Corona de Cristo: la planta de espinosa belleza
Originaria de Madagascar, se caracteriza por sus tallos espinosos, sus brillantes flores y sus brácteas que pueden ser de diversos colores como rojo, rosa, blanco o amarillo.
Conocida botánicamente como Euphorbia milii, la Corona de Cristo es una planta originaria de Madagascar que se ha ganado un lugar destacado en jardines y terrazas de todo el mundo debido a su peculiar belleza y su resistencia.
Se distingue por sus tallos espinosos y las vistosas brácteas (hojas llamativas llenas de color) que rodean sus diminutas flores, las cuales pueden variar en tonalidades de rojo, rosa, blanco o amarillo. Puede crecer hasta superar los 1,8 metros de altura y su floración es continua. Eso sí, requiere que se sigan algunos cuidados básicos para que florezca correctamente.
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La denominación “Corona de Cristo” se deriva de la apariencia de la planta, cuyo tallo principal se asemeja a un cactus cubierto de espinas. Este nombre también se vincula con la tradición católica, específicamente con la imagen de Jesucristo llevando una corona tejida de espinas antes de su crucifixión.
¿Dónde ponerla y cómo cuidarla?
Esta planta prefiere la luz natural, por lo que se sentirá más feliz cuando reciba luz directa durante todo el día, especialmente si se encuentra en exteriores, ya que es una planta del mediterráneo, por lo cual su origen es de clima cálido. En interiores, es importante asegurarse de que esté cerca de una ventana que reciba luz solar directa, rotando la maceta ocasionalmente para un crecimiento uniforme. Además, necesita un suelo con buen drenaje para evitar el encharcamiento del agua.
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Se recomienda utilizar tierra específica para cactus, ya que proporciona el drenaje necesario que requiere. No es exigente con el suelo, sin embargo, lo ideal es que su pH oscile entre 6,0 y 6,8. El pH es una medida que indica si un suelo es ácido, neutro o alcalino. Para alguien que tiene esta planta en casa, conocer el pH del suelo es importante porque puede afectar la capacidad de la planta para absorber nutrientes. La mayoría de las plantas prefieren un pH ligeramente ácido o neutro para un crecimiento óptimo.
Para evaluarlo, puede emplear un medidor de pH de suelo, un dispositivo que se inserta en la tierra y muestra el nivel de acidez. Estos medidores están disponibles en establecimientos de jardinería y son de fácil manejo. Si el pH está fuera del rango recomendado, puede ajustarse mediante la adición de sustancias como enmiendas, que son la turba o azufre para disminuirlo, o cal para aumentarlo.
A pesar de su origen tropical, esta planta puede tolerar ciertas condiciones de frío, aunque no soporta las heladas prolongadas. Por lo tanto, es importante protegerla durante los inviernos más fríos, trasladándola a lugares más cálidos o cubriéndola para evitar daños. Lo recordable es que evite exponerla a temperaturas por encima de los 35 °C, pero que pueda darle unas cuantas horas de sol.
Para estimular su floración, se puede fertilizar con un abono líquido para suculentas durante la primavera y el verano, aplicándolo cada dos semanas. En cuanto al riego, las necesidades varían según la temporada: en invierno, es suficiente regarla cada dos semanas, mientras que en verano será necesario hacerlo cada 3-4 días.
Tenga en cuenta:
Esta planta puede representar ciertos riesgos debido a su nivel de toxicidad, pues contiene un látex o jugo lechoso de color blanco que puede resultar muy irritante al tacto y causar molestias si entra en contacto con la piel o los ojos. Por lo cual debe tener cuidado si se tienen mascotas en casa, como perros o gatos.
Algunos de los riesgos asociados con el uso de la Corona de Cristo, en caso de ingestión accidental, incluyen dolor abdominal, hemorragias en el intestino, irritación de la boca y la garganta, así como vómitos. Y por contacto, pueden causar irritación, enrojecimiento o ampollas.
Según el Instituto de Salud Pública de Chile, en caso de intoxicación, es necesario evaluar posibles signos de deshidratación y anomalías electrolíticas. Si la ingestión fue reciente, se recomienda administrar carbón activado para ayudar a eliminar el tóxico del cuerpo.
🌳 ☘️ 🌿 Encuentre en La Huerta toda la información sobre plantas, jardinería, cultivos y siembra. 🍂🌺 🌼
Conocida botánicamente como Euphorbia milii, la Corona de Cristo es una planta originaria de Madagascar que se ha ganado un lugar destacado en jardines y terrazas de todo el mundo debido a su peculiar belleza y su resistencia.
Se distingue por sus tallos espinosos y las vistosas brácteas (hojas llamativas llenas de color) que rodean sus diminutas flores, las cuales pueden variar en tonalidades de rojo, rosa, blanco o amarillo. Puede crecer hasta superar los 1,8 metros de altura y su floración es continua. Eso sí, requiere que se sigan algunos cuidados básicos para que florezca correctamente.
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La denominación “Corona de Cristo” se deriva de la apariencia de la planta, cuyo tallo principal se asemeja a un cactus cubierto de espinas. Este nombre también se vincula con la tradición católica, específicamente con la imagen de Jesucristo llevando una corona tejida de espinas antes de su crucifixión.
¿Dónde ponerla y cómo cuidarla?
Esta planta prefiere la luz natural, por lo que se sentirá más feliz cuando reciba luz directa durante todo el día, especialmente si se encuentra en exteriores, ya que es una planta del mediterráneo, por lo cual su origen es de clima cálido. En interiores, es importante asegurarse de que esté cerca de una ventana que reciba luz solar directa, rotando la maceta ocasionalmente para un crecimiento uniforme. Además, necesita un suelo con buen drenaje para evitar el encharcamiento del agua.
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Se recomienda utilizar tierra específica para cactus, ya que proporciona el drenaje necesario que requiere. No es exigente con el suelo, sin embargo, lo ideal es que su pH oscile entre 6,0 y 6,8. El pH es una medida que indica si un suelo es ácido, neutro o alcalino. Para alguien que tiene esta planta en casa, conocer el pH del suelo es importante porque puede afectar la capacidad de la planta para absorber nutrientes. La mayoría de las plantas prefieren un pH ligeramente ácido o neutro para un crecimiento óptimo.
Para evaluarlo, puede emplear un medidor de pH de suelo, un dispositivo que se inserta en la tierra y muestra el nivel de acidez. Estos medidores están disponibles en establecimientos de jardinería y son de fácil manejo. Si el pH está fuera del rango recomendado, puede ajustarse mediante la adición de sustancias como enmiendas, que son la turba o azufre para disminuirlo, o cal para aumentarlo.
A pesar de su origen tropical, esta planta puede tolerar ciertas condiciones de frío, aunque no soporta las heladas prolongadas. Por lo tanto, es importante protegerla durante los inviernos más fríos, trasladándola a lugares más cálidos o cubriéndola para evitar daños. Lo recordable es que evite exponerla a temperaturas por encima de los 35 °C, pero que pueda darle unas cuantas horas de sol.
Para estimular su floración, se puede fertilizar con un abono líquido para suculentas durante la primavera y el verano, aplicándolo cada dos semanas. En cuanto al riego, las necesidades varían según la temporada: en invierno, es suficiente regarla cada dos semanas, mientras que en verano será necesario hacerlo cada 3-4 días.
Tenga en cuenta:
Esta planta puede representar ciertos riesgos debido a su nivel de toxicidad, pues contiene un látex o jugo lechoso de color blanco que puede resultar muy irritante al tacto y causar molestias si entra en contacto con la piel o los ojos. Por lo cual debe tener cuidado si se tienen mascotas en casa, como perros o gatos.
Algunos de los riesgos asociados con el uso de la Corona de Cristo, en caso de ingestión accidental, incluyen dolor abdominal, hemorragias en el intestino, irritación de la boca y la garganta, así como vómitos. Y por contacto, pueden causar irritación, enrojecimiento o ampollas.
Según el Instituto de Salud Pública de Chile, en caso de intoxicación, es necesario evaluar posibles signos de deshidratación y anomalías electrolíticas. Si la ingestión fue reciente, se recomienda administrar carbón activado para ayudar a eliminar el tóxico del cuerpo.
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