizado para colorear tejidos y otras materias desde épocas prehispánicas. Por ejemplo, en México (uno de los principales cultivadores de esta especie en el mundo), una tercera parte de la producción local de achiote se utiliza como pigmento, bien sea en la industria textil o en la de alimentos.
En este país, la planta es considerada como patrimonio milenario por su presencia histórica y rotunda en una serie de aspectos de la vida mexicana (desde los aztecas, hasta hoy), de acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural mexicana. Por ejemplo, platos como la cochinita pibil serían inconcebibles sin el achiote.
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Cuidados del achiote
Esta es una planta muy resistente y que requiere de pocos cuidados en general. En suelo abierto, además del cultivo y explotación de sus semillas, se usa para cercas vivas o para ayudar en las restauración de suelos erosionados.
El achiote es originario de América y su crecimiento óptimo se da en regiones calientes.
Esta es una planta que necesita toda la luz que se le pueda dar, sin importar si es directo. Por esto, puede funcionar perfectamente como una planta de exteriores, ideal para una huerta casera, por ejemplo.
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Si su idea es tenerla dentro de casa, es clave que esté en un lugar muy bien iluminado, cerca a las ventanas, preferiblemente.
Al ser originario de regiones tropicales, el achiote es amigo de la humedad, por lo que requiere que el suelo en el que esté sembrado mantenga esta característica.
Sin embargo, es necesario que el suelo tenga buen drenaje porque el exceso de humedad debilita el crecimiento y fortaleza de las raíces y, con esto, a todo el resto de la planta.
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Para este especie, como para muchas otras, es preferible un tiempo corto de sequía que largas exposiciones al agua o a los encharcamientos.
De acuerdo con la Secretaría, “las propiedades medicinales del achiote se emplean para aliviar problemas de riñón, patologías estomacales, quemaduras, malestares de garganta, problemas respiratorios, conjuntivitis, dolor de cabeza y heridas”.
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