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Capuchina: así puede cultivar la planta comestible en su huerta

La capuchina es una planta ornamental y comestible originaria de los Andes, conocida por sus flores vibrantes y su tubérculo, el cubio, que posee valor cultural y nutricional.

La  Huerta
03 de octubre de 2024 - 01:18 a. m.
Originaria de los Andes, combina belleza ornamental con un gran valor gastronómico
Originaria de los Andes, combina belleza ornamental con un gran valor gastronómico
Foto: Pixabay

Si planea cultivar en su huerta, es importante saber que más allá de los tradicionales tomates y zanahorias, existe un mundo de plantas comestibles que pueden sorprendernos en la cocina. Entre ellas, destaca la capuchina: una planta que lleva el huerto a otro nivel, combinando belleza ornamental con un gran valor gastronómico, pues no solo adorna con sus flores llamativas y hojas en forma de sombrilla, sino que también ofrece sabores únicos que transforman cualquier plato.

La capuchina, conocida por su nombre científico como Tropaeolum, es un género de plantas herbáceas perennes originarias de los Andes, que han logrado conquistar jardines y cocinas en Suramérica y Europa. Esto se debe a que esta enredadera puede alcanzar hasta un metro de altura y se distingue por sus vibrantes flores, cuyos colores abarcan desde el amarillo hasta el rojo, pasando por tonos anaranjados. Sus hojas, de forma orbicular o arriñonada, son peltadas y cuentan con pecíolos que actúan como zarcillos, permitiéndole trepar o extenderse como rastrera.

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Las flores de la capuchina son muy llamativas y tienen una estructura interesante. Crecen solas, con un cáliz que tiene cinco partes y un pequeño espolón en la base que contiene néctar. Los pétalos, de color amarillo a naranja, a menudo tienen rayas o manchas más oscuras. La flor tiene ocho estambres y un ovario en la parte central. Cuando se polinizan, producen un fruto pequeño y arrugado. Toda esta estructura no solo es bonita, sino que también hace que la capuchina sea especial tanto en jardines como en la cocina.

En Colombia, la capuchina tiene una conexión aún más profunda, ya que una de sus variedades, la Tropaeolum tuberosum, conocida comúnmente como cubio, es un alimento tradicional. Esto se debe a que su tubérculo, posee una rica historia tanto cultural como nutricional. Cultivada durante milenios en países como Perú, Ecuador, Colombia, Bolivia y Argentina, en el país, se destaca por ser particularmente popular en las regiones frías y templadas de las Cordilleras Central y Oriental, entre los 2.000 y 3.500 metros sobre el nivel del mar. Las variedades de cubios van desde el blanco, considerado uno de los más raros, hasta el violeta-púrpura oscuro. Los departamentos de Cundinamarca, Boyacá, Cauca y Nariño son los principales productores de este tubérculo en el país.

Según un estudio reciente de la Universidad Nacional de Colombia, publicado en la Revista Colombiana de Ciencias Químico-Farmacéuticas en 2024, la mashua o cubio destaca por sus múltiples propiedades biológicas, entre las que se incluyen efectos antibacterianos, antioxidantes, antifúngicos y antiinflamatorios. En la medicina tradicional, este tubérculo ha sido empleado para tratar afecciones de la piel, problemas urinario y ha sido usado contra la presión arterial alta o hipertensión, además de ser útil en el tratamiento de enfermedades pulmonares, renales, de la vejiga y hasta enfermedades venéreas.

Otras variedades populares:

  • Tropaeolum majus: Planta anual de tallos suculentos, rastreros o trepadores, conocida por sus flores en tonos rojos, naranjas y amarillos. Las flores y hojas tienen un sabor picante, similar al berro, lo que la hace popular en ensaladas y platos gourmet. Además, es valorada por su atractivo ornamental en jardines.
  • Tropaeolum speciosum: Trepadora herbácea con flores escarlata y espolones largos, que florece en zonas cálidas. Es ideal para cubrir muros y pérgolas por su valor ornamental.
  • Tropaeolum peregrinum (Capuchina amarilla o Vid del canario): Trepadora sudamericana con flores amarillas que recuerdan a pequeños canarios. Popular en jardines por su aspecto exótico y fácil cultivo.

Cuidados

Ubicación y luz:

  • La Tropaeolum prospera mejor en zonas donde reciba luz solar directa la mayor parte del día. Aunque tolera la semisombra, su crecimiento y floración serán mucho más vigorosos si se expone al sol. Si se cultiva en áreas de clima muy cálido o en altura, como en la región andina, es recomendable protegerla del sol directo en las horas más intensas para evitar que las hojas se quemen o las flores se marchiten.

Temperatura:

  • Es sensible a temperaturas extremas, pues aunque puede adaptarse bien al calor, sufre cuando las temperaturas bajan mucho, por lo que es recomendable hacerle un cultivo de cobertura en las raíces para protegerla del frío. Evite exponerla a temperaturas por debajo de los 5°C.

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Riego:

  • En climas tropicales y subtropicales, aprecia la humedad, pero es esencial controlar los riegos para evitar encharcamientos, que podrían pudrir sus raíces.
  • Durante los periodos de floración, es clave mantener el sustrato ligeramente húmedo, sin llegar a excesos. Sin embargo, en zonas con lluvias abundantes, es aconsejable plantarla en un sustrato con buen drenaje para evitar el exceso de agua.
  • En las épocas más secas, riegue frecuentemente, asegurándose de que el agua drene correctamente.

Plagas:

  • La Tropaeolum puede atraer plagas como el pulgón, especialmente en huertos o jardines donde convive con otras plantas. Sin embargo, esta característica también puede ser ventajosa en huertos ecológicos, ya que puede actuar como planta trampa, evitando que los pulgones ataquen cultivos más sensibles.
  • Es importante monitorear la planta y aplicar jabón potásico si la infestación es severa, para evitar que las plagas se propaguen a otras partes del jardín.

Poda:

  • Una de las ventajas de la planta es que no requiere una poda constante. Es suficiente con retirar las flores marchitas y las hojas secas para fomentar un crecimiento más saludable y estimular la producción de nuevas flores.
  • Si se utiliza como planta trepadora o rastrera, puede ser necesario guiar los tallos para que cubran el espacio deseado.

Abono:

  • Es importante fertilizarla en los periodos de floración para asegurar que se mantenga vigorosa y llena de flores. Un abono orgánico, como el humus de lombriz o un fertilizante líquido, es ideal si se desea aprovechar sus flores para consumo.

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