¿Moho en las plantas? Tenga en cuenta estos cuidados
El moho puede ser común, pero también puede llegar a convertirse en un problema. Le contamos cómo enfrentarlo.
¿Ha notado alguna vez la aparición de una ligera capa blanca en la tierra de sus plantas, sin tener claro muy bien de qué se trata? Sí es así, lo primero es entender que no se trata necesariamente de una señal de alarma. La aparición de moho en el sustrato es un fenómeno común que a menudo inquieta a los amantes de la jardinería, particularmente durante la temporada invernal. Esta fina capa, que suele cubrir la superficie de la tierra, puede manifestarse tanto en plantas de interior como de exterior, aunque es más frecuente observarla en las que crecen dentro de casa.
Este fenómeno no siempre es motivo de preocupación. De hecho, puede ser un indicador interesante de las condiciones ambientales en las que se desarrollan nuestras plantas. El moho es, en esencia, la manifestación visible de hongos microscópicos que existen de forma natural en nuestro entorno. Estos microorganismos desempeñan un papel importante en la descomposición de la materia orgánica y el reciclaje de nutrientes, siendo parte integral del ecosistema del suelo.
“El moho en la tierra de las plantas es un fenómeno común, principalmente causado por el exceso de humedad debido a lluvias intensas, riego excesivo o sustratos con drenaje deficiente. Aunque el tipo más frecuente es de color blanco o gris claro y crece rápidamente, es crucial distinguirlo de otras apariencias similares. Lo que parece moho puede ser en realidad depósitos minerales de cal o sal, resultado de regar con agua dura, o incluso hongos beneficiosos en sustratos ricos en materia orgánica”, dice Jenny Miranda, cofundadora del vivero la Suculenteria.
Otras de las causas por las que puede darse el moho, según Gloría Pérez, fundadora del vivero Jardines de Julia, son: “la falta de nutrición adecuada, la humedad insuficiente, la calidad del suelo, condiciones ambientales y no aplicar un control periódico con fungicidas naturales, control biológico o químico. Algunas plantas por genética son más propensas al moho, por ello es importante, un buen drenaje, ya que el exceso de humedad facilita su propagación”.
Tipos de Moho:
- Roya (Uromyces, Puccinia): Las plantas presentan pequeños puntos llamados pústulas de color anaranjado. Cuando las hojas son viejas aparecen pústulas de color negro.
- Marchitez (Fusarium sp.): Dejan las hojas inferiores amarillas y duras.
- Tizón tardío (Phytophthora infestans) y Tizón temprano (Alternaria solani). Las plantas atacadas suelen presentar hojas manchadas de color verde-amarillento, que luego se oscurecen.
- Ceniza, Oidio u Oidium (Erysiphe): Este hongo deja un polvo blanquecino. Las partes afectadas toman un color pardo, mueren y caen.
- Mildiu, Camanchaca y yana onqoy (Peronospora destructor): Atacan a la cebolla, ajo y zapallo desarrollando en las hojas lesiones profundas. En la cara superior de la hoja afectada aparecen manchas blanco-amarillentas y en la cara inferior se desarrolla una esporulación de color blanco a gris-violáceo.
- Mal de almácigos (Fusarium, Pythium, Rhizoctonia): Atacan a la mayor parte de las hortalizas matando sus hojas. Los plantines caen y mueren, y el cultivo se ve raquítico.
- Carbón (Urocystis cepulae): Ataca a la cebolla cuyas hojas presentan hinchazones en forma de estrías de color plateado que llegan a ser negras, terminando por agrietarse liberando una masa negra.
- Antracnosis (Colletotrichum, Mycosphaerella, Glomerella): También atacan al tomate, cebolla y otras hortalizas, dejando manchas irregulares de borde oscuro, manchas pardo-grisáceas, pardo o rojizo.
Advierte que si no se toman medidas tempranas, el perjuicio causado por los hongos sería: “deformación de hojas y frutos, caída y decoloración de las hojas. Además, los hongos son una de las principales causas de enfermedades en las plantas y cultivos, estos organismos se propagan por medio del viento, el salpicado de aguas lluvias, los insectos, las semillas o plantas trasplantadas infectadas y por el movimiento de la tierra infectada”, recalca Pérez.
Por otro lado, Miranda explica que para identificar correctamente el problema, debe observar el patrón de crecimiento, la textura y la expansión: el moho verdadero suele tener una textura algodonosa y se extiende gradualmente, mientras que los depósitos minerales aparecen como manchas aisladas y estáticas.
Para eso, siga estos consejos:
- Observe el patrón: Si son manchas aisladas y no se extienden, probablemente sean depósitos minerales.
- Examine la textura: El moho suele tener una textura algodonosa o peluda.
- Monitoree el crecimiento: El moho tiende a expandirse con el tiempo, mientras que los depósitos minerales permanecen estáticos.
- Considere sus prácticas de riego y el tipo de sustrato utilizado.
¿Cómo mejorarlo?
El manejo del moho en plantas requiere una evaluación cuidadosa de su extensión. Miranda explica que una cantidad mínima de moho no suele ser motivo de alarma, dado que el sustrato es un ecosistema complejo con diversos microorganismos beneficiosos. Sin embargo, cuando la propagación es considerable, se deben tomar medidas más enérgicas.
Para macetas pequeñas, la experta recomienda reemplazar todo el sustrato. En contenedores más grandes, sugiere remover los primeros 3-4 centímetros de la superficie afectada y mezclar bien el sustrato restante. En ambos casos, es fundamental desinfectar minuciosamente la maceta, ya sea con alcohol o con un fungicida específico para plantas.
Pérez complementa estas recomendaciones sugiriendo el uso de fungicidas naturales o biológicos. Estos productos, elaborados a partir de sustancias presentes en la naturaleza, pueden tener propiedades nutritivas para las plantas o repelentes contra plagas y enfermedades. Además, destaca el control biológico mediante insectos benéficos como las mariquitas, las cuales se alimentan de hongos causantes del moho.
“Un producto natural particularmente eficaz es el aceite de Neem, extraído del árbol homónimo. Recomiendo su uso regular, es decir que se use una o dos veces al mes, para prevenir y tratar enfermedades fúngicas en las plantas o podemos usar ajo, uno de los fungicidas naturales benéficos para las plantas y amigable con el medio ambiente, basta con macerar unos dientes de ajo y mezclarlos con agua para luego aplicarlo sobre la tierra”, dice Pérez, sin embargo, recalca que los productos caseros o control biológico no erradica el moho de forma inmediata, sino que lo reduce paulatinamente.
¿Y si afecta las hojas?
“Si el moho ha comenzado a afectar las hojas de la planta, especialmente las más delgadas, es recomendable podarlas después de cambiar el sustrato. Para hacerlo correctamente, use tijeras limpias, preferiblemente dedicadas solo a las plantas, y desinféctelas con alcohol antes de usarlas. Realice cortes en ángulos de 45 grados, lo que facilitará el crecimiento de nuevos brotes en el futuro”, dice Miranda.
En caso de que el moho persista incluso después de cambiar todo el sustrato y desinfectar la maceta, revise cuidadosamente sus prácticas de cuidado. Asegúrese de que el riego sea adecuado, evitando el exceso de humedad, y verifique la circulación de aire alrededor de la planta para facilitar el secado del sustrato. Además, mantenga una vigilancia constante sobre las condiciones ambientales de la planta.
¿Y en carnívoras?
Aquí la cosa es un poquito más delicada, debido a la naturaleza sensible de estas especies y su sustrato especial. Estas plantas generalmente se cultivan en musgo, un medio que retiene mucha humedad y es propenso al desarrollo de moho.
Por ello, Miranda recomienda que si identifica esta capa en sus plantas siga estos pasos:
- Evaluación: Examine cuidadosamente la extensión del moho en el musgo y en la planta y retiré cuidadosamente el musgo afectado con un palillo. Si ve que es un caso grave, es mejor reemplazar todo el sustrato.
- Limpieza de la maceta: Desinfecte minuciosamente el contenedor con una solución de agua y alcohol o un fungicida suave apto para plantas delicadas.
- Poda: Elimine cualquier hoja o parte de la planta que muestre signos de contaminación por moho.
- Tratamiento: Aplique un fungicida específico para plantas carnívoras. Asegúrese de que sea un producto suave, para ello puede aplicarlo en una sola hoja para ver como reacciona en 24 horas.
- Replantación: Utilice musgo nuevo y estéril para replantar la carnívora.
- Prevención: Ajuste las condiciones de cultivo para prevenir futuros brotes de moho. Esto puede incluir mejorar la ventilación y ajustar la frecuencia de riego.
“Las plantas carnívoras son particularmente sensibles a los productos químicos, por lo que es crucial usar solamente tratamientos suaves y específicos para este tipo de plantas. Yo recomiendo que mantengan un equilibrio entre la humedad necesaria para la planta y la prevención del moho mediante un cuidado atento y una buena circulación de aire”, puntualiza la experta.
🌳 ☘️ 🌿 Encuentre en La Huerta toda la información sobre plantas, jardinería, cultivos y siembra. 🍂🌺 🌼
¿Ha notado alguna vez la aparición de una ligera capa blanca en la tierra de sus plantas, sin tener claro muy bien de qué se trata? Sí es así, lo primero es entender que no se trata necesariamente de una señal de alarma. La aparición de moho en el sustrato es un fenómeno común que a menudo inquieta a los amantes de la jardinería, particularmente durante la temporada invernal. Esta fina capa, que suele cubrir la superficie de la tierra, puede manifestarse tanto en plantas de interior como de exterior, aunque es más frecuente observarla en las que crecen dentro de casa.
Este fenómeno no siempre es motivo de preocupación. De hecho, puede ser un indicador interesante de las condiciones ambientales en las que se desarrollan nuestras plantas. El moho es, en esencia, la manifestación visible de hongos microscópicos que existen de forma natural en nuestro entorno. Estos microorganismos desempeñan un papel importante en la descomposición de la materia orgánica y el reciclaje de nutrientes, siendo parte integral del ecosistema del suelo.
“El moho en la tierra de las plantas es un fenómeno común, principalmente causado por el exceso de humedad debido a lluvias intensas, riego excesivo o sustratos con drenaje deficiente. Aunque el tipo más frecuente es de color blanco o gris claro y crece rápidamente, es crucial distinguirlo de otras apariencias similares. Lo que parece moho puede ser en realidad depósitos minerales de cal o sal, resultado de regar con agua dura, o incluso hongos beneficiosos en sustratos ricos en materia orgánica”, dice Jenny Miranda, cofundadora del vivero la Suculenteria.
Otras de las causas por las que puede darse el moho, según Gloría Pérez, fundadora del vivero Jardines de Julia, son: “la falta de nutrición adecuada, la humedad insuficiente, la calidad del suelo, condiciones ambientales y no aplicar un control periódico con fungicidas naturales, control biológico o químico. Algunas plantas por genética son más propensas al moho, por ello es importante, un buen drenaje, ya que el exceso de humedad facilita su propagación”.
Tipos de Moho:
- Roya (Uromyces, Puccinia): Las plantas presentan pequeños puntos llamados pústulas de color anaranjado. Cuando las hojas son viejas aparecen pústulas de color negro.
- Marchitez (Fusarium sp.): Dejan las hojas inferiores amarillas y duras.
- Tizón tardío (Phytophthora infestans) y Tizón temprano (Alternaria solani). Las plantas atacadas suelen presentar hojas manchadas de color verde-amarillento, que luego se oscurecen.
- Ceniza, Oidio u Oidium (Erysiphe): Este hongo deja un polvo blanquecino. Las partes afectadas toman un color pardo, mueren y caen.
- Mildiu, Camanchaca y yana onqoy (Peronospora destructor): Atacan a la cebolla, ajo y zapallo desarrollando en las hojas lesiones profundas. En la cara superior de la hoja afectada aparecen manchas blanco-amarillentas y en la cara inferior se desarrolla una esporulación de color blanco a gris-violáceo.
- Mal de almácigos (Fusarium, Pythium, Rhizoctonia): Atacan a la mayor parte de las hortalizas matando sus hojas. Los plantines caen y mueren, y el cultivo se ve raquítico.
- Carbón (Urocystis cepulae): Ataca a la cebolla cuyas hojas presentan hinchazones en forma de estrías de color plateado que llegan a ser negras, terminando por agrietarse liberando una masa negra.
- Antracnosis (Colletotrichum, Mycosphaerella, Glomerella): También atacan al tomate, cebolla y otras hortalizas, dejando manchas irregulares de borde oscuro, manchas pardo-grisáceas, pardo o rojizo.
Advierte que si no se toman medidas tempranas, el perjuicio causado por los hongos sería: “deformación de hojas y frutos, caída y decoloración de las hojas. Además, los hongos son una de las principales causas de enfermedades en las plantas y cultivos, estos organismos se propagan por medio del viento, el salpicado de aguas lluvias, los insectos, las semillas o plantas trasplantadas infectadas y por el movimiento de la tierra infectada”, recalca Pérez.
Por otro lado, Miranda explica que para identificar correctamente el problema, debe observar el patrón de crecimiento, la textura y la expansión: el moho verdadero suele tener una textura algodonosa y se extiende gradualmente, mientras que los depósitos minerales aparecen como manchas aisladas y estáticas.
Para eso, siga estos consejos:
- Observe el patrón: Si son manchas aisladas y no se extienden, probablemente sean depósitos minerales.
- Examine la textura: El moho suele tener una textura algodonosa o peluda.
- Monitoree el crecimiento: El moho tiende a expandirse con el tiempo, mientras que los depósitos minerales permanecen estáticos.
- Considere sus prácticas de riego y el tipo de sustrato utilizado.
¿Cómo mejorarlo?
El manejo del moho en plantas requiere una evaluación cuidadosa de su extensión. Miranda explica que una cantidad mínima de moho no suele ser motivo de alarma, dado que el sustrato es un ecosistema complejo con diversos microorganismos beneficiosos. Sin embargo, cuando la propagación es considerable, se deben tomar medidas más enérgicas.
Para macetas pequeñas, la experta recomienda reemplazar todo el sustrato. En contenedores más grandes, sugiere remover los primeros 3-4 centímetros de la superficie afectada y mezclar bien el sustrato restante. En ambos casos, es fundamental desinfectar minuciosamente la maceta, ya sea con alcohol o con un fungicida específico para plantas.
Pérez complementa estas recomendaciones sugiriendo el uso de fungicidas naturales o biológicos. Estos productos, elaborados a partir de sustancias presentes en la naturaleza, pueden tener propiedades nutritivas para las plantas o repelentes contra plagas y enfermedades. Además, destaca el control biológico mediante insectos benéficos como las mariquitas, las cuales se alimentan de hongos causantes del moho.
“Un producto natural particularmente eficaz es el aceite de Neem, extraído del árbol homónimo. Recomiendo su uso regular, es decir que se use una o dos veces al mes, para prevenir y tratar enfermedades fúngicas en las plantas o podemos usar ajo, uno de los fungicidas naturales benéficos para las plantas y amigable con el medio ambiente, basta con macerar unos dientes de ajo y mezclarlos con agua para luego aplicarlo sobre la tierra”, dice Pérez, sin embargo, recalca que los productos caseros o control biológico no erradica el moho de forma inmediata, sino que lo reduce paulatinamente.
¿Y si afecta las hojas?
“Si el moho ha comenzado a afectar las hojas de la planta, especialmente las más delgadas, es recomendable podarlas después de cambiar el sustrato. Para hacerlo correctamente, use tijeras limpias, preferiblemente dedicadas solo a las plantas, y desinféctelas con alcohol antes de usarlas. Realice cortes en ángulos de 45 grados, lo que facilitará el crecimiento de nuevos brotes en el futuro”, dice Miranda.
En caso de que el moho persista incluso después de cambiar todo el sustrato y desinfectar la maceta, revise cuidadosamente sus prácticas de cuidado. Asegúrese de que el riego sea adecuado, evitando el exceso de humedad, y verifique la circulación de aire alrededor de la planta para facilitar el secado del sustrato. Además, mantenga una vigilancia constante sobre las condiciones ambientales de la planta.
¿Y en carnívoras?
Aquí la cosa es un poquito más delicada, debido a la naturaleza sensible de estas especies y su sustrato especial. Estas plantas generalmente se cultivan en musgo, un medio que retiene mucha humedad y es propenso al desarrollo de moho.
Por ello, Miranda recomienda que si identifica esta capa en sus plantas siga estos pasos:
- Evaluación: Examine cuidadosamente la extensión del moho en el musgo y en la planta y retiré cuidadosamente el musgo afectado con un palillo. Si ve que es un caso grave, es mejor reemplazar todo el sustrato.
- Limpieza de la maceta: Desinfecte minuciosamente el contenedor con una solución de agua y alcohol o un fungicida suave apto para plantas delicadas.
- Poda: Elimine cualquier hoja o parte de la planta que muestre signos de contaminación por moho.
- Tratamiento: Aplique un fungicida específico para plantas carnívoras. Asegúrese de que sea un producto suave, para ello puede aplicarlo en una sola hoja para ver como reacciona en 24 horas.
- Replantación: Utilice musgo nuevo y estéril para replantar la carnívora.
- Prevención: Ajuste las condiciones de cultivo para prevenir futuros brotes de moho. Esto puede incluir mejorar la ventilación y ajustar la frecuencia de riego.
“Las plantas carnívoras son particularmente sensibles a los productos químicos, por lo que es crucial usar solamente tratamientos suaves y específicos para este tipo de plantas. Yo recomiendo que mantengan un equilibrio entre la humedad necesaria para la planta y la prevención del moho mediante un cuidado atento y una buena circulación de aire”, puntualiza la experta.
🌳 ☘️ 🌿 Encuentre en La Huerta toda la información sobre plantas, jardinería, cultivos y siembra. 🍂🌺 🌼