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¿Cómo cultivar y cuidar de la mora?

La mora es un arbusto trepador que produce frutos jugosos y versátiles, apreciados tanto en la gastronomía como en la medicina tradicional.

La  Huerta
29 de marzo de 2025 - 09:00 p. m.
El cultivo de mora requiere cuidados en la siembra, riego, tutorado y exposición solar para obtener plantas saludables y cosechas abundantes.
El cultivo de mora requiere cuidados en la siembra, riego, tutorado y exposición solar para obtener plantas saludables y cosechas abundantes.
Foto: Freepick
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Si está interesado en cultivar mora, es importante conocer sus necesidades para lograr plantas saludables y cosechas abundantes. Este arbusto trepador puede producir cientos de frutos cuando recibe los cuidados adecuados, lo que lo convierte en una excelente opción para huertos caseros y cultivos comerciales. A continuación, le explicamos de manera sencilla cómo plantarla, cuidarla y obtener el mejor rendimiento.

La mora (Rubus glaucus) es un arbusto trepador de la familia de las rosáceas. Sus tallos crecen desde la base, son delgados, espinosos y pueden alcanzar hasta 3 metros de largo. Las hojas están divididas en tres partes, con bordes aserrados y un color verde oscuro en la parte superior, mientras que el envés es más claro y blanquecino. Tanto los tallos como las hojas tienen una capa blanquecina característica.

El fruto es una baya alargada que cambia de color a medida que madura, pasando de verde a rojo y luego a morado oscuro. A veces, incluso cuando está lista para cosechar, puede conservar un tono rojizo. Cada baya está formada por pequeñas bolitas unidas a un centro carnoso y blanquecino. Su sabor es una mezcla de dulce y ácido, y es rica en vitamina C, calcio y fósforo. Se usa en jugos, mermeladas, postres y otros alimentos.

Además de su valor culinario, la mora andina tiene propiedades medicinales. Según el Jardín Botánico de Bogotá, se utiliza para aliviar la tos, tratar la diarrea, desinflamar la garganta y fortalecer las encías. Su producción es continua, con dos épocas de cosecha más abundantes al año.

Pasos para la siembra

El primer paso en la siembra de moras es recolectar frutos maduros en su punto óptimo, asegurando que las ramas se mantengan bien posicionadas y en buen estado.

Preparación de semillas

  • Las moras seleccionadas deben ser grandes y sanas, ya que sus semillas se encuentran en cada sección del fruto.
  • A diferencia de las frutillas y los arándanos, muchas semillas de mora flotarán en el agua debido a una capa protectora adicional. Esta capa les permite resistir el proceso digestivo de las aves.
  • Para limpiarlas, se utiliza un colador y se aplica agua con presión. Luego, se secan sobre una servilleta de papel, evitando que se adhieran entre sí.

Proceso de siembra

  • Se recomienda emplear un semillero con tierra negra común y realizar perforaciones para garantizar un buen drenaje.
  • Las semillas se distribuyen uniformemente y se cubren con una capa fina de tierra.
  • El riego debe ser suave para evitar desenterrar las semillas.
  • Se ubica el semillero en un lugar cálido, pero sin exposición directa al sol.

Entutorado

  • La mora es una planta de crecimiento rastrero, por lo que el entutorado es fundamental para facilitar la aireación y el manejo del cultivo. Existen distintos tipos de entutorado que pueden utilizarse según las condiciones del terreno y las necesidades del productor.

Después de aproximadamente una semana, las semillas comenzarán a germinar. A medida que las plántulas crezcan, podrán trasplantarse a macetas más grandes, ubicándolas en un sitio bien iluminado, pero sin sol directo en las primeras etapas. Con el tiempo, se podrán adaptar a mayor exposición solar para un desarrollo óptimo.

Cuidados de la planta

Luz

  • La mora es una planta que prospera en condiciones de pleno sol, necesitando una exposición solar directa para lograr un crecimiento vigoroso y una abundante producción de frutos. La luz solar completa promueve tasas saludables de fotosíntesis y proporciona la energía necesaria para una fructificación óptima, siendo fundamental para su desarrollo.
  • Aunque muestra una tolerancia moderada a la sombra parcial, en estas condiciones puede experimentar una disminución en su rendimiento y vigor. Es importante encontrar un equilibrio, priorizando áreas abiertas que reciban luz solar desobstruida durante la mayor parte del día para asegurar un crecimiento y una salud óptimos.

Clima

  • La mora exhibe una notable resistencia a las fluctuaciones de temperatura, siendo capaz de soportar rangos extremos desde -20°C hasta 38°C. Esta robusta tolerancia la convierte en una planta adaptable a diversos climas, aunque requiere cuidados específicos para protegerse de condiciones extremas que puedan dañar su desarrollo.
  • En situaciones de frío extremo, la planta puede experimentar daños en las hojas o muerte regresiva, mientras que el calor excesivo puede causar marchitez o un pobre desarrollo de frutos. Se recomiendan medidas de protección como acolchado y riego adecuado en climas de calor para mitigar el estrés térmico, monitoreando síntomas como amarillamiento, pérdida de follaje u hojas chamuscadas.

Riego

  • El sistema de riego más adecuado para la mora es el localizado, con riegos cortos y frecuentes que eviten el encharcamiento. La planta requiere un balance hídrico cuidadoso, siendo resistente a la sequía pero beneficiándose de una correcta aportación de agua durante todo su ciclo para aumentar el número y calibre de los frutos.
  • La mora prospera con riegos intermitentes que reflejan la lluvia esporádica de su hábitat natural, necesitando humedad aproximadamente cada tres semanas. Es crucial mantener un suelo bien drenado y evitar el exceso de agua, ya que puede favorecer la proliferación de enfermedades y ser perjudicial para la maduración del fruto.
  • El exceso de humedad puede ser especialmente perjudicial, ya que promueve la aparición de enfermedades y afecta negativamente la maduración de los frutos. Por ello, es importante implementar estrategias de control de humedad como una buena ventilación, un sustrato con buen drenaje y un sistema de riego que evite el encharcamiento.

Suelo

  • La mora no es exigente con el tipo de suelo, pero prefiere sustratos ligeramente ácidos y con buen drenaje. El rango de pH ideal oscila entre 5.5 y 7, siendo fundamental evitar suelos arcillosos pesados que puedan encharcarse fácilmente. Una mezcla de suelo franco con componentes arenosos puede ser una excelente opción para su cultivo.
  • La planta se desarrolla mejor en suelos con elevado contenido de materia orgánica, fósforo y potasio. Los suelos en lomos que promuevan el drenaje son preferibles a los campos planos y húmedos. Es importante asegurar que el sustrato permita una adecuada circulación de agua y nutrientes para garantizar un crecimiento óptimo.

Fertilización

  • Para que la mora crezca bien, necesita fertilizantes que le aporten los nutrientes necesarios. Al inicio, se recomienda aplicar una cantidad moderada para fortalecer su desarrollo. Más adelante, es útil usar uno que ayude a que las hojas y tallos crezcan fuertes.
  • La fertilización debe hacerse con cuidado, cada 4 a 6 semanas mientras la planta sigue creciendo. Luego, se puede espaciar más. Es importante no usar demasiado fertilizante, ya que podría dañarla. También se debe regar bien después de cada aplicación y observar la planta para asegurarse de que esté sana.

Plagas

  • Las plagas más comunes en la mora incluyen escarabajos de hojas, orugas y problemas como el amarillamiento intervascular y manchas marrones. Para los escarabajos, se recomiendan métodos de control que van desde la recolección manual hasta el uso de insecticidas orgánicos como aceite de neem o soluciones sintéticas con principios activos específicos.
  • En el caso de enfermedades como manchas marrones o amarillamiento, es importante comenzar con tratamientos orgánicos como soluciones de bicarbonato de sodio y jabón líquido, o aplicaciones de fungicidas a base de cobre. Si la infección es grave, se pueden emplear fungicidas químicos sintéticos, siempre siguiendo cuidadosamente las instrucciones de la etiqueta y monitoreando la evolución de la planta.

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