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Cómo sembrar césped o pasto, cuánto tarda en crecer y qué fertilizante usar

¿Necesita forraje o cobertura en su jardín? Sepa qué especie de pasto se adecúa a sus necesidades y cómo cuidarlo.

La  Huerta
26 de abril de 2024 - 04:58 p. m.
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Uno lo da por hecho. Hay pasto prácticamente en todo lado. Si no se interviene, crece de forma salvaje, casi incontrolable. Es una suerte de presencia natural que se da por descontado: hay pasto de la misma forma que hay agua o que hay gravedad.

Y no es tan así. Si bien es una planta de fácil reproducción (en algunas especies, claro), el pasto requiere cuidados y ciertas condiciones para darse y prosperar.

Características y cuidados del pasto

Lo primero que hay que aclarar acá es que variedades y especies de pasto hay a dos manos. Los hay de crecimiento rápido, lento, para climas fríos, cálidos, sensibles a la humedad, algunos que pueden vivir sumergidos en agua, largos, cortos, de fácil crecimiento cerca al mar, frágiles al contacto con aire salino, resistentes al tránsito humano, de quiebre fácil al contacto con animales o personas...

En esta abrumadora variedad puede ser difícil escoger qué tipo precisa su terreno. Lo primero es entender que, al igual que sucede con prácticamente todas las plantas, la temperatura y la exposición al agua determinarán un poco cuál es la especie adecuada.

A modo de regla general (no infalible, pero para facilitar la discusión), si el lugar en donde va a sembrar pasto supera constantemente los 25 grados centígrados, es mejor que considere especies de clima cálido (más resistentes a temperaturas altas y climas secos).

Si no tiene requerimientos muy específicos, hay una especie que bien puede servirle a usted, como lo ha hecho a millones de personas: el ray grass o raigrás (Lolium spp). Si este pasto fuera un objeto sería una especie de navaja suiza: con características para servir y adaptarse a una multitud de situaciones.

Es una de las especies de pasto más diseminadas en todo el planeta, así como una de las más usadas para forraje y cobertura vegetal porque se adapta a climas fríos, pero puede resistir hasta pasados los 25 grados centígrados. Así mismo, es óptimo para lugares con tránsito humano o animal. Su crecimiento es rápido y profuso. Resiste bien un amplio catálogo de enfermedades y plagas (aunque también tiene enemigos duros en este aspecto). Y en términos de cuidado es sencillo: toda la luz que pueda recibir, pero no soporta muy bien los encharcamientos.

¿Cómo sembrar pasto?

Por lo general, sin importar la especie, el primer paso clave es preparar el terreno. Esto implica contar con una cobertura de material vegetal en el suelo, así como una consistencia que no sea muy suelta o muy compacta.

Las semillas deben esparcirse de forma uniforme y no quedar sepultadas a más de 2 centímetros de la superficie. Para el caso del raigrás, como se le conoce popularmente, se recomienda un promedio de 30 kilogramos de semillas por hectárea. Con esto en mente, es posible realizar las conversiones métricas para encontrar la cantidad ideal dependiendo del tamaño del terreno en el cual desea sembrar esta planta.

También es importante limpiar el suelo de malezas y hierbas indeseables, pues estas pueden robarle nutrientes a su pasto e impedir que germine como debe ser.

Luego de esparcir las semillas es importante regarlas. Pero, como se dijo antes, esta variedad de césped es muy sensible a los encharcamientos, por lo que debe hacerse con mesura (aunque sin escasear). También es clave que el suelo cuente con buen drenaje y, si se trata de terrenos muy amplios, es ideal contar con desniveles para manejar los excesos de agua a través de la gravedad.

La germinación del pasto depende mucho de la especie sembrada, pero puede tardar entre tres días y una semana y media.

Teniendo en cuenta cuáles son las temperaturas, será importante regar su pasto entre dos y tres veces por semana. Es importante hacerlo en las horas de menor sol, como la mañana o la noche, para evitar pérdidas de agua por evaporación o quemaduras en las plantas más jóvenes.

Por lo general, se recomienda fertilizar el césped en los meses de menos calor y hacerlo con productos ricos en potasio y nitrógeno.

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