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¿Cómo escoger un buen sustrato para las plantas?

Elegir el sustrato adecuado es crucial para el éxito de los cultivos, ya que determina el anclaje, retención de nutrientes y drenaje del agua.

La  Huerta
05 de junio de 2024 - 01:10 a. m.
Antes de preparar un sustrato casero, es recomendable informarse sobre las necesidades de pH, drenaje y humedad de la planta que se desea cultivar
Antes de preparar un sustrato casero, es recomendable informarse sobre las necesidades de pH, drenaje y humedad de la planta que se desea cultivar
Foto: Freepick - Ana Lukenda

Para los amantes de las plantas, la jardinería y la horticultura, el sustrato es un elemento fundamental que determina el éxito de sus cultivos. A simple vista, puede parecer algo tan sencillo como tierra, pero en realidad existe un mundo de posibilidades entre los diferentes tipos de sustratos disponibles ya que cada uno posee características únicas que lo hacen idóneo para ciertas especies vegetales u objetivos específicos de cultivo.

Elegir el sustrato adecuado es crucial para que nuestras pequeñas compañeras vegetales prosperen, liberen toda su vitalidad y alcancen su máximo esplendor. Sin embargo, con la amplia gama de opciones en el mercado, puede resultar abrumador decidir cuál es la mejor opción, por ello en La Huerta hicimos una guía para que sepa cual le conviene más.

¿Que es un sustrato?

El término “sustrato” en horticultura se refiere a cualquier material sólido, distinto del suelo natural in situ, ya sea de origen mineral u orgánico, que se coloca en un contenedor o recipiente de altura limitada. Este material permite el anclaje y desarrollo del sistema radicular de las plantas, desempeñando un papel de soporte y proporcionando las condiciones adecuadas de oxigenación, retención de agua y, en algunos casos, aporte de nutrientes para el óptimo crecimiento vegetal. Los sustratos pueden estar constituidos por un solo componente o por una mezcla de varios materiales, pero deben ser colocados en un contenedor para su utilización en el cultivo de plantas.

Según Jenny Miranda, cofundadora de La Suculenteria “es importante hacer una distinción entre sustrato y suelo, ya que a menudo se tiende a confundir ambos conceptos. La tierra negra o el suelo es la tierra natural que se encuentra en parques, montañas y campos, mientras que el sustrato es cualquier material sólido que se añade a ese suelo para brindarle ciertas características y propiedades específicas”.

Explica que el mercado de los sustratos se ha especializado y existen sustratos diseñados para todo tipo de plantas, siembras y proyectos botánicos, por ello no existe un sustrato ideal para plantas de interior y otro para plantas de exterior, sino que existen ciertos tipos de sustratos que son mejores para ciertas plantas de manera más especializada. “Por ejemplo, una orquídea sembrada en una maceta en interiores requerirá un sustrato diferente al de una orquídea que se encuentre adherida al tronco de un árbol en exteriores. Así que lo que yo más recomiendo es que la elección del sustrato adecuado dependa principalmente de las necesidades específicas de la planta que se desea cultivar”.

Lo que se busca en un sustrato ideal es lograr un equilibrio entre la retención de nutrientes y un buen drenaje. Es decir, que pueda retener la humedad y los nutrientes necesarios para la planta, pero al mismo tiempo facilite un drenaje adecuado para evitar el encharcamiento. Lo que significa que esto permitirá un pH balanceado y una buena aireación, factores cruciales para que las raíces puedan moverse libremente y la planta pueda crecer de manera saludable. Además, una de las principales ventajas del uso de estos materiales radica en que es menor el riesgo de plagas y enfermedades en las raíces, ya que este proporciona un medio de cultivo más controlado y libre de organismos perjudiciales.

Los sustratos se clasifican dependiendo de la influencia que ejerzan sobre la nutrición de la planta:

Sustratos Inertes: Son aquellos que ejercen un trabajo de soporte, pero no generan ningún tipo de acción sobre la nutrición de las plantas.

  • Ejemplos: Arena, grava, arcilla expandida, perlita.

Sustratos Activos: Son aquellos sustratos que ejercen un trabajo de soporte para la planta y, adicionalmente, ofrecen algún tipo de nutriente para el desarrollo de la planta.

  • Ejemplos: Turbas, corteza de pino o coco, vermiculita, fibras.

También se pueden clasificar por orgánico o inorgánico, sin embargo, tiene subgrupos:

Materiales orgánicos:

  • De origen natural (turba o peat moss)
  • De síntesis (espuma de poliuretano, poliestireno expandido)
  • Residuos y subproductos (bagazo de caña, bagazo de agave, aserrín, corteza de árboles, orujo de uva, residuos sólidos urbanos, lodos, cascarilla de arroz, paja de cereales, fibra y polvo de coco, etc.) que deben ser acondicionados mediante compostaje o vermicompostaje.

Los materiales orgánicos tienen la desventaja de ser susceptibles a la descomposición y contracción de volumen, lo que puede afectar la compactación del sustrato, compresión de raíces, riego y fertilización. Un mal proceso de compostaje, mientras se usa un sustrato natural, puede provocar la descomposición continua de los componentes orgánicos en el contenedor y dañar las raíces.

Materiales inorgánicos o minerales:

  • De origen natural (rocas volcánicas como jal, tezontle, piedra pómez, arena, grava)
  • Transformados industrialmente (perlita, vermiculita, arcilla expandida, lana de roca)
  • Residuos y subproductos industriales (escorias de horno alto, estériles de carbón)

Tenga en cuenta que si bien estos materiales permiten un buen drenaje y aireación del sustrato, es importante considerar los requerimientos específicos de cada planta. Algunas especies prefieren suelos más ácidos o con mayor retención de humedad, características que puede que esta mezcla no proporcione adecuadamente.

¿Qué debe considerar a la hora de elegir un sustrato?

“Un sustrato adecuado debe permitir que el agua drene correctamente, es decir, que no se acumule ni se encharque, evitando así que las raíces se pudran y dañen la planta. Al mismo tiempo, debe brindar una buena retención de nutrientes y humedad, lo que significa que cuando se riega, el agua no se filtre rápidamente, sino que el sustrato logre retenerla para que las raíces puedan absorberla”, sostiene Miranda.

Agrega que el sustrato debe cumplir las siguientes características para favorecer el desarrollo de las plantas:

  • Buena capacidad de retención de agua
  • Buena aireación
  • Baja densidad aparente
  • Estructura estable
  • Baja salinidad
  • Lenta descomposición
  • Baja capacidad de intercambio catiónico
  • Debe estar libre de patógenos (hongos, nemátodos y arvenses)
  • Bajo costo
  • Fácil adquisición
  • Fácil de mezclar
  • Resistente a cambios externos (físicos, químicos y ambientales)
  • Fácil de desinfectar y estabilizar

Por ello debe considerar lo siguiente:

  • Para las plantas de interior, que normalmente se cultivan en macetas, es recomendable sembrarlas con un sustrato que incluya una capa de gravilla o piedra fina en la base, a la que se puede añadir un poco de carbón vegetal y, si se tiene disponible, leca o arlita (bolitas de arcilla expandida). Esta combinación funciona muy bien para las plantas de interior, ya que proporciona un excelente drenaje, algo crucial cuando se cultivan en macetas.
  • Para las plantas de exterior, lo más importante es nutrir y regenerar continuamente el suelo en el que están sembradas. Si se tiene un jardín o un antejardín en casa, se puede aplicar humus de lombriz cada tres meses o con mayor frecuencia, dependiendo del tipo de planta. Esta práctica permite renovar el sustrato de las plantas de exterior, aportando no solo nutrientes, sino también materia orgánica que regenera el suelo. Además del humus de lombriz, también se puede utilizar compost u otros abonos orgánicos para este fin.

Miranda añade que como se debe considerar el ambiente natural de donde proviene la planta para elegir un sustrato, lo más recomendable para algunos tipos de plantas es:

  • En el caso de las cactus y suculentas, cuyo hábitat natural son los desiertos, se recomienda una mezcla de 50% de tierra negra y el otro 50% repartido entre gravilla, un poco de humus, arena o leca. Esto permitirá imitar el suelo pobre en nutrientes pero con buen drenaje de los desiertos.
  • Para las orquídeas, que son plantas epífitas (crecen sobre otras plantas), el sustrato ideal busca imitar las cortezas de los árboles donde crecen naturalmente. Por eso, se siembran en macetas transparentes con trozos de corteza de pino (pino pátula), permitiendo que sus raíces se sientan como si estuvieran trepando por un árbol. Algunas personas las mezclan con musgo, aunque es importante aclarar que en Colombia está prohibida la comercialización de este producto.
  • En cuanto a las plantas carnívoras, que crecen en pantanos o zonas muy húmedas, normalmente se siembran solo en musgo. Estas plantas tan especiales no suelen necesitar abonos o fertilizantes adicionales porque puede llegar a matarlas.
  • Para las hortalizas, se recomienda utilizar una mezcla de turba y humus de lombriz. La turba es un excelente sustrato formado por la descomposición vegetal de bosques en regiones frías como Canadá, lo que le confiere unas propiedades ideales. Por otro lado, el humus de lombriz es un abono orgánico natural resultante de la actividad de estas. De hecho, Miranda menciona que “esta mezcla de turba y humus es especialmente adecuada para plántulas o semillas recién germinadas con raíces muy débiles, ya que la turba es un sustrato más ligero y poroso que facilita la expansión radicular inicial”.

¿Como hacer un sustrato casero?

“Para preparar un buen sustrato casero, los materiales deben seleccionarse según el tipo de planta que se vaya a sembrar. Sin embargo, como recomendación general, sugiero mezclar partes iguales (50%) de tierra fértil y otros sustratos orgánicos como turba, humus de lombriz, cáscara de arroz, concha de café molida, etc., aunque los viveros generalmente ya se tienen preparación hechas con antelación, revisadas por ojos expertos para que no tenga algún problema”, dice Miranda.

Sin embargo, menciona que para este tipo de cosas caseras existe la necesidad de esterilizar los componentes de algunos sustratos. Por ejemplo, si proceden de fuentes vegetales como la turba, normalmente no requieren esterilización. Sin embargo, si son de origen mineral como grava, arlita o perlita, sí se recomienda esterilizarlos. Un método sencillo es colocarlos en bandejas y meterlas al horno durante 30 minutos a 80°C.

En cuanto a la adición de fertilizantes, la experta menciona que si el sustrato ya contiene humus de lombriz u otros materiales orgánicos como compost, no es necesario añadirlos inicialmente. Esto se debe a que los componentes orgánicos del sustrato aportan por sí mismos nutrientes y favorecen una buena actividad biológica benéfica en el mismo. “Mi recomendación es priorizar siempre el uso de abonos y enmiendas orgánicas sobre los fertilizantes químicos. Los abonos orgánicos, además de nutrir las plantas, mejoran la estructura y fertilidad natural del suelo a largo plazo. Por el contrario, el uso excesivo de fertilizantes químicos puede dañar la vida del suelo y reducir su fertilidad con el tiempo”, finaliza.

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