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Clavel: todo un clásico de la jardinería que siempre aporta color y vida

Una de las plantas más comunes en la jardinería de prácticamente todo el mundo. Una especie bella y con una gran variedad de colores que, además, requiere pocos cuidados

La  Huerta
19 de marzo de 2024 - 11:14 p. m.
Imagen de referencia.
Imagen de referencia.
Foto: Getty Images - Getty Images

El clavel es, quizá, uno de los principales iconos de la jardinería, junto con las rosas, por ejemplo.

Y hay varias razones para esto. Primero, su amplia y bella floración, que en algunas variedades puede darse todo el año. Segundo, por sus facilidades de cuidado en términos de luz y agua.

Gracias a su amplia popularidad, se ha producido un amplio número de cruces y nuevas variedades para mejorar características específicas, como la duración o el tamaño de las flores (especialmente para temas decorativos o en fechas especiales).

El clavel, además, es la flor nacional de España y todo un símbolo del flamenco y de Andalucía.

Características y cuidados del clavel

El clavel es una planta de origen mediterráneo, por lo que su crecimiento óptimo se da en un rango de temperatura que no suele superar los 25 grados y que, en la noche, no debe bajar de los 12 o 10 grados centígrados, como mucho (o muy poco, como se quiera ver).

Preferiblemente, los claveles es mejor tenerlos en exteriores, pues necesitan toda la luz del sol que se les pueda brindar, sin importar si les cae de forma directa. Eso sí, es mejor tener cuidado con las corrientes fuertes de aire, por lo que si se trata de ponerlos en un balcón o terraza en altura hay que vigilar que el viento no dañe sus flores (que son en gran medida el atractivo principal de esta planta).

Es importante que, si se plantan en matera, esta tenga un buen drenaje y que, así mismo, el sustrato en el que viva la planta sea ligero, con una porosidad adecuada para así evitar encharcamientos o excesos de humedad por largos periodos.

Lea también: ¿Para qué sirve la ruda? Beneficios y propiedades de esta planta

En términos de agua, el clavel podría necesitar un riego dos veces por semana, pues es una especie que agradece el agua con frecuencia. Sin embargo, como ya se dijo, hay que tener cuidado con los excesos de humedad.

Como con otras plantas, el truco acá puede ser enterrar un palo delgado (y con cuidado y gentileza) hasta el fondo del sustrato para comprobar si la tierra está realmente seca. Si lo está, es hora de regar la planta.

Los claveles se benefician de una abonada que puede ser una vez al mes. Y, al mismo tiempo, son un tipo de flor que agradece una poda de tanto en tanto para fortalecer y mejorar su florescencia.

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