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Cereza silvestre: cuidados características y propiedades de este árbol

Le contamos el origen de este árbol, las características, presencia en Colombia y cuidados de siembra

La  Huerta
08 de agosto de 2024 - 10:22 p. m.
Es nativo de las regiones templadas del hemisferio norte, abarcando principalmente Europa, el oeste de Asia y algunas zonas del Cáucaso.
Es nativo de las regiones templadas del hemisferio norte, abarcando principalmente Europa, el oeste de Asia y algunas zonas del Cáucaso.
Foto: Asociación de Bosques Urbanos de Londrés, Inglaterra

El árbol cereza silvestre, de nombre científico Prunus avium, es nativo de las regiones templadas del hemisferio norte, abarcando principalmente Europa, el oeste de Asia y algunas zonas del Cáucaso. De acuerdo con la Asociación de Bosques Urbanos de Londres, en Europa la presencia de esta especie se extiende desde la península Ibérica en el suroeste hasta los países escandinavos en el norte, y desde las Islas Británicas hasta la región del Báltico en el este. En Asia, se encuentra en áreas que incluyen Turquía, el sur de Rusia y las regiones montañosas del Cáucaso.

Su nombre proviene del latín ‘Prunus’, que se refiere al género de los ciruelos y cerezas, y ‘avium’ significa ‘de aves’, una referencia a la frecuente dispersión de sus semillas por las aves. Dentro del género Prunus, avium está estrechamente relacionado con otras especies como Prunus cerasus (cereza ácida) y Prunus domestica (ciruelo). Prunus avium recibe el nombre de cereza silvestre debido a su presencia natural en bosques y áreas no cultivadas de Europa y Asia, en contraste con las cerezas cultivadas que han sido seleccionadas y modificadas por los seres humanos para la producción agrícola. Este nombre destaca su origen y características botánicas únicas que reflejan su adaptación a ambientes naturales.

La Asociación de Bosques Urbanos de Londres registra que el origen evolutivo del árbol Prunus avium se remonta a la familia Rosaceae a la cual pertenece. Las primeras evidencias fósiles de cerezas silvestres se encuentran en el Mioceno, hace aproximadamente 15-20 millones de años. Durante el Pleistoceno, el árbol se adaptó a las fluctuaciones climáticas y se dispersó ampliamente, en parte debido a la acción de aves y otros animales que consumían sus frutos y dispersan las semillas.

De acuerdo con la Fundación Red de Árboles de Colombia, fue introducido en América del Sur en tiempos coloniales y postcoloniales, como parte de las actividades de jardinería y agricultura llevadas a cabo por colonizadores europeos. En particular, la introducción de especies botánicas en el continente sudamericano se produjo en gran parte durante el siglo XIX y principios del siglo XX, cuando se realizó la operación para aclimatar plantas europeas a los climas de diferentes regiones del continente.

Actualmente, se encuentra en una elevación entre los 2000 y 2900 metros sobre el nivel del mar, específicamente en los departamentos de Antioquia, Boyacá, Cundinamarca, Huila y Nariño.

Además, presenta varias características físicas distintivas tanto en su estructura general como en sus partes específicas.

Tamaño: Puede alcanzar hasta 25 metros de altura, su tamaño lo convierte en uno de los árboles frutales más grandes en su hábitat natural. La copa del árbol puede extenderse hasta 15 metros de ancho, lo cual forma sombra. Tiene una forma redondeada o en forma de cúpula con ramas que se extienden horizontalmente. Su estructura se vuelve más imponente y extendida a medida que el árbol madura.

Tronco y ramas: El tronco es recto y robusto, con un diámetro que puede variar significativamente dependiendo de la edad del árbol y las condiciones de crecimiento. La corteza del tronco es lisa en los árboles jóvenes y se vuelve más rugosa y agrietada con la edad. La corteza de los ejemplares jóvenes es de color gris claro a marrón y puede ser lisa. Con el tiempo, se vuelve más áspera y presenta un color marrón más oscuro, a menudo con fisuras verticales.

Hojas: Las hojas son ovaladas o elípticas, con una longitud de 6 a 14 cm y un ancho de 3 a 7 cm. Tienen una forma generalmente puntiaguda. Los bordes de las hojas son finamente dentados, lo que les da un aspecto aserrado. La parte superior de las hojas es de un verde oscuro y brillante, mientras que el envés es más pálido, con una ligera pubescencia. Las hojas están unidas al ramo mediante pecíolos que miden entre 2 y 5 cm de largo.

Flores: Las flores son blancas, fragantes y se agrupan en racimos de 2 a 6 flores. Cada flor tiene un diámetro de aproximadamente 1 a 2 cm. Florecen en primavera, generalmente de marzo a mayo, dependiendo del clima y la región.

Frutos: Los frutos son drupas esféricas con un diámetro de 1 a 2 cm. Los frutos cambian de color desde el amarillo pálido hasta el rojo oscuro a medida que maduran. Algunas variedades pueden llegar a ser casi negras. Tienen un sabor agridulce, que puede variar en dulzura y acidez según la variedad y las condiciones de crecimiento. Cada fruto contiene un hueso grande y duro, que está rodeado por la pulpa jugosa.

Raíces: tiene un sistema de raíces profundo y extendido que le permite acceder a recursos hídricos y nutrientes en el suelo. Las raíces principales se desarrollan verticalmente, mientras que las raíces laterales se extienden horizontalmente.

Clima: Prefiere una temperatura media anual de entre 10°C y 18°C. Resiste bien a las heladas invernales, necesarias para su reposo invernal, pero es sensible a las heladas tardías que pueden dañar sus flores. Durante el crecimiento, necesita un periodo de frío invernal para romper la dormancia, lo que generalmente significa al menos 1,000 horas de temperaturas por debajo de 7°C durante el invierno. La dormancia es un período en el ciclo biológico de un organismo en el que el crecimiento, desarrollo y actividad física se suspenden temporalmente.

Preparación de la siembra: Requiere una ubicación soleada para prosperar. Asegúrese de que el sitio elegido reciba al menos 6-8 horas de luz solar directa al día. Prefiere suelos bien drenados, ricos en materia orgánica, y con un pH ligeramente ácido a neutro (entre 6.0 y 7.0). Evite suelos muy húmedos o arcillosos que puedan provocar la pudrición de las raíces. Limpie el área de malas hierbas, piedras y restos de plantas. Labra el suelo a una profundidad de aproximadamente 30 cm para mejorar la aireación y el drenaje. Incorpora compost o materia orgánica para enriquecer el suelo.

Siembra: La mejor época para plantar es a finales del invierno o principios de la primavera, cuando el árbol está en estado de dormancia. Prefiere suelos bien drenados, profundos y ligeramente ácidos (pH entre 6.0 y 7.0). Evite suelos arcillosos que retengan demasiada humedad, elimine malezas y escombros del área donde va a plantar. Si el suelo es pesado o no drena bien, mejore la estructura del suelo añadiendo arena, compost o materia orgánica. Debe cavar el suelo hasta una profundidad de unos 50-60 cm para aflojarlo y facilitar el desarrollo de las raíces. Cave un hoyo que sea al menos el doble de ancho y un poco más profundo que el cepellón de las raíces del cerezo, y colóquelo en el hoyo de modo que el cuello de la raíz (la parte donde el tronco se une a las raíces) quede a nivel del suelo. Rellene el hoyo con tierra, asegurándose de no enterrar el cuello de la raíz, y compacte suavemente la tierra alrededor del árbol para eliminar bolsas de aire.

Riego: Riegue regularmente para mantener el suelo húmedo, especialmente durante el primer año. Evita el riego excesivo que pueda causar encharcamiento. Usa riego profundo para fomentar un sistema radicular fuerte. Reduce la frecuencia de riego a medida que el árbol se establece.

Fertilización: Aplique un fertilizante balanceado (como 10-10-10), después de la siembra o plantación, para promover el crecimiento. Fertilice anualmente con compost o fertilizante específico para árboles frutales, siguiendo las recomendaciones del producto.

Poda: Realice una poda ligera en los primeros años para dar forma al árbol y eliminar ramas dañadas o cruzadas. La poda debe hacerse a finales del invierno o principios de la primavera, antes de que comience el nuevo crecimiento. A medida que el árbol crece, realice podas anuales para mantener una estructura abierta y saludable, facilitando la circulación del aire y la exposición a la luz.

Compatibilidad: Aunque puede ser auto fértil, la polinización cruzada con otras variedades de cerezas puede mejorar la producción de frutos. Plante varios árboles a una distancia adecuada para facilitar la polinización.

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