Anturio: cuidados, propiedades y características de esta planta
Pareciera casi una planta exótica por sus intensos y bellos colores. Esconde un secreto: cuidarla es muy fácil, lo que la vuelve perfecta para principiantes, por ejemplo.
Los anturios son una planta engañosa: son demasiado bellos para ser tan sencillos en su cuidado. Son compañeros perfectos para interiores de todo tipo, siempre y cuando se cumpla con algunas condiciones básicas de las que ya hablaremos.
Aunque la variedad más común de anturio es de hojas verdes y flores de un rojo intenso, también los hay con floraciones blancas, rosadas y hasta amarillas.
En todas exhiben intensos colores y un despliegue de vida y tamaño que, con seguridad, llenará de estilo y gracia cualquier rincón de su casa u oficina.
Lea también: ¿Cómo revivir o recuperar una planta seca, marchita o con las hojas caídas?
Cuidados de los anturios
Lo primero que hay que aclarar acá es que los anturios son plantas de interiores: no la van bien con cambios bruscos de temperatura, no son muy amigas de las corrientes intensas de aire (adiós terrazas, especialmente si son de altura) y, aunque necesitan toda la luz posible, los rayos directos del sol queman sus hojas.
Parecieran muchas condiciones, pero de fondo lo que todo esto dice es que es una planta que viene muy bien cerca a ventanas, pero sin exposición directa al sol. De ahí para adelante, ella ya se encarga.
En términos de riego, el anturio es una planta delicada (aunque no frágil). En una temperatura promedio de 20 grados requerirá agua una vez por semana y en pocas cantidades. Acá la clave es mantener húmedas las raíces pero no encharcarlas, pues esto expone la planta a hongos o a que las raíces se vayan pudriendo.
Lo ideal también es ponerlos en una matera que tenga buen desagüe y estar pendientes de que la tierra no se compacte lo suficiente como para que el agua no fluya, pues esto puede generar dos problemas: que el riego no llegue a todas las raíces o que haya problemas de encharcamiento al interior de la tierra.
Lea también: ¿Plantas carnívoras en casa?: sí se puede
Es bueno regar de a poquito la planta, cuidando de cuando desagüe y ahí frenar el riego.
Con el anturio, al igual que con otras plantas de hojas largas, es bueno ir retirando las que se vayan secando, pues esto ahorra nutrientes y energía en la planta.
No hay que temer los momentos de secado de hojas: el anturio tiene ciclos, por lo que es normal que haya muda de hojas y flores. Lo que hay que revisar son los tallos principales, en el centro de la planta. Si su verde es intenso, todo anda bien y la planta sólo está cumpliendo sus ciclos naturales.
También es recomendable limpiar las hojas con un trapo humedecido en agua, pues esto tiende a mejorar la fotosíntesis de la planta, lo que redunda en una mejor salud de esta especie.
Los anturios son una planta engañosa: son demasiado bellos para ser tan sencillos en su cuidado. Son compañeros perfectos para interiores de todo tipo, siempre y cuando se cumpla con algunas condiciones básicas de las que ya hablaremos.
Aunque la variedad más común de anturio es de hojas verdes y flores de un rojo intenso, también los hay con floraciones blancas, rosadas y hasta amarillas.
En todas exhiben intensos colores y un despliegue de vida y tamaño que, con seguridad, llenará de estilo y gracia cualquier rincón de su casa u oficina.
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Cuidados de los anturios
Lo primero que hay que aclarar acá es que los anturios son plantas de interiores: no la van bien con cambios bruscos de temperatura, no son muy amigas de las corrientes intensas de aire (adiós terrazas, especialmente si son de altura) y, aunque necesitan toda la luz posible, los rayos directos del sol queman sus hojas.
Parecieran muchas condiciones, pero de fondo lo que todo esto dice es que es una planta que viene muy bien cerca a ventanas, pero sin exposición directa al sol. De ahí para adelante, ella ya se encarga.
En términos de riego, el anturio es una planta delicada (aunque no frágil). En una temperatura promedio de 20 grados requerirá agua una vez por semana y en pocas cantidades. Acá la clave es mantener húmedas las raíces pero no encharcarlas, pues esto expone la planta a hongos o a que las raíces se vayan pudriendo.
Lo ideal también es ponerlos en una matera que tenga buen desagüe y estar pendientes de que la tierra no se compacte lo suficiente como para que el agua no fluya, pues esto puede generar dos problemas: que el riego no llegue a todas las raíces o que haya problemas de encharcamiento al interior de la tierra.
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Es bueno regar de a poquito la planta, cuidando de cuando desagüe y ahí frenar el riego.
Con el anturio, al igual que con otras plantas de hojas largas, es bueno ir retirando las que se vayan secando, pues esto ahorra nutrientes y energía en la planta.
No hay que temer los momentos de secado de hojas: el anturio tiene ciclos, por lo que es normal que haya muda de hojas y flores. Lo que hay que revisar son los tallos principales, en el centro de la planta. Si su verde es intenso, todo anda bien y la planta sólo está cumpliendo sus ciclos naturales.
También es recomendable limpiar las hojas con un trapo humedecido en agua, pues esto tiende a mejorar la fotosíntesis de la planta, lo que redunda en una mejor salud de esta especie.