Árbol nogal: lo que no sabía de una de las especies más representativas de Bogotá
Esta especie natural es una de las más representativas de la capital con más de 7.000 ejemplares sembrados en la actualidad. Conozca cómo llegó a la ciudad, su proceso de plantación y beneficios.
El nogal, un árbol majestuoso y de gran importancia histórica y ecológica, se erige como un símbolo emblemático en diversas regiones del mundo. Conocido científicamente como Juglans regia y Juglans neotropica, dependiendo de la especie, el nogal no solo aporta valiosos frutos, las nueces, sino también madera de alta calidad utilizada en la ebanistería y la construcción. En ciudades como Bogotá, este árbol adquiere un significado especial, siendo representativo de la biodiversidad y del patrimonio natural local.
Federico Hernández, botánico forestal que trabajó en el Jardín Botánico de Bogotá coordinando la plantación de árboles en la capital, señala que “a pesar de que los árboles nogales representan apenas el 1% de las especies naturales plantadas en la capital, llegamos a un total de 7.000 ejemplares de nogales mediante el proyecto de arborización en Bogotá”.
De acuerdo con Hernández, el nogal tiene sus orígenes en la región que abarca los Balcanes, el suroeste de Asia y el Himalaya. Desde la antigüedad, ha sido cultivado por sus nueces comestibles y su madera resistente. Se extendió por Europa a través del comercio y la migración humana, y eventualmente llegó a América con los colonizadores europeos. En la antigua Grecia y Roma, las nueces de nogal eran consideradas un manjar y se utilizaban en rituales religiosos. Los romanos llevaron el nogal a diversas partes de Europa, donde se adaptó bien a los climas templados. Durante la Edad Media, el nogal fue apreciado por su madera, que se utilizaba para fabricar muebles, utensilios y objetos de arte. En el Renacimiento, el nogal adquirió una importancia aún mayor en la ebanistería, destacándose en la creación de muebles finos y ornamentales.
Con la llegada de los colonizadores europeos a América, el cultivo del nogal se introdujo en el Nuevo Mundo, mediante el nogal cafetero, uno de los tipos de este árbol, cuyo nombre científico es el Juglans Neotropica. “Llegó a Bogotá porque con el tiempo se volvió importante en los Andes, siendo altamente valorado por su madera oscura y duradera, utilizada en la fabricación de muebles y carpintería fina, ha sido una parte integral del ecosistema, con una presencia notable en áreas protegidas y parques de la ciudad. Por eso el Jardín Botánico de Bogotá José Celestino Mutis (en su sitio web), asegura que el árbol el nogal es una especie natural emblemática de la capital, Los ejemplares sembrados aquí corresponden a ese tipo específico de nogal, así como los beneficios y proceso de plantación”, expuso Hernández.
Proceso de plantación
El proceso de plantación del nogal implica varias etapas, desde la selección del sitio y las semillas hasta el cuidado continuo del árbol joven. De acuerdo con Hernández, estas son las recomendaciones para la plantación de los árboles nogales en cualquier tipo de territorio. “El clima generará variaciones en algunos consejos de plantación y cuidado”, dijo el experto.
Selección del sitio: En regiones con inviernos fríos, es importante elegir un sitio que esté bien drenado y que no esté en una depresión donde se acumulen las heladas. En climas templados, los nogales prefieren suelos profundos y bien drenados en áreas que reciben pleno sol. En climas cálidos y secos, es crucial seleccionar un sitio con acceso a agua de riego. Los suelos deben ser profundos y bien drenados. En climas húmedos, asegúrese de que el sitio de plantación tenga buen drenaje para evitar problemas de pudrición de raíces.
Época de plantación: En climas fríos, la plantación se debe realizar a principios de la primavera después de que haya pasado el riesgo de heladas fuertes, o en otoño antes de que el suelo se congele. En climas templados, la plantación se puede hacer en otoño o a principios de primavera. La ventaja de plantar en otoño es que el árbol tiene tiempo para establecer sus raíces antes del inicio del crecimiento en primavera. Es preferible plantar en otoño para permitir que las raíces se establezcan durante la temporada más fresca y húmeda del año. En climas húmedos, la plantación se puede hacer en otoño o primavera, pero es importante evitar los periodos de lluvias intensas que pueden saturar el suelo.
Ubicación: El nogal necesita espacio para crecer, ya que puede alcanzar alturas de 20 a 30 metros y desarrollar un amplio sistema de raíces. Seleccionar un sitio con pleno sol, aunque puede tolerar algo de sombra.
Preparación del suelo: Independientemente del clima, se debe realizar un análisis de suelo para determinar su fertilidad y pH, y enmendar el suelo según sea necesario, añadiendo compost o fertilizantes orgánicos para mejorar la calidad y estructura del suelo. Labre el suelo hasta una profundidad de al menos 50 cm para asegurar que las raíces puedan desarrollarse adecuadamente, y elimine malezas y escombros de la zona de plantación.
Selección de semillas: Debe elegir nueces sanas y maduras de una variedad adaptada a la región, para germinar, las semillas de nogal necesitan un período de frío. Colocar las nueces en arena húmeda y refrigerarlas a una temperatura de 4-5°C durante 90-120 días.
Plantones: Alternativamente, se pueden comprar plantones jóvenes de viveros especializados. Asegurarse de que estén libres de enfermedades y tengan un sistema de raíces bien desarrollado. Después del período de estratificación, plantar las nueces directamente en el suelo o en macetas grandes, a una profundidad de 5-7 cm, y mantener el sustrato húmedo pero no empapado, y proteger las plántulas jóvenes de las heladas y el sol directo. Cavando un hoyo de plantación al menos dos veces más ancho y profundo que el cepellón del plantón, coloque el plantón en el hoyo y rellenar con tierra, asegurándose de que el punto donde el tronco se encuentra con las raíces esté a nivel del suelo, y compacte la tierra suavemente alrededor de las raíces para eliminar bolsas de aire y asegurar un buen contacto con el suelo.
Riego: En climas fríos y templados, asegúrese de que el árbol reciba suficiente agua durante su primer año de crecimiento, especialmente si las precipitaciones no son suficientes, en climas cálidos y secos se necesitará un riego regular y profundo preferiblemente por goteo. A nivel general, se debe regar abundantemente después de plantar y mantener el suelo constantemente húmedo durante el primer año de crecimiento, evitando el encharcamiento, ya que el nogal es susceptible a la pudrición de las raíces. Debe aplicar una capa de mantillo alrededor del árbol para conservar la humedad del suelo y controlar las malezas. Evitar que el mantillo toque directamente el tronco.
Protección: Para protegerlo, instale una protección alrededor del árbol joven para protegerlo de herbívoros y daños mecánicos.
Podas: Lo más recomendable es realizar podas de formación durante los primeros años para desarrollar una estructura fuerte y bien balanceada, y eliminar ramas dañadas o enfermas para mantener la salud del árbol.
“Siguiendo estos pasos detalladamente, se puede asegurar que el nogal tenga un buen comienzo y se desarrolle en un árbol fuerte y saludable, contribuyendo al entorno natural y proporcionando beneficios económicos y ecológicos a largo plazo. Como recomendaciones generales, en los climas fríos los árboles jóvenes pueden necesitar protección contra las heladas tardías de primavera. Esto puede incluir el uso de cobertores o protectores de tronco. En climas cálidos y secos, tiene que proporcionar sombra parcial para los árboles jóvenes puede ayudar a prevenir el estrés hídrico y las quemaduras solares. En climas húmedos, los nogales pueden ser más susceptibles a enfermedades fúngicas. El espacio adecuado entre los árboles y la elección de variedades resistentes pueden ayudar a mitigar estos riesgos.” concluyó Hernández.
Beneficios del árbol nogal
De acuerdo con Hernández, el nogal desempeña un papel vital en la salud del medio ambiente, contribuyendo a la conservación de la biodiversidad, la protección del suelo, la regulación del clima y la mejora de la calidad del aire y el agua. Además, “ofrece recursos naturales sostenibles que pueden beneficiar tanto a las comunidades locales como al entorno global” aseguró el experto. Su conservación y promoción son esenciales para mantener estos beneficios y asegurar un futuro más sostenible.
Conservación de la biodiversidad: Los nogales proporcionan refugio y alimento a una variedad de especies animales, incluyendo aves, mamíferos e insectos. Las nueces son una fuente importante de alimento para muchas de estas especies. El nogal, al formar parte de un ecosistema complejo, ayuda a mantener la diversidad de plantas en su entorno. Sus raíces y hojarasca contribuyen a la salud del suelo, favoreciendo el crecimiento de otras especies vegetales.
Protección del suelo: Las raíces profundas y extensas del nogal ayudan a estabilizar el suelo, reduciendo la erosión causada por el viento y la lluvia. Esto es especialmente importante en áreas montañosas y colinas, como las que se encuentran en Bogotá. La descomposición de las hojas y otros restos orgánicos del nogal enriquece el suelo con nutrientes, mejorando su estructura y fertilidad.
Regulación del clima: Los nogales, como todos los árboles, capturan dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera y lo almacenan en su biomasa (tronco, ramas, hojas y raíces). Esto ayuda a mitigar el cambio climático al reducir la cantidad de CO2 en la atmósfera.
Ciclo hidrológico: Los nogales mejoran la capacidad del suelo para retener agua, ayudando a mantener la humedad en el suelo y recargar los acuíferos. Esto es vital para la regulación del ciclo hidrológico local. Al reducir la velocidad del agua de lluvia que fluye sobre la superficie, los nogales ayudan a minimizar la escorrentía superficial, lo que a su vez reduce el riesgo de inundaciones y la contaminación del agua.
Protección contra vientos: Los nogales pueden actuar como cortavientos, protegiendo cultivos y otras plantas de los vientos fuertes, lo que reduce el estrés hídrico y mecánico en las plantas protegidas.
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El nogal, un árbol majestuoso y de gran importancia histórica y ecológica, se erige como un símbolo emblemático en diversas regiones del mundo. Conocido científicamente como Juglans regia y Juglans neotropica, dependiendo de la especie, el nogal no solo aporta valiosos frutos, las nueces, sino también madera de alta calidad utilizada en la ebanistería y la construcción. En ciudades como Bogotá, este árbol adquiere un significado especial, siendo representativo de la biodiversidad y del patrimonio natural local.
Federico Hernández, botánico forestal que trabajó en el Jardín Botánico de Bogotá coordinando la plantación de árboles en la capital, señala que “a pesar de que los árboles nogales representan apenas el 1% de las especies naturales plantadas en la capital, llegamos a un total de 7.000 ejemplares de nogales mediante el proyecto de arborización en Bogotá”.
De acuerdo con Hernández, el nogal tiene sus orígenes en la región que abarca los Balcanes, el suroeste de Asia y el Himalaya. Desde la antigüedad, ha sido cultivado por sus nueces comestibles y su madera resistente. Se extendió por Europa a través del comercio y la migración humana, y eventualmente llegó a América con los colonizadores europeos. En la antigua Grecia y Roma, las nueces de nogal eran consideradas un manjar y se utilizaban en rituales religiosos. Los romanos llevaron el nogal a diversas partes de Europa, donde se adaptó bien a los climas templados. Durante la Edad Media, el nogal fue apreciado por su madera, que se utilizaba para fabricar muebles, utensilios y objetos de arte. En el Renacimiento, el nogal adquirió una importancia aún mayor en la ebanistería, destacándose en la creación de muebles finos y ornamentales.
Con la llegada de los colonizadores europeos a América, el cultivo del nogal se introdujo en el Nuevo Mundo, mediante el nogal cafetero, uno de los tipos de este árbol, cuyo nombre científico es el Juglans Neotropica. “Llegó a Bogotá porque con el tiempo se volvió importante en los Andes, siendo altamente valorado por su madera oscura y duradera, utilizada en la fabricación de muebles y carpintería fina, ha sido una parte integral del ecosistema, con una presencia notable en áreas protegidas y parques de la ciudad. Por eso el Jardín Botánico de Bogotá José Celestino Mutis (en su sitio web), asegura que el árbol el nogal es una especie natural emblemática de la capital, Los ejemplares sembrados aquí corresponden a ese tipo específico de nogal, así como los beneficios y proceso de plantación”, expuso Hernández.
Proceso de plantación
El proceso de plantación del nogal implica varias etapas, desde la selección del sitio y las semillas hasta el cuidado continuo del árbol joven. De acuerdo con Hernández, estas son las recomendaciones para la plantación de los árboles nogales en cualquier tipo de territorio. “El clima generará variaciones en algunos consejos de plantación y cuidado”, dijo el experto.
Selección del sitio: En regiones con inviernos fríos, es importante elegir un sitio que esté bien drenado y que no esté en una depresión donde se acumulen las heladas. En climas templados, los nogales prefieren suelos profundos y bien drenados en áreas que reciben pleno sol. En climas cálidos y secos, es crucial seleccionar un sitio con acceso a agua de riego. Los suelos deben ser profundos y bien drenados. En climas húmedos, asegúrese de que el sitio de plantación tenga buen drenaje para evitar problemas de pudrición de raíces.
Época de plantación: En climas fríos, la plantación se debe realizar a principios de la primavera después de que haya pasado el riesgo de heladas fuertes, o en otoño antes de que el suelo se congele. En climas templados, la plantación se puede hacer en otoño o a principios de primavera. La ventaja de plantar en otoño es que el árbol tiene tiempo para establecer sus raíces antes del inicio del crecimiento en primavera. Es preferible plantar en otoño para permitir que las raíces se establezcan durante la temporada más fresca y húmeda del año. En climas húmedos, la plantación se puede hacer en otoño o primavera, pero es importante evitar los periodos de lluvias intensas que pueden saturar el suelo.
Ubicación: El nogal necesita espacio para crecer, ya que puede alcanzar alturas de 20 a 30 metros y desarrollar un amplio sistema de raíces. Seleccionar un sitio con pleno sol, aunque puede tolerar algo de sombra.
Preparación del suelo: Independientemente del clima, se debe realizar un análisis de suelo para determinar su fertilidad y pH, y enmendar el suelo según sea necesario, añadiendo compost o fertilizantes orgánicos para mejorar la calidad y estructura del suelo. Labre el suelo hasta una profundidad de al menos 50 cm para asegurar que las raíces puedan desarrollarse adecuadamente, y elimine malezas y escombros de la zona de plantación.
Selección de semillas: Debe elegir nueces sanas y maduras de una variedad adaptada a la región, para germinar, las semillas de nogal necesitan un período de frío. Colocar las nueces en arena húmeda y refrigerarlas a una temperatura de 4-5°C durante 90-120 días.
Plantones: Alternativamente, se pueden comprar plantones jóvenes de viveros especializados. Asegurarse de que estén libres de enfermedades y tengan un sistema de raíces bien desarrollado. Después del período de estratificación, plantar las nueces directamente en el suelo o en macetas grandes, a una profundidad de 5-7 cm, y mantener el sustrato húmedo pero no empapado, y proteger las plántulas jóvenes de las heladas y el sol directo. Cavando un hoyo de plantación al menos dos veces más ancho y profundo que el cepellón del plantón, coloque el plantón en el hoyo y rellenar con tierra, asegurándose de que el punto donde el tronco se encuentra con las raíces esté a nivel del suelo, y compacte la tierra suavemente alrededor de las raíces para eliminar bolsas de aire y asegurar un buen contacto con el suelo.
Riego: En climas fríos y templados, asegúrese de que el árbol reciba suficiente agua durante su primer año de crecimiento, especialmente si las precipitaciones no son suficientes, en climas cálidos y secos se necesitará un riego regular y profundo preferiblemente por goteo. A nivel general, se debe regar abundantemente después de plantar y mantener el suelo constantemente húmedo durante el primer año de crecimiento, evitando el encharcamiento, ya que el nogal es susceptible a la pudrición de las raíces. Debe aplicar una capa de mantillo alrededor del árbol para conservar la humedad del suelo y controlar las malezas. Evitar que el mantillo toque directamente el tronco.
Protección: Para protegerlo, instale una protección alrededor del árbol joven para protegerlo de herbívoros y daños mecánicos.
Podas: Lo más recomendable es realizar podas de formación durante los primeros años para desarrollar una estructura fuerte y bien balanceada, y eliminar ramas dañadas o enfermas para mantener la salud del árbol.
“Siguiendo estos pasos detalladamente, se puede asegurar que el nogal tenga un buen comienzo y se desarrolle en un árbol fuerte y saludable, contribuyendo al entorno natural y proporcionando beneficios económicos y ecológicos a largo plazo. Como recomendaciones generales, en los climas fríos los árboles jóvenes pueden necesitar protección contra las heladas tardías de primavera. Esto puede incluir el uso de cobertores o protectores de tronco. En climas cálidos y secos, tiene que proporcionar sombra parcial para los árboles jóvenes puede ayudar a prevenir el estrés hídrico y las quemaduras solares. En climas húmedos, los nogales pueden ser más susceptibles a enfermedades fúngicas. El espacio adecuado entre los árboles y la elección de variedades resistentes pueden ayudar a mitigar estos riesgos.” concluyó Hernández.
Beneficios del árbol nogal
De acuerdo con Hernández, el nogal desempeña un papel vital en la salud del medio ambiente, contribuyendo a la conservación de la biodiversidad, la protección del suelo, la regulación del clima y la mejora de la calidad del aire y el agua. Además, “ofrece recursos naturales sostenibles que pueden beneficiar tanto a las comunidades locales como al entorno global” aseguró el experto. Su conservación y promoción son esenciales para mantener estos beneficios y asegurar un futuro más sostenible.
Conservación de la biodiversidad: Los nogales proporcionan refugio y alimento a una variedad de especies animales, incluyendo aves, mamíferos e insectos. Las nueces son una fuente importante de alimento para muchas de estas especies. El nogal, al formar parte de un ecosistema complejo, ayuda a mantener la diversidad de plantas en su entorno. Sus raíces y hojarasca contribuyen a la salud del suelo, favoreciendo el crecimiento de otras especies vegetales.
Protección del suelo: Las raíces profundas y extensas del nogal ayudan a estabilizar el suelo, reduciendo la erosión causada por el viento y la lluvia. Esto es especialmente importante en áreas montañosas y colinas, como las que se encuentran en Bogotá. La descomposición de las hojas y otros restos orgánicos del nogal enriquece el suelo con nutrientes, mejorando su estructura y fertilidad.
Regulación del clima: Los nogales, como todos los árboles, capturan dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera y lo almacenan en su biomasa (tronco, ramas, hojas y raíces). Esto ayuda a mitigar el cambio climático al reducir la cantidad de CO2 en la atmósfera.
Ciclo hidrológico: Los nogales mejoran la capacidad del suelo para retener agua, ayudando a mantener la humedad en el suelo y recargar los acuíferos. Esto es vital para la regulación del ciclo hidrológico local. Al reducir la velocidad del agua de lluvia que fluye sobre la superficie, los nogales ayudan a minimizar la escorrentía superficial, lo que a su vez reduce el riesgo de inundaciones y la contaminación del agua.
Protección contra vientos: Los nogales pueden actuar como cortavientos, protegiendo cultivos y otras plantas de los vientos fuertes, lo que reduce el estrés hídrico y mecánico en las plantas protegidas.
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