Aromas impredecibles: las cinco plantas con peor olor en el mundo
Tres flores, una suculenta y una parásita fueron las elegidas como las plantas con peor olor por tres expertos consultados. Conozca cuáles son, sus características y la complejidad de tenerlas en casa.
En el mundo de las plantas, no todo es aroma y fragancia. Aunque muchas especies se destacan por sus delicados perfumes, existe un grupo selecto que es famoso por todo lo contrario: su olor desagradable. Tres expertos exploraron las cinco plantas con peor olor, revelando los secretos detrás de sus aromas peculiares y la sorprendente razón por la cual estas características olfativas les resultan beneficiosas en la naturaleza.
Miguel Urrea, del Jardín Botánico de Medellín; Gabriel Romero, de Colviveros Bogotá; y Humberto Osorio, jardinero de la Universidad Externado de Colombia, hicieron la selección coincidiendo en que se trata de especies que utilizan su olor para sobrevivir y prosperar en sus hábitats.
“Han desarrollado este rasgo como una estrategia evolutiva para asegurar su reproducción. Sus olores, imitando la carne en descomposición, el excremento u otros materiales orgánicos en descomposición, atraen a polinizadores específicos, principalmente moscas y escarabajos carroñeros, que son engañados al pensar que las flores son fuentes de alimento o lugares adecuados para poner huevos”, dijo Urrea.
Romero agregó que “al ser atraídos por el olor, estos insectos se posan en las flores y, en el proceso, recogen y transfieren polen de una flor a otra, facilitando la polinización cruzada. Este mecanismo asegura que las plantas puedan producir frutos y semillas, permitiendo así su reproducción y supervivencia en su entorno natural”.
Rafflesia arnoldii
“Es conocida por ser una de las flores individuales más grandes del mundo, con un diámetro que puede alcanzar hasta un metro y pesar hasta 11 kg” según Romero. No tiene tallo, hojas ni raíces visibles. Su flor es de color rojo con manchas blancas, tiene una textura carnosa, y vive como parásita en las raíces y tallos de la vida tropical del género Tetrastigma. La Rafflesia arnoldii emite un olor muy fuerte y desagradable, “similar al de la carne en descomposición”, dijo Osorio.
El ciclo de vida de la flor es bastante largo. Puede pasar hasta 9 meses para que una flor completa se desarrolle, y una vez que florece, dura entre 5 y 7 días antes de marchitarse, es nativa de las selvas tropicales de Sumatra y Borneo. Su distribución está bastante restringida por su olor y enfrenta amenazas debido a la deforestación y la pérdida de hábitat. Las actividades humanas, como la tala de bosques para agricultura y la expansión urbana, representan una amenaza significativa para su supervivencia.
Amorphophallus titanum
Es una de las flores más grandes del mundo, con una inflorescencia que puede alcanzar hasta 3 metros de altura. “Tiene una estructura floral compuesta por una espata (hoja modificada) verde por fuera y roja por dentro, que envuelve una espádice (estructura central) que puede alcanzar una gran altura”, expuso Urrea. Tiene un ciclo de floración infrecuente, floreciendo solo cada pocos años y a veces hasta una década, cada floración dura solo 24 a 48 horas, y es originaria de las selvas tropicales de Sumatra, Indonesia. La Amorphophallus titanum “emite un olor extremadamente fuerte y desagradable, similar al de un cadáver en descomposición”, de acuerdo con Romero.
La inflorescencia de Amorphophallus titanum tiene un ciclo de vida que puede durar varios meses. El proceso de floración es raro y ocurre aproximadamente cada dos a tres años en plantas cultivadas en condiciones óptimas. Durante la floración, Amorphophallus titanum puede elevar la temperatura de su inflorescencia para ayudar a dispersar el olor a carne en descomposición. Este fenómeno se conoce como termogénesis y es una estrategia para atraer a los polinizadores.
Hydnora africana
Es una planta parásita que crece bajo tierra y solo muestra su flor en la superficie. No tiene hojas visibles y puede medir entre 10 y 15 cm, es gruesa, carnosa y tiene un aspecto parecido a la de un hongo, con colores que varían del gris al marrón rojizo, y es nativa de las regiones áridas del sur de África, donde parasita las raíces de plantas del género Euphorbia. Según Osorio, “la Hydnora africana emite un olor muy fuerte y desagradable, que recuerda al excremento o a materia orgánica en descomposición”. Al entrar en la flor, los insectos quedan atrapados momentáneamente, permitiendo que la planta asegure la transferencia de polen.
La flor tiene una forma distintiva que se asemeja a una abertura con una estructura carnosa en su interior, de color pálido a grisáceo con bordes rojizos, además obtiene nutrientes y agua directamente de su huésped a través de estructuras especializadas llamadas haustorios, que se insertan en las raíces de la planta huésped. Aunque no se considera una especie en peligro inminente, la planta enfrenta desafíos relacionados con la pérdida de hábitat y las prácticas agrícolas que podrían afectar a sus plantas huésped. En algunas culturas, Hydnora africana ha sido utilizada en medicina tradicional, aunque su uso no está ampliamente documentado.
Stapelia Gigantea
Es una planta suculenta relativamente fácil de cultivar “puede alcanzar hasta 30 cm de altura. Sus tallos son gruesos, angulares y de color verde grisáceo, con bordes dentados” expuso Osorio. Sus flores son grandes, pueden medir hasta 35 cm de diámetro, y tienen una apariencia estrellada con una textura peluda. Los colores varían entre amarillos, rojos y marrones, imitando la apariencia de carne en descomposición. Es originaria de las regiones áridas del sur de África, donde crece en suelos bien drenados y bajo condiciones de sol pleno.
La Stapelia gigantea emite un olor fuerte y desagradable, “similar al de frutas como el banano en descomposición. La planta ha evolucionado para simular no solo el olor sino también la apariencia de carne en descomposición, maximizando la atracción de sus polinizadores”, señaló Urrea. La superficie exterior de la flor está cubierta de cerdas cortas y rígidas que refuerzan su apariencia de carne en descomposición. En el centro, las flores tienen una estructura interna que facilita la captura y retención de los polinizadores, es nativa de las regiones áridas y semiáridas de Sudáfrica. Se encuentra en áreas que presentan un clima cálido y seco, donde la planta ha adaptado sus características para sobrevivir en condiciones de escasez de agua.
Bulbophyllum Phalaenopsis
Esta orquídea es nativa de Nueva Guinea y otras regiones del sudeste asiático, donde crece en bosques húmedos y tropicales. De acuerdo con Osorio “tiene pseudobulbos grandes y hojas coriáceas, alargadas, de color verde oscuro. Sus flores son pequeñas, agrupadas en racimos, y pueden alcanzar hasta 40 cm de longitud, son de color rojo oscuro a marrón y tienen una textura cerosa, la inflorescencia es larga y arqueada, con numerosas flores que se abren simultáneamente”.
Las flores pueden variar en color, desde amarillo hasta tonos pálidos de verde y marrón. La coloración y el patrón pueden ayudar en la identificación de la especie y en atraer polinizadores específicos. Esta orquídea suele crecer en bosques tropicales húmedos y sombra parcial. Prefiere condiciones cálidas y húmedas. En cultivo, Bulbophyllum phalaenopsis se mantiene en condiciones similares a su hábitat natural, con un entorno cálido, húmedo, y bien ventilado. Requiere sustratos bien drenados y una alta humedad para prosperar.
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En el mundo de las plantas, no todo es aroma y fragancia. Aunque muchas especies se destacan por sus delicados perfumes, existe un grupo selecto que es famoso por todo lo contrario: su olor desagradable. Tres expertos exploraron las cinco plantas con peor olor, revelando los secretos detrás de sus aromas peculiares y la sorprendente razón por la cual estas características olfativas les resultan beneficiosas en la naturaleza.
Miguel Urrea, del Jardín Botánico de Medellín; Gabriel Romero, de Colviveros Bogotá; y Humberto Osorio, jardinero de la Universidad Externado de Colombia, hicieron la selección coincidiendo en que se trata de especies que utilizan su olor para sobrevivir y prosperar en sus hábitats.
“Han desarrollado este rasgo como una estrategia evolutiva para asegurar su reproducción. Sus olores, imitando la carne en descomposición, el excremento u otros materiales orgánicos en descomposición, atraen a polinizadores específicos, principalmente moscas y escarabajos carroñeros, que son engañados al pensar que las flores son fuentes de alimento o lugares adecuados para poner huevos”, dijo Urrea.
Romero agregó que “al ser atraídos por el olor, estos insectos se posan en las flores y, en el proceso, recogen y transfieren polen de una flor a otra, facilitando la polinización cruzada. Este mecanismo asegura que las plantas puedan producir frutos y semillas, permitiendo así su reproducción y supervivencia en su entorno natural”.
Rafflesia arnoldii
“Es conocida por ser una de las flores individuales más grandes del mundo, con un diámetro que puede alcanzar hasta un metro y pesar hasta 11 kg” según Romero. No tiene tallo, hojas ni raíces visibles. Su flor es de color rojo con manchas blancas, tiene una textura carnosa, y vive como parásita en las raíces y tallos de la vida tropical del género Tetrastigma. La Rafflesia arnoldii emite un olor muy fuerte y desagradable, “similar al de la carne en descomposición”, dijo Osorio.
El ciclo de vida de la flor es bastante largo. Puede pasar hasta 9 meses para que una flor completa se desarrolle, y una vez que florece, dura entre 5 y 7 días antes de marchitarse, es nativa de las selvas tropicales de Sumatra y Borneo. Su distribución está bastante restringida por su olor y enfrenta amenazas debido a la deforestación y la pérdida de hábitat. Las actividades humanas, como la tala de bosques para agricultura y la expansión urbana, representan una amenaza significativa para su supervivencia.
Amorphophallus titanum
Es una de las flores más grandes del mundo, con una inflorescencia que puede alcanzar hasta 3 metros de altura. “Tiene una estructura floral compuesta por una espata (hoja modificada) verde por fuera y roja por dentro, que envuelve una espádice (estructura central) que puede alcanzar una gran altura”, expuso Urrea. Tiene un ciclo de floración infrecuente, floreciendo solo cada pocos años y a veces hasta una década, cada floración dura solo 24 a 48 horas, y es originaria de las selvas tropicales de Sumatra, Indonesia. La Amorphophallus titanum “emite un olor extremadamente fuerte y desagradable, similar al de un cadáver en descomposición”, de acuerdo con Romero.
La inflorescencia de Amorphophallus titanum tiene un ciclo de vida que puede durar varios meses. El proceso de floración es raro y ocurre aproximadamente cada dos a tres años en plantas cultivadas en condiciones óptimas. Durante la floración, Amorphophallus titanum puede elevar la temperatura de su inflorescencia para ayudar a dispersar el olor a carne en descomposición. Este fenómeno se conoce como termogénesis y es una estrategia para atraer a los polinizadores.
Hydnora africana
Es una planta parásita que crece bajo tierra y solo muestra su flor en la superficie. No tiene hojas visibles y puede medir entre 10 y 15 cm, es gruesa, carnosa y tiene un aspecto parecido a la de un hongo, con colores que varían del gris al marrón rojizo, y es nativa de las regiones áridas del sur de África, donde parasita las raíces de plantas del género Euphorbia. Según Osorio, “la Hydnora africana emite un olor muy fuerte y desagradable, que recuerda al excremento o a materia orgánica en descomposición”. Al entrar en la flor, los insectos quedan atrapados momentáneamente, permitiendo que la planta asegure la transferencia de polen.
La flor tiene una forma distintiva que se asemeja a una abertura con una estructura carnosa en su interior, de color pálido a grisáceo con bordes rojizos, además obtiene nutrientes y agua directamente de su huésped a través de estructuras especializadas llamadas haustorios, que se insertan en las raíces de la planta huésped. Aunque no se considera una especie en peligro inminente, la planta enfrenta desafíos relacionados con la pérdida de hábitat y las prácticas agrícolas que podrían afectar a sus plantas huésped. En algunas culturas, Hydnora africana ha sido utilizada en medicina tradicional, aunque su uso no está ampliamente documentado.
Stapelia Gigantea
Es una planta suculenta relativamente fácil de cultivar “puede alcanzar hasta 30 cm de altura. Sus tallos son gruesos, angulares y de color verde grisáceo, con bordes dentados” expuso Osorio. Sus flores son grandes, pueden medir hasta 35 cm de diámetro, y tienen una apariencia estrellada con una textura peluda. Los colores varían entre amarillos, rojos y marrones, imitando la apariencia de carne en descomposición. Es originaria de las regiones áridas del sur de África, donde crece en suelos bien drenados y bajo condiciones de sol pleno.
La Stapelia gigantea emite un olor fuerte y desagradable, “similar al de frutas como el banano en descomposición. La planta ha evolucionado para simular no solo el olor sino también la apariencia de carne en descomposición, maximizando la atracción de sus polinizadores”, señaló Urrea. La superficie exterior de la flor está cubierta de cerdas cortas y rígidas que refuerzan su apariencia de carne en descomposición. En el centro, las flores tienen una estructura interna que facilita la captura y retención de los polinizadores, es nativa de las regiones áridas y semiáridas de Sudáfrica. Se encuentra en áreas que presentan un clima cálido y seco, donde la planta ha adaptado sus características para sobrevivir en condiciones de escasez de agua.
Bulbophyllum Phalaenopsis
Esta orquídea es nativa de Nueva Guinea y otras regiones del sudeste asiático, donde crece en bosques húmedos y tropicales. De acuerdo con Osorio “tiene pseudobulbos grandes y hojas coriáceas, alargadas, de color verde oscuro. Sus flores son pequeñas, agrupadas en racimos, y pueden alcanzar hasta 40 cm de longitud, son de color rojo oscuro a marrón y tienen una textura cerosa, la inflorescencia es larga y arqueada, con numerosas flores que se abren simultáneamente”.
Las flores pueden variar en color, desde amarillo hasta tonos pálidos de verde y marrón. La coloración y el patrón pueden ayudar en la identificación de la especie y en atraer polinizadores específicos. Esta orquídea suele crecer en bosques tropicales húmedos y sombra parcial. Prefiere condiciones cálidas y húmedas. En cultivo, Bulbophyllum phalaenopsis se mantiene en condiciones similares a su hábitat natural, con un entorno cálido, húmedo, y bien ventilado. Requiere sustratos bien drenados y una alta humedad para prosperar.
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