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¿Cómo recuperar el color verde de las plantas?

Si su planta ha comenzado a presentar este síntoma, le está indicando que no tiene los nutrientes necesarios para su buen desarrollo y por lo tanto hay que hacer algunos cambios.

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24 de enero de 2024 - 11:23 p. m.
No ignore las señales que le dan las hojas de sus plantas.
No ignore las señales que le dan las hojas de sus plantas.
Foto: Pixabay

No vamos a negarlo: a muchos nos ha pasado. Compramos una planta de follaje prominente y hojas de verdes intensos y contundentes, la ubicamos en un lugar destacado en el que pueda ganar protagonismo (es casi como un juguete nuevo y parte del encanto está en mostrarlo), la cuidamos con el mayor esmero posible, y aún así, al cabo de unas semanas, la planta ha perdido parte de su belleza: las hojas tomaron un color más marrón que verde, el follaje ya no parece tan vistoso y los tallos lucen desmayados. No está muerta, pero fallamos en una parte del proceso.

Sí, es decepcionante, pero acá podemos aprender de los errores. Para entender en qué fallamos, lo primero que debemos saber es de dónde viene el verde que tienen las hojas de las plantas. Aquí vamos.

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Todas las plantas producen clorofila, un pigmento de color verde que absorbe la luz del sol y que es indispensable para poder llevar a cabo el proceso de fotosíntesis con el que convierten luz, agua y dióxido de carbono en nutrientes. Cuando no tienen elementos suficientes para producirla, las hojas comienzan a tomar un color amarillento.

Si su planta ha comenzado a presentar este síntoma, le está indicando que no tiene los nutrientes necesarios para su buen desarrollo y por lo tanto hay que hacer algunos cambios ¿Cómo recuperar entonces el color verde de las hojas? Tome nota.

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Lo hemos señalado en artículos anteriores y lo resaltamos de nuevo: la misma fórmula no aplica para todas las plantas. Cada especie tiene necesidades y requerimientos especiales que debe tener en cuenta para su mantenimiento: regarlas a todas por igual no funciona.

De ahí la importancia de entender cuál es la cantidad de agua ideal que necesita su planta. No queremos decir que tiene que convertirse en un experto botánico que conozca todas las especies, pero sí es fundamental que tenga claro cada cuánto debe hacerse el riego y en qué cantidades. Las hojas amarillentas y marrones suelen aparecer cuando el riego ha sido excesivo y las raíces están encharcadas.

Si usted hizo la tarea tal cual le dijeron y siguió las indicaciones de riego que le entregaron con su planta, es probable que estén influyendo dos factores: la temperatura del ambiente y el drenaje. Sobre lo primero hay que decir que aunque las plantas tienen pautas generales dependiendo de las especies, es importante entender que la temperatura del ambiente en la que se encuentran puede variar las necesidades de las mismas. No tendrá el mismo requerimiento de agua una planta de interior que se encuentra en Bogotá, que una que está en Girardot.

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Respecto al drenaje, la clave está en la matera, puede que su planta esté recibiendo la cantidad de agua correcta, pero igual se esté encharcando porque la matera no tiene agujeros suficientes en la base para permitir que el exceso de agua salga. Para cualquiera de los dos casos, y mientras le coge el tiro a la cantidad de agua que necesita su planta, revise siempre la humedad del sustrato antes de regar, así sabrá si es necesario o no ponerle más. Puede enterrar un palo en la tierra y esto le ayudará a saber en las profundidades del sustrato cómo está la cosa.

Es recomendable airear la tierra, lo que puede ayudar a que tanto el agua como el aire llegue hasta las raíces. Con el mismo palito puede hacer varios agujeros en el sustrato y removerlo un poco para que quede más suelto.

La iluminación es otro componente clave pues, como lo vimos al principio, las plantas necesitan luz para hacer fotosíntesis. Sin embargo, recuerde que hay plantas que soportan el sol, otras que necesitan mucha luz, pero no la van bien con la radiación directa, unas más que prefieren la semisombra y otras que sobreviven a la perfección en sombra. Pregunte siempre cuánta luz debe recibir su planta para saber en dónde debe ubicarla y evitar que sus hojas sufran por exceso o falta de sol.

También es recomendable retirar las hojas y flores secas que se van marchitando para evitar que estas absorban los nutrientes que pueden aprovechar mejor otras partes nuevas de la planta. Si ve que las hojas tienen polvo, límpielas con un paño húmedo, la suciedad evita que puedan absorber bien nutrientes, entorpece la fotosíntesis y retrasa su desarrollo.

Finalmente, no deje de lado el abono, la calidad del sustrato es fundamental para que la planta absorba nutrientes como fósforo, potasio, nitrógeno o hierro que le permitirán mantenerse en su condición ideal.

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