Publicidad

Asclepia o algodoncillo, la planta que atraerá a la mariposa Monarca

Esta planta no es solo una opción, sino la única que es viable para estas majestuosas criaturas, por ello aquí le contamos sus cuidados.

La  Huerta
15 de julio de 2024 - 10:00 p. m.
La planta ha desarrollado toxinas que la protegen de la mayoría de los herbívoros, mientras que las monarcas han evolucionado para tolerar estas toxinas y usarlas en su beneficio
La planta ha desarrollado toxinas que la protegen de la mayoría de los herbívoros, mientras que las monarcas han evolucionado para tolerar estas toxinas y usarlas en su beneficio
Foto: Pixabay

Las plantas desempeñan un papel fundamental en la supervivencia de incontables especies animales, pues algunas desarrollan una relación de dependencia clave para su sobrevivencia.

Este es el caso de la Asclepia, también conocida como algodoncillo, una planta que ha captado la atención del mundo por su importante papel como único sustento para las larvas de la mariposa monarca que, durante su migración anual en Norteamérica, se detienen en esta planta para alimentarse de néctar, convirtiéndolo en la energía necesaria para su travesía.

Le podría interesar: ¿La conocía? Características y cuidados de la planta dondiego

De hecho, esta mariposa depende tanto de esta planta, que podría extinguirse si no hay más de ellas, pues su relación es fundamental en dos etapas de su ciclo de vida cruciales de su desarrollo:

  • Oviposición: Las hembras adultas de la monarca buscan meticulosamente las hojas del algodoncillo para depositar sus huevos. Esta selectividad no es caprichosa, sino una estrategia evolutiva que asegura la supervivencia de su progenie, pues la planta protege a las larvas cerrando sus capullos y evitando qué depredadores se acerquen a ellas.
  • Alimentación: Una vez que los huevos eclosionan, las orugas recién nacidas encuentran en el algodoncillo su única fuente de alimento, ya que esta ha evolucionado para proporcionarle los nutrientes necesarios. Además, la planta también contienen compuestos que las orugas acumulan en sus cuerpos que las hace poco atractivas a los depredadores por el olor.

Sin embargo, en las últimas décadas, la disminución alarmante de las poblaciones de la mariposa monarca migratoria ha puesto de manifiesto la urgente necesidad de proteger y propagar el algodoncillo. Este declive también pone en peligro el delicado equilibrio de los ecosistemas en los que estas mariposas actúan como polinizadores durante su migración.

Una de las razones del porqué esta reducción se está dando, según lo manifiesta el Grupo de Trabajo para el Monitoreo y la Conservación de la Ruta Migratoria de la Mariposa Monarca de México, es debido al uso creciente de la planta “Asclepia tropical” o Asclepias curassavica. Esta planta, aunque atractiva para las mariposas, tiene efectos negativos significativos en su migración y salud, pues actúa como vector para la transmisión del protozoario parásito Ophryocystis elektroscirrha.

Este parásito afecta gravemente a las mariposas monarcas de varias maneras: reduce el tiempo y la calidad de vida de los adultos, impide que algunas crisálidas eclosionen, y causa malformaciones en las alas de aquellas que logran emerger, impidiéndoles volar. Además, disminuye la capacidad reproductiva de los adultos y aumenta el riesgo de infección en las poblaciones migratorias. Las mariposas infectadas depositan esporas del parásito en las plantas de A. curassavica durante su migración, creando un ciclo de infección que afecta a las generaciones siguientes, es por esto que en el país está fomentando la erradicación de la producción y siembra de esta. En su lugar, recomiendan la conservación y oferta de plantas nectaríferas nativas para la alimentación de las mariposas migratorias, así como la preservación y restauración de hábitats de descanso con árboles y arbustos nativos.

En Colombia, se recomienda consultar con expertos locales, como los Jardines Botánicos de Bogotá o Medellín, o con viveros especializados. Estos pueden aconsejar sobre la mejor manera de cultivar algodoncillo u otras plantas nectaríferas que sean nativas de su zona geográfica, lo que garantiza que las plantas se adapten bien al entorno local y proporcionen los recursos necesarios para las mariposas monarcas que residen en el país u otras especies nativas.

Aquí le decimos cómo cuidar su algodoncillo y qué necesita saber luego de elegir la variedad:

Características

Es una planta perenne nativa de América tropical que se ha naturalizado en muchas partes del mundo, pertenece a la familia Apocynaceae y se cultiva tanto como planta ornamental como fuente de alimento para mariposas en jardines especializados para polinizadores. La planta se caracteriza por sus flores pequeñas y llamativas, de color rojo y amarillo, agrupadas en cimas de 10 a 20 flores cada una y puede alcanzar hasta 1 metro de altura, con tallos rectos de color gris pálido. Sus frutos, conocidos como folículos, miden entre 5 y 10 centímetros, los cuales contienen semillas con pelos sedosos que facilitan su dispersión por el viento.

Ojo, tenga cuidado cuando la maneje, pues esta contiene una savia tóxica que puede irritar la piel al contacto.

Le podría interesar: Jardín Botánico de Medellín abrió convocatorias de trabajo. Así puede aplicar

Cuidados:

Es una planta de fácil cuidado ideal para principiantes, pues florece casi todo el año y es conocida por su resistencia, con hojas y tallos que pueden durar hasta dos años vivos.

Iluminación

  • Para un crecimiento óptimo, esta planta debe recibir al menos 6-8 horas de luz solar directa al día. Aunque puede tolerar la semisombra, especialmente en climas cálidos, sin embargo, no debe exponerse a sombra permanente, ya que esto afectará negativamente su crecimiento y floración.

Temperatura:

  • Esta planta se desarrolla mejor en temperaturas cálidas, entre 18°C y 30°C, y puede soportar calor extremo de hasta 35°C. Aunque es resistente al frío y puede sobrevivir a temperaturas invernales de hasta 8°C, no tolera heladas ni temperaturas por debajo de 0°C.

Suelo:

  • Acidez: Prefiere un suelo ligeramente ácido, con un pH entre 6.0 y 7.0. Y requiere un suelo rico en humus y materia orgánica, ya que le proporcionará los nutrientes necesarios para crecer fuerte y saludable. En esta guía le explicamos como entender la función del suelo.
  • Mejora del suelo: Si el suelo natural es arcilloso, puede mejorarlo mezclándolo con materia orgánica, arena de río o compost.
  • Drenaje: Es fundamental que el suelo tenga un buen drenaje para evitar encharcamientos, los cuales pudren las raíces.

Riego:

  • En épocas de calor, riegue la planta 3-4 veces por semana, mientras que en épocas de frío, reduzca la frecuencia a cada 4-5 días.
  • Es crucial que el agua penetre hasta el fondo de la raíz sin escurrir en exceso, por ello lo más aconsejable es que observe el estado del suelo y ajuste la frecuencia de riego según las condiciones climáticas y las necesidades de la planta. Por ejemplo, si no está seguro de que si aún necesita riego, puede introducir un palo de naranjo en la tierra y si este sale con tierra pegada, puede esperar dos días más en regar.

Fertilización:

  • Durante la temporada de crecimiento, en primavera y verano, es recomendable fertilizar la planta mensualmente con un fertilizante equilibrado soluble en agua. Es importante utilizar una dosis moderada, reduciendo a la mitad la cantidad recomendada por el fabricante para evitar la sobrefertilización.
  • Para una correcta aplicación, se debe evitar el contacto directo del fertilizante con el tallo, ya que puede causar quemaduras, además es aconsejable usar guantes protectores y regar el suelo después de fertilizar para facilitar la absorción de nutrientes y minimizar el estrés en las raíces.

Poda:

  • Eliminación de hojas y ramas: Retire regularmente las hojas marchitas y las ramas infectadas para mantener la planta sana y promover un nuevo crecimiento.
  • Estimulación del crecimiento: En climas tropicales o subtropicales, puede podar las ramas a principios de primavera para estimular la germinación y el crecimiento vigoroso.

Replantación:

  • Renovación cada 2-3 años: Esto se hace para acomodar su crecimiento vertical y evitar el enraizamiento excesivo, puede hacerlo cada 2-3 años durante la primavera,
  • Elección de la maceta: Seleccione una maceta nueva que sea 2-3 pulgadas más grandes en diámetro que la actual para brindarle espacio suficiente a las raíces. Después de replantar, coloque la planta en un lugar con luz indirecta hasta que se adapte a su nuevo hogar.
  • Riego regular: Reanude el riego regular una vez que observe nuevos brotes, ya que esto indicará que la planta se ha establecido correctamente.

🌳 ☘️ 🌿 Encuentre en La Huerta toda la información sobre plantas, jardinería, cultivos y siembra. 🍂🌺 🌼

Temas recomendados:

 

Gilberto(54899)15 de julio de 2024 - 10:10 p. m.
El Planeta avanza desbocado hacia su propia destrucción.
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
Aceptar