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Las suculentas son plantas que almacenan agua en sus hojas, tallos o raíces, lo que les permite adaptarse a ambientes áridos y sobrevivir en condiciones de sequía. Estas plantas tienen una apariencia única y se han vuelto populares tanto en jardines como en espacios interiores.
Y una de las prácticas que también gana seguidores es la de cambiar de forma natural el color de las suculentas. La Huerta habló con expertos para saber cómo es el proceso, y cuáles son los beneficios o riesgos que puede tener para la salud de las plantas.
Cosas a tener en cuenta antes del proceso
Los tipos de suculentas varían según su forma, tamaño y color, en su inicio de reproducción todas son de tonalidad verde, lo cual puede ser modificado de forma natural, pues cuando las suculentas reciben mucha luz, obtienen tonos rojos, morados y azules, gracias a la presencia de antocianinas, explica Angélica Otálora, especialista en horticultura.
Los pigmentos, señala, son una parte de la planta con moléculas que se encargan de absorber luz en el proceso de fotosíntesis. Las suculentas tienen diversos tipos de pigmentos: uno es el de clorofila, verdes; carotenoide, amarillos o naranjas; y antocianinas, que son rojos, morados y azules.
Omar Guerrero, horticultor de la Universidad Distrital, agrega que hay 3 tipos de suculentas que mantienen su tonalidad verde durante todo el año, a pesar de que se lleve a cabo el proceso para cambiar su color. “Los pigmentos de tipo betalaína, aclorófila, melanina impiden un cambio de color en la plantas, estos son totalmente verdes”, dijo Guerrero.
Guerrero señala que las suculentas pueden convertir su color a tres tipos de tonalidades: entre azul y morado; entre amarillo y naranja; y entre rosado y rojo. “El tono depende de qué tan expuesta esté a la luz directa. Es proporcional la cantidad de luz que reciba a la tonalidad oscura que tome, es decir, si yo quiero que la suculenta esté más roja que rosada, la voy a exponer más a la luz del sol” explicó. Lo mismo sucede con los otros tipos de tonalidades: cuanto más expuesto a la luz esté la suculenta, estará más morada que azul, y más naranja que amarilla el otro tipo de tonalidad.
El tipo de tonalidad que toma la suculenta depende de los tipos de pigmentos que tenga en sus hojas la planta en cuestión, explicó Guerrero: “Las que tienen carotenoides tienden a ser el tipo de tonalidad amarillo y naranja, las que tienen antocianinas el de morado y azul, mientras que las que tienen antocianinas entre rojo y rosado”.
Algunos tipos de suculentas que no cambian de color
- Senecio Rowleyanus: Conocida también como planta crasa colgante, necesita que se ubique en zonas bien iluminadas para poder crecer. Además, es importante que esté situada en habitaciones donde reciba luz natural de forma permanente, como por ejemplo, junto a una ventana.
- Haworthias: Necesitan riegos de forma regular en primavera verano, para reducirlos drásticamente en invierno, dependiendo de la temperatura ambiente. Pueden soportar épocas de sequía, al ser suculentas. En invierno, reducir a un riego cada dos meses. Además, el sustrato se debe secar, antes de volver a regar.
- Aloe Vera: Se debe mantener en el lugar más iluminado posible. Si carecemos de un interior soleado es mejor cultivar el aloe en un balcón orientado al sur. Con poca luz sus nuevas hojas serán largas y finas, lo que conlleva que pierda consistencia y arquee sus hojas.
Paso a paso del cambio en el color de las suculentas
Murillo explica que parte del proceso consiste en estresar a la suculenta: “Eso se hace cambiando su contexto, de forma tal, que se sienta incómoda”. Murillo y Otalora coinciden en seguir los siguientes pasos para el cambio de color en las suculentas:
1. Para empezar debe tener un sustrato seco y árido, en el que no drene muy rápido el agua, cambiado una vez al año. De forma tal que el color de la suculenta no se disuelva fácilmente debido a la humedad.
Recuerde que el sustrato es la superficie en donde las suculentas viven y se desarrollan, y debe estar compuesto de materiales orgánicos como turba, fibra de coco, compost, entre otros. Los materiales también pueden ser inorgánicos de buen drenaje y porosidad, tales como la arena, vermiculita, perlita, carbón, vegetal, entre otros. “Para el cambio de color recomiendo 50% de tierra negra o compost, 30% de turba, 15% de perlita y 5% de arena” dijo Otálora.
2. Mantener un riego de baja frecuencia, “casi que deben estar sometidas a una sequía” dijo Otálora. Ello se debe a que las suculentas pueden resistir grandes temporadas con muy poca agua, con la humedad necesaria para sobrevivir que es alrededor del 30%: “Un riego cada 3 o 4 días está bien”.
3. Manipular la cantidad de luz. Si quiere que la suculenta cambié de color se deberá colocar la planta donde más tenga luz: “La ubicación para esas tonalidades debe variar cada dos semanas, desde la posición donde menos luz recibe, hasta donde está directamente expuesta al sol”, señala Otálora.
4. Alterar las temperaturas “La suculenta es una planta que suele protegerse, mediante sus nutrientes, del frío o calor excesivo” dijo Angélica Otalora. En el proceso de protegerse de los climas extremos, y de la variación de temperaturas, es que resulta el cambio de calor. Según la experta, se pueden llevar a cabo estas estrategias teniendo en cuenta:
Ubicación: Colocar las plantas cerca a la luz solar directa, y al cabo de tres o cuatro días, colocarlas en donde eviten el calor excesivo
Aire acondicionado: Utilizar sistemas de climatización para mantener una temperatura constante. Colocar las plantas lejos de corrientes de aire frío o caliente.
Usar ventiladores: Ayudan a distribuir el aire caliente o frío de manera uniforme y evitan el sobrecalentamiento o enfriamiento de áreas específicas.
Usar lámparas de cultivo: Este implemento no solo proporciona luz sino también calor excesivo, lo cual puede contrastar con el frío cuando se encuentran en zonas de mucha sombra.
Sombra: En interiores, utiliza toldos, mallas de sombreo o plantas más altas para proporcionar sombra y reducir la temperatura. Mientras que la sombra en exteriores se altera con el uso de mallas de sombreo, cobertores o plantas más altas, que generen una variación en la sombra que recibe. “Puede ser tres días con malla o bajo la planta más alta y tres sin” dijo Otalora.
5. Evitar ponerles fertilizante pues “eso dañará el proceso que hemos llevado a cabo y les devolverá su color original” dijo Otálora.
Los fertilizantes son el alimento o nutriente que se le da a las plantas, que les permite tener una reproducción acelerada. Existen dos tipos:
- Los químicos, que son nutrientes elaborados por el ser humano que, generalmente, son de origen mineral, animal, vegetal o sintético. Dentro de los fertilizantes químicos están los elaborados con los “nutrientes principales” para la tierra, que son nitrógeno, fósforo y potasio.
- Los orgánicos, aquellos que se forman naturalmente con una nula o poca participación del ser humano para su formación; pueden ser de origen mineral, vegetal, animal o mixto. Un ejemplo de fertilizante orgánico es el estiércol.
Omar Guerrero culmina exponiendo que el proceso de estrés y cambio de color en las plantas no debe durar todo el año “Tan solo seis meses bastarán para que coja el tono que quieran”.
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