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Si hay una fruta muy apreciada y codiciada en los huertos, esa es el mango. Valorada por su exquisito sabor y sus múltiples beneficios nutricionales, esta fruta exótica no solo destaca por su versatilidad, sino también por su elegancia y atractivo visual. ¿La mejor parte? Es sorprendentemente fácil de cultivar en casa. Con tan solo una semilla, se puede dar inicio al crecimiento de un árbol que, además de ser productivo, embellecerá cualquier espacio.
El mango es el fruto de varias especies del género Mangifera, especialmente Mangifera indica. Está compuesta por una cáscara, una pulpa comestible y un endocarpio duro que contiene la semilla. Su color cambia durante la maduración, pasando de tonos verdes oscuros a amarillos, anaranjados, rojos o incluso morados. Esta fruta destaca por su contenido nutricional, incluyendo vitaminas, minerales y ácido glutámico, que estimula la memoria y previene el envejecimiento prematuro.
“El mango es una fruta tropical que posee características únicas que la hacen destacar. En cuanto a su forma y tamaño, este fruto varía considerablemente según la variedad, con un peso que oscila entre 200 gramos y 2 kilogramos. Su forma puede ser ovalada o alargada, y su piel (epicarpio) presenta una gama de colores que van desde el verde hasta el amarillo, rojo o una combinación de estos, dependiendo de la variedad y su grado de madurez”, afirmó Frank Jimy García Navarrete, docente de ingeniería ambiental de la Universidad ECCI.
Explica que nutricionalmente, el mango es una fuente importante de vitaminas como la C, E y A, además de aportar minerales esenciales como potasio, magnesio, hierro y calcio. Su contenido de fibra favorece la digestión, y aunque es bajo en calorías, ofrece una experiencia sensorial rica gracias a sus aromas dulces con notas ligeramente ácidas o cítricas, dependiendo de su estado de madurez. Esto lo convierte en un fruto tropical único y altamente apreciado.
Existen más de mil variedades de mango en el mundo, siendo India el país con la mayor diversidad, superando las 500 variedades nombradas. Aunque el comercio internacional se concentra en unas pocas variedades mejoradas, muchas otras, menos aptas para la exportación, son consumidas localmente. Los mangos también son una fuente de alimento para diversos animales como insectos, aves, murciélagos y mamíferos, lo que resalta su importancia ecológica.
Colombia cuenta con una rica variedad de mangos, sin embargo, los que se destaca son:
- Mango de Azúcar: El mango de azúcar es pequeño, redondo y de color amarillo, conocido por su sabor dulce. Es muy popular, especialmente en mercados internacionales, gracias a su tamaño compacto, poca fibra y buen aroma. En Colombia, se cultiva principalmente en la Costa Atlántica, con dos cosechas al año: una entre mayo y agosto, y otra entre diciembre y enero.
- Mango Tommy: El mango Tommy es más grande, con frutos que pesan entre 450 y 600 gramos, de color rojo o púrpura. Su pulpa es firme, jugosa y dulce, lo que lo hace muy popular. Este mango se cultiva en Tolima y Cundinamarca, aunque también en Antioquia y Cesar. Además, es resistente al transporte y puede almacenarse por más tiempo, lo que lo hace ideal para exportación.
- Mango Yulima: El mango Yulima, el cual es similar al Tommy, se cultiva principalmente en el Tolima, especialmente en Espinal. Cuenta con un peso de 400 a 700 gramos, tiene un sabor agridulce, poca fibra y un color rojizo. Es una variedad que florece hasta dos veces al año y puede producir hasta 300 kilos por árbol.
- Mango Manzano o vallenato: El mango Manzano es de tamaño medio, con un peso promedio de 300 gramos. Su color y aroma lo hacen muy atractivo. Este mango es dulce, con alto contenido de azúcares y es uno de los primeros en producirse en Colombia.
¿Cómo cultivar Mango?
Antes de plantar la semilla de mango, es necesario germinarla para garantizar su desarrollo. El primer paso es extraer la semilla, que se encuentra protegida dentro de una cáscara dura o hueso. Es crucial usar una semilla fresca, idealmente de un mango que haya sido consumido recientemente, ya que pierde rápidamente su capacidad de germinación.
Una vez extraída, envuélvala en papel absorbente previamente humedecido y colóquela en un recipiente de tamaño adecuado. Ubique el recipiente en un lugar cálido, pues como explica el García:“El mango es un árbol tropical que requiere condiciones climáticas específicas para su desarrollo óptimo. Prefiere climas cálidos, con temperaturas ideales entre 24 y 30 grados Celsius, aunque puede tolerar temperaturas de hasta 45 grados. Sin embargo, no resiste bien las bajas temperaturas, por lo que no puede estar expuesto a menos de 10 grados Celsius”
Mantenga el papel húmedo, pero sin exceso de agua. En un periodo de 10 a 14 días, debería aparecer la primera raíz. Cuando esta supere la mitad de la longitud de la semilla, estará lista para ser plantada.
Deberá seguir estos pasos:
- Seleccione una maceta de al menos 30 cm de profundidad
- Llénelo con una mezcla de sustrato genérico y un 20-25 % de humus de lombriz para garantizar los nutrientes esenciales en las primeras etapas del crecimiento.
- Coloque la semilla cuidadosamente en la maceta, asegurándose de que la raíz quede completamente cubierta con tierra, mientras que la semilla puede permanecer visible.
- Humedezca el sustrato, evitando el encharcamiento, y ubica la maceta en un lugar con luz solar directa.
“Tengan en cuenta que el mango tiene una raíz muy profunda, que puede llegar a superar los 3 metros de profundidad. Por lo que debe tener en cuenta que en cultivos caseros, debe brindarle un espacio de campo abierto, donde las raíces pueden extenderse libremente”, subrayó el docente.
¿Cómo cuidar el mango?
Luz
- Necesita recibir luz natural todos los días, debido a que es una planta de zonas cálidas. Aunque también tolera algo de sombra.
- Según García, este árbol puede cultivarse hasta 1200 metros sobre el nivel del mar, pero por encima de esa altitud la producción disminuye.
Humedad y riego
- El mango requiere riego controlado, lo que significa que no es necesario un riego excesivo. Con un manejo adecuado del agua, se puede inducir la floración y el llenado de frutos. Tenga en cuenta que el riego debe realizarse aproximadamente cada 10 días, ajustándose a momentos como la floración o el desarrollo de los frutos.
Sustrato
- “El mango requiere suelos ligeros y bien drenados, lo que significa suelos arenosos que no retengan agua y permitan un buen drenaje. Los suelos con malos drenajes pueden provocar encharcamiento, lo que daña las raíces y favorece la aparición de enfermedades”, afirmó García.
- Aunque no necesita grandes cantidades de agua, el mango sí requiere suelos con un pH entre 5.5 y 7.5, siendo ligeramente tolerante tanto a suelos ácidos como alcalinos. Además, el suelo debe tener niveles moderados de materia orgánica y nutrientes como potasio y fósforo para un crecimiento saludable.
Fertilización
- “El mango necesita elementos como nitrógeno, fósforo y potasio en grandes cantidades, y la aplicación debe variar según la etapa del cultivo: floración, fructificación o crecimiento, es por eso que siempre deben pedir una asesoría de un experto, para poder decirle que cantidades necesita en cada época”, dice García.
- Tenga en cuenta que el ciclo de crecimiento de un árbol de mango es largo, aproximadamente 4 años.
- La fertilización se puede hacer de manera foliar, aplicando el fertilizante directamente a las hojas, o por riego, ya sea por goteo o de forma manual en el suelo.
Plagas
- Es una planta que es exigente en esta parte de los cuidados, debido a su susceptibilidad a plagas como la mosca de la fruta, los ácaros y la cochinilla, así como a enfermedades como la antracnosis y el mildiú. Según el experto, es recomendable utilizar agroquímicos para su control si se tiene una producción a gran escala.
- Para un control casero puede realizar la limpieza con jabón potásico, aceite de Neem, o caldo de ceniza.
“Por otro lado, el mango necesita poda de formación y raleo, eliminando ramas muertas para mejorar la penetración de luz y optimizar la fotosíntesis. También se pueden emplear coberturas de suelo para evitar la erosión, y es importante mantener un monitoreo constante de la planta”, subrayó el experto.
¿Cómo cosecharlo?
“La cosecha del mango debe hacerse en el momento adecuado, cuando está maduro tanto internamente (madurez fisiológica) como en sabor y aroma (madurez organoléptica). Esto asegura que el mango tenga la mejor calidad y dure más tiempo en los estantes. La forma de saber si el mango está listo depende de la variedad”, explicó el docente.
Para reconocer la madurez de un mango que no cambia de color o no tiene un olor evidente, se pueden seguir estos métodos:
- Tacto: El mango debe estar ligeramente suave al presionarlo. Si se siente muy duro, todavía no está maduro.
- Peso: Un mango maduro suele sentirse más pesado para su tamaño, ya que está lleno de jugo.
- Textura de la piel: Aunque algunas variedades no cambian de color, la piel del mango maduro puede tener una textura más suave o ligeramente arrugada.
La cosecha se hace a mano, cortando el pedúnculo (la parte que conecta el mango con el árbol) con tijeras, para evitar dañarlo. Si el corte es demasiado bajo, puede crear una herida por donde entren bacterias, además, el mango también tiene un látex que, si toca la pulpa, puede dejar manchas.
Por último tenga en cuenta que:
- El mango es un fruto delicado: un golpe puede dañarlo por dentro y acortar su vida útil.
- La cosecha debe hacerse preferiblemente en la mañana o al final de la tarde, ya que las altas temperaturas al mediodía pueden secarlo.
- Se debe almacenar entre 10 y 12 grados Celsius, ya que temperaturas más bajas lo dañan.
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