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Cuidar de plantas en el hogar puede ser un verdadero desafío, especialmente en aquellos rincones donde la luz escasea. Sin embargo, existe una opción perfecta para aquellos amantes de la naturaleza que buscan embellecer sus espacios sin complicaciones: la Aglaonema.
La Aglaonema, o “Planta Pintora”, pertenece a la familia Araceae y es originaria de las selvas asiáticas. Esta especie destaca por su extraordinaria diversidad, con cerca de 20 variedades que van desde pequeñas plantas hasta ejemplares de gran tamaño. Sus hojas son alargadas y pueden alcanzar impresionantes dimensiones de hasta 45 centímetros de longitud y 16 centímetros de ancho y tienen unos patrones de colores vibrantes que van desde tonalidades esmeraldas hasta rojos intensos.
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Estas plantas herbáceas y perennes, que pueden alcanzar alturas de entre 20 y 150 centímetros, destacan por sus múltiples tallos cortos, que crean una presencia imponente y elegante. Sin embargo, lo que la hace más especial es que a diferencia de muchas otras especies que requieren una exposición solar constante, ella prospera en ambientes con iluminación tenue, convirtiéndola en la elección perfecta para decorar rincones oscuros, pasillos o incluso baños sin ventanas.
Aunque tenga cuidado, especialmente si tiene niños o mascotas en el hogar, pues aunque es una planta cautivadora, esta especie es tóxica si se ingiere. Esto se debe a que todas sus partes contienen altas concentraciones de cristales de oxalato de calcio y el simple hecho de masticar cualquier porción de la planta puede provocar un intenso dolor bucal, inflamación de la lengua, labios y garganta.
A continuación, le ofrecemos algunos cuidados generales para mantener su Aglaonema y que esté saludable durante muchos años.
Cuidados de la Aglaonema
Riego:
- A esta planta le gusta la humedad, por lo que necesita un riego frecuente. Sin embargo, es crucial encontrar el equilibrio adecuado para evitar problemas. Riéguela cuando note que la capa superior del sustrato está ligeramente seca, lo que suele ocurrir cada dos o tres días. Aplique agua hasta que drene por los orificios de la maceta, pero evite encharcarla, ya que un exceso de humedad puede provocar la pudrición de las raíces y dañar la planta.
- Pulverice cada dos días suavemente sus hojas, tratando que la distancia sea de cuatro o cinco centímetros para que no la lastime.
Luz:
- Tolera condiciones de poca luz e incluso puede prosperar con iluminación artificial, sin embargo, si la quiere poner en una parte mucho más iluminada, procure que le dé luz indirecta o filtrada. Evite la exposición directa al sol, ya que puede quemar sus hojas.
- Como es originaria de ambientes cálidos, prospera a temperaturas que estén entre los 18°C y 24°C. No tolera ni las heladas ni los cambios bruscos de temperatura.
Sustrato y abono:
- Prefiere sustratos ricos en materia orgánica, bien drenados y ligeramente ácidos. Por lo que utilice una combinación de turba rubia, perlita, fibra de coco o corteza de pino triturada para que le dé un buen drenaje, y un poco de compost una vez al mes.
- Durante la primavera y el verano, aplique un fertilizante para plantas de interior líquido diluido cada 4-6 semanas para promover un crecimiento vigoroso.
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Mantenimiento:
- Retire regularmente las hojas amarillas o dañadas y mantenga la planta libre de polvo limpiando suavemente sus hojas con un paño húmedo.
- Trasplante la aglaonema cada dos o tres años, o cuando note que la maceta se ha quedado pequeña.
Reproducción:
- Propagación por división de raíces: Extraiga la planta de la maceta, limpie la tierra hasta descubrir las raíces y separe una parte de la planta con un cuchillo desinfectado. Luego, coloque la división en una maceta con una mezcla de sustrato universal y turba, y en unos 10 días, la nueva planta desarrollará sus propias raíces.
- Propagación por esquejes: Corte un tallo de la parte inferior de la planta que tenga cuatro o cinco hojas, utilizando un cuchillo limpio y esterilizado. Luego, junte el extremo del tallo en hormonas de enraizamiento y plántelo en una maceta con turba y sustrato universal. En un mes o mes y medio, comenzarán a surgir nuevos brotes.
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