¿Cuáles plantas son buenas para tener en la casa?
Si de tener un pequeño edén en casa se trata hay varias opciones por las cuales se puede ir sin que ello le implique demasiados cuidados o gastos.
Para este punto de la historia hay amplia evidencia científica del poder terapéutico y los beneficios emocionales que tienen las plantas ornamentales en la vida diaria de las personas.
La presencia de los llamados jardines interiores se volvió más fuerte en todo el mundo por cuenta de la pandemia y las respectivas cuarentenas y periodos de aislamiento que impusieron los días más duros del covid-19.
Ahora bien, las plantas y sus cuidados son un mundo en sí mismo, por lo que sus rutinas de mantenimiento y su pertinencia para ciertos espacios y condiciones pueden parecer todo un reto para algunas personas. Como con todo, la jardinería tiene niveles que van desde lo básico hasta la profesionalización del oficio.
Lea también: Orquídeas: tips y recomendaciones para que no muera en el intento de cuidarlas
Pero, lo cierto es que tener plantas en la casa no tiene que ser sinónimo de horas de trabajo, gasto de dinero o de consumo de información especializada.
¿Adentro o afuera?
Lo primero que tendría que definir un usuario es para qué espacio quiere o necesita una planta: interiores (sin exposición a lluvia y viento fuerte) o exteriores (con la posibilidad de que se mojen parcial o constantemente).
Por ejemplo, para exteriores los pinos funcionan de forma fantástica: son muy resistentes a factores como viento y sol directos y pueden estar tanto en una terraza con sombra o expuesta a horas de radiación solar. Sus cuidados son mínimos, en tanto sean debidamente regados al menos dos veces por semana. Son árboles muy sedientos, que bien pueden ir en una matera de buen tamaño; no necesariamente hay que tener un jardín o una gran terraza para albergarlos.
Otro ejemplo de plantas exteriores que resisten condiciones duras (en cuanto a sol y viento) son los llamados novios (o geranios), un tipo de planta muy colorida perfecta para darle vida a terrazas o balcones. Se usan mucho en materas que cuelgan de techo o paredes. Y, por lo general, requieren de una irrigación media dos veces a la semana. No necesitan una matera grande.
En esta misma línea, de bajo cuidado y resultados fáciles, se encuentran los pescaditos, conocidos por este nombre por sus botones de color naranja que tienen una forma que se asemeja a la de, bueno, un pescadito. También precisan de agua dos veces por semana, pero no en grandes cantidades.
La lista aquí se puede alargar bastante, pero la cerraremos con un ejemplo más: la mandevilla, otra planta que ofrece flores constantemente y que, con agua dos veces por semana (de forma mesurada) entrega grandes resultados en exteriores (incluso bajo sol constante).
Plantas de interiores
En interiores, la pregunta clave es si el lugar para el que requiere la planta tiene luz directa o no (y cuánta, unas horas o constante). Esto determinará en buena medida el tipo de planta que servirá a sus necesidades.
De entrada, si no se trata de un sitio bajo el rayo del sol, los cactus son grandes compañeros y casi que una definición de poco mantenimiento: una amplia variedad de estas plantas recibe agua una vez al mes (abundante, preferiblemente durante una noche) y ya está. Son de crecimiento un poco más lento, por lo que sus resultados toman algo de tiempo, pero, a la vez, esto sella un vínculo entre el humano y la planta. Al final, se ve una evolución más mesurada y, quizá, más valiosa. Con la disciplina del agua, un cactus puede durar años con facilidad.
Una de las opciones más populares para interiores son los singonios, una planta que crece en una velocidad y volumen asombrosos. Pide agua dos veces por semana (abundante) y es muy (¡muy!) resistente a plagas y enfermedades.
En esta pequeña lista no pueden faltar las suculentas, que han ganado una enorme popularidad justamente por su variedad de formas, así como su bajo régimen de cuidado. Ideal para lugares de radiación media, aunque algunas variedades resisten luz más directa. Las suculentas se adaptan muy bien a materas pequeñas (perfectas para espacios como escritorios o bibliotecas), así como a materas algo más grandes (si se trata de vestir una mesa de café o una repisa, por ejemplo).
Si se quieren dos plantas protagónicas en tamaño hay dos buenas opciones: los anturios y los llamados balazos. Ambas son dos especies que traen tanto color como presencia y que requieren poca agua; en el caso de los anturios basta una regada a la semana, los balazos pueden recibir agua dos veces por semana, pero en una cantidad pequeña.
Las begonias son una gran opción si se busca una planta con colores que pueda servir para una mesa o incluso para una biblioteca. En algunas variedades presentan hojas grandes, que resultan perfectas para materas medianas, pues brotan con mucho estilo del recipiente en donde se las plante. Requieren de agua una vez por semana, una cantidad media.
En el caso de plantas de interiores, al igual que en el de las exteriores, la lista puede ser interminable. Pero estos ejemplos ayudan a probar el punto básico de esta nota: hay formas de empezar un pequeño jardín en casa sin que esto demande herramientas y cuidados especializados. Al final lo que se requiere es cariño y constancia. Las plantas hacen el resto.
Para este punto de la historia hay amplia evidencia científica del poder terapéutico y los beneficios emocionales que tienen las plantas ornamentales en la vida diaria de las personas.
La presencia de los llamados jardines interiores se volvió más fuerte en todo el mundo por cuenta de la pandemia y las respectivas cuarentenas y periodos de aislamiento que impusieron los días más duros del covid-19.
Ahora bien, las plantas y sus cuidados son un mundo en sí mismo, por lo que sus rutinas de mantenimiento y su pertinencia para ciertos espacios y condiciones pueden parecer todo un reto para algunas personas. Como con todo, la jardinería tiene niveles que van desde lo básico hasta la profesionalización del oficio.
Lea también: Orquídeas: tips y recomendaciones para que no muera en el intento de cuidarlas
Pero, lo cierto es que tener plantas en la casa no tiene que ser sinónimo de horas de trabajo, gasto de dinero o de consumo de información especializada.
¿Adentro o afuera?
Lo primero que tendría que definir un usuario es para qué espacio quiere o necesita una planta: interiores (sin exposición a lluvia y viento fuerte) o exteriores (con la posibilidad de que se mojen parcial o constantemente).
Por ejemplo, para exteriores los pinos funcionan de forma fantástica: son muy resistentes a factores como viento y sol directos y pueden estar tanto en una terraza con sombra o expuesta a horas de radiación solar. Sus cuidados son mínimos, en tanto sean debidamente regados al menos dos veces por semana. Son árboles muy sedientos, que bien pueden ir en una matera de buen tamaño; no necesariamente hay que tener un jardín o una gran terraza para albergarlos.
Otro ejemplo de plantas exteriores que resisten condiciones duras (en cuanto a sol y viento) son los llamados novios (o geranios), un tipo de planta muy colorida perfecta para darle vida a terrazas o balcones. Se usan mucho en materas que cuelgan de techo o paredes. Y, por lo general, requieren de una irrigación media dos veces a la semana. No necesitan una matera grande.
En esta misma línea, de bajo cuidado y resultados fáciles, se encuentran los pescaditos, conocidos por este nombre por sus botones de color naranja que tienen una forma que se asemeja a la de, bueno, un pescadito. También precisan de agua dos veces por semana, pero no en grandes cantidades.
La lista aquí se puede alargar bastante, pero la cerraremos con un ejemplo más: la mandevilla, otra planta que ofrece flores constantemente y que, con agua dos veces por semana (de forma mesurada) entrega grandes resultados en exteriores (incluso bajo sol constante).
Plantas de interiores
En interiores, la pregunta clave es si el lugar para el que requiere la planta tiene luz directa o no (y cuánta, unas horas o constante). Esto determinará en buena medida el tipo de planta que servirá a sus necesidades.
De entrada, si no se trata de un sitio bajo el rayo del sol, los cactus son grandes compañeros y casi que una definición de poco mantenimiento: una amplia variedad de estas plantas recibe agua una vez al mes (abundante, preferiblemente durante una noche) y ya está. Son de crecimiento un poco más lento, por lo que sus resultados toman algo de tiempo, pero, a la vez, esto sella un vínculo entre el humano y la planta. Al final, se ve una evolución más mesurada y, quizá, más valiosa. Con la disciplina del agua, un cactus puede durar años con facilidad.
Una de las opciones más populares para interiores son los singonios, una planta que crece en una velocidad y volumen asombrosos. Pide agua dos veces por semana (abundante) y es muy (¡muy!) resistente a plagas y enfermedades.
En esta pequeña lista no pueden faltar las suculentas, que han ganado una enorme popularidad justamente por su variedad de formas, así como su bajo régimen de cuidado. Ideal para lugares de radiación media, aunque algunas variedades resisten luz más directa. Las suculentas se adaptan muy bien a materas pequeñas (perfectas para espacios como escritorios o bibliotecas), así como a materas algo más grandes (si se trata de vestir una mesa de café o una repisa, por ejemplo).
Si se quieren dos plantas protagónicas en tamaño hay dos buenas opciones: los anturios y los llamados balazos. Ambas son dos especies que traen tanto color como presencia y que requieren poca agua; en el caso de los anturios basta una regada a la semana, los balazos pueden recibir agua dos veces por semana, pero en una cantidad pequeña.
Las begonias son una gran opción si se busca una planta con colores que pueda servir para una mesa o incluso para una biblioteca. En algunas variedades presentan hojas grandes, que resultan perfectas para materas medianas, pues brotan con mucho estilo del recipiente en donde se las plante. Requieren de agua una vez por semana, una cantidad media.
En el caso de plantas de interiores, al igual que en el de las exteriores, la lista puede ser interminable. Pero estos ejemplos ayudan a probar el punto básico de esta nota: hay formas de empezar un pequeño jardín en casa sin que esto demande herramientas y cuidados especializados. Al final lo que se requiere es cariño y constancia. Las plantas hacen el resto.