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Las plantas de interior son vegetales cultivadas dentro de edificios y hogares, diseñadas para prosperar en condiciones de luz y clima controladas. Estas plantas son apreciadas no solo por su belleza estética, sino también por los beneficios que aportan al ambiente, como la mejora de la calidad del aire y la reducción del estrés.
“Una de las características más importantes de las plantas de interior es su capacidad para adaptarse a diferentes niveles de luz. Mientras que algunas especies requieren luz brillante y directa, otras pueden sobrevivir con luz tenue. Esto las hace versátiles para diferentes espacios, desde oficinas con luz artificial hasta habitaciones con ventanas pequeñas. Además, muchas de estas plantas tienen la capacidad de crecer en condiciones de humedad variable, lo que es fundamental en ambientes cerrados donde la humedad puede fluctuar”, explica Ernesto Díaz, botánico de Colviveros Cali.
El riego es otro aspecto crucial en el cuidado de las plantas de interior. A menudo, estas plantas son más susceptibles al exceso de agua que a la sequía, ya que las raíces pueden pudrirse si el sustrato no drena adecuadamente. Por esta razón, los cuidados deben ser ajustados, con un monitoreo regular del nivel de humedad del suelo. Algunas especies, como los cactus, son especialmente tolerantes a la sequía, lo que las hace ideales para personas con poco tiempo para el mantenimiento.
La temperatura y la circulación del aire también son factores determinantes en la salud de las plantas de interior. La mayoría de ellas se desarrolla mejor en rangos de temperatura que oscilan entre los 15 y 25 grados Celsius, aunque algunas pueden tolerar temperaturas más extremas. Una buena circulación del aire es vital para evitar la acumulación de humedad y prevenir problemas como el moho o las plagas.
Además de su capacidad para adaptarse a diferentes condiciones, las plantas de interior pueden variar en tamaño, forma y textura. Desde pequeñas suculentas que se pueden colocar en escritorios hasta grandes árboles como la ficus, cada planta ofrece un atractivo único que puede complementar la decoración de un hogar o una oficina. Esta diversidad permite a los propietarios elegir plantas que se alineen con su estilo personal y el ambiente general del espacio.
Dicho eso, hay que señalar que existen plantas de interior que no necesitan tanto cuidado como otras, pues, como señala el experto “.suelen estar adaptadas a condiciones más extremas y menos ideales, lo que les confiere una mayor resistencia y capacidad de supervivencia. Estas plantas tienen características fisiológicas que les permiten tolerar la sequía, prosperar en niveles de luz variable y resistir plagas, lo que reduce la necesidad de atención constante. Su estructura, como hojas carnosas o raíces gruesas, les permite almacenar agua y nutrientes, lo que las hace menos dependientes de un régimen de riego regular y de condiciones ambientales estrictas. Además, su facilidad de propagación y crecimiento rápido las convierte en opciones ideales para aquellos que buscan un toque verde sin la exigencia de cuidados complicados” dijo Díaz.
Un estudio denominado ‘Evaluación de Plantas de Interior de Bajo Mantenimiento para el Hogar Moderno’, publicado en la sección de Journal of Environmental Horticulture de la Universidad de Florida, en marzo de 2023, hizo una selección de las cinco plantas de interior que menos cuidado necesitan. Para ello, se utilizó como metodología la selección de 10 especies populares de plantas de interior que se plantaron en invernaderos y se dividieron en grupos de tres condiciones de luz (baja, media y alta). El riego fue monitoreado durante un periodo de seis meses y se registraron parámetros como el crecimiento, la salud general y la necesidad de intervención humana. Estas fueron las seleccionadas, en orden descendente.
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Sansevieria (Lengua de suegra)
Sus características físicas más distintivas son las hojas largas, verticales y en forma de espada que pueden alcanzar hasta un metro de altura. Estas hojas son carnosas y tienen una textura rígida, lo que les permite almacenar agua, lo que es crucial para su supervivencia en condiciones de sequía. Además, las hojas suelen presentar un patrón distintivo de bandas verdes y amarillas, aportando un atractivo decorativo a cualquier espacio.
De acuerdo con el estudio, “la sansevieria necesita poco cuidado debido a su capacidad para adaptarse a diversas condiciones ambientales. Es una planta extremadamente resistente que puede prosperar en condiciones de baja luz, aunque también tolera la luz indirecta brillante. Su sistema radicular eficiente le permite acceder a los nutrientes y al agua en el suelo, lo que la hace menos susceptible a la deshidratación. Esto significa que se puede dejar sin riego durante períodos prolongados, lo que la convierte en una opción ideal para personas con horarios ocupados o para aquellos que son nuevos en el cuidado de plantas”.
En términos de cuidados, según Díaz, la sansevieria “es bastante sencilla pues requiere riego moderado, lo que implica permitir que la parte superior del sustrato se seque antes de volver a regar. En general, se recomienda regar cada dos o tres semanas, dependiendo de la temperatura y la humedad del entorno. Esta planta también se beneficia de un fertilizante equilibrado en el período de crecimiento, que es típicamente en primavera y verano, aunque no es esencial. Es importante asegurarse de que la maceta tenga un buen drenaje para evitar el encharcamiento, ya que esto puede provocar la pudrición de las raíces”.
El proceso de siembra de la sansevieria es bastante sencillo. Se puede propagar a través de esquejes de hojas o división de rizomas. Para propagar mediante esquejes, se deben cortar secciones de hoja de aproximadamente 10-15 cm de largo, dejar secar durante uno o dos días para que las heridas cicatricen y luego plantarlas en un sustrato bien drenante. En el caso de la división de rizomas, se retira la planta madre de la maceta y se separan los rizomas, asegurándose de que cada sección tenga al menos una o dos hojas. Luego, se plantan en macetas individuales con sustrato adecuado.
Pothos (Epipremnum aureum)
Sus hojas son de un color verde brillante, a menudo salpicadas de manchas amarillas o blancas, lo que añade un toque decorativo. Puede crecer hasta 2-3 metros de largo en condiciones adecuadas y es conocida por ser una planta trepadora, lo que la hace ideal para cultivar en macetas o en soportes. Según el estudio, “una de las razones por las que el Pothos es tan apreciado es su capacidad de adaptarse a diversas condiciones. Tolera tanto luz baja como luz indirecta brillante, lo que la convierte en una opción versátil para diferentes espacios. Además, su necesidad de riego es moderada, ya que puede sobrevivir con riegos esporádicos, lo que la hace perfecta para quienes a veces se olvidan de regar sus plantas”.
Para mantener un Pothos saludable, Díaz recomienda colocarlo en un lugar con luz indirecta brillante, aunque puede adaptarse a condiciones de luz más baja. Es importante dejar que la parte superior del sustrato se seque entre riegos, normalmente cada 1-2 semanas. La planta no requiere alta humedad, pero se beneficiará de un ambiente ligeramente húmedo, por lo que rociar sus hojas de vez en cuando puede ser útil. Idealmente, crece mejor en temperaturas entre 18-30 °C, así que evite las corrientes de aire frío. Un fertilizante equilibrado una vez al mes durante la primavera y el verano puede ayudar a promover un crecimiento saludable.
Para sembrar un Pothos, comience eligiendo una maceta con orificios de drenaje. Use una mezcla de tierra para macetas que drene bien, como una combinación de turba y perlita. Llene la maceta con el sustrato y haga un hueco para colocar la planta, asegurándose de que la base del tallo quede al nivel del sustrato. Después de plantar, riéguela bien, permitiendo que el exceso de agua drene.
Sago Palm (Cybas revoluta)
Sus hojas son largas y pinnadas, de un verde brillante, alcanzando hasta un metro de longitud, y emergen en una roseta desde el centro de la planta. El tronco es robusto y puede llegar a medir entre 1 y 3 metros de altura, aunque su crecimiento es bastante lento. Esta especie también produce conos reproductivos, que son un rasgo distintivo de su morfología.
“La resistencia de la Sago Palm se debe a su adaptabilidad a diferentes tipos de suelo, incluidos aquellos pobres y arenosos. Es capaz de tolerar condiciones de sequía, ya que sus hojas almacenan agua, lo que le permite sobrevivir durante períodos prolongados sin riego. Además, es relativamente resistente a plagas y enfermedades, lo que la convierte en una opción ideal para quienes buscan una planta de bajo mantenimiento. En cuanto a la luz, se adapta tanto a la luz brillante indirecta como a la sombra parcial, lo que amplía sus posibilidades de ubicación en el hogar”, expone el estudio.
Respecto a los cuidados, Díaz señala que requiere luz brillante indirecta y un riego moderado. “Es importante dejar que el sustrato se seque entre riegos para evitar la pudrición de raíces. Se recomienda utilizar un sustrato bien drenado, como una mezcla para suculentas, y mantenerla en un rango de temperatura entre 18 y 30 °C, evitando temperaturas inferiores a 10 °C. Durante la temporada de crecimiento, se puede fertilizar cada 4 a 6 semanas con un fertilizante equilibrado”, sostiene.
El proceso de siembra comienza con la elección de una maceta adecuada, que debe tener agujeros de drenaje. Es aconsejable preparar un sustrato que combine tierra para macetas con arena o perlita para mejorar el drenaje. Al plantar, se debe colocar la planta en el centro de la maceta y cubrir las raíces, asegurándose de que la parte superior del tronco quede ligeramente expuesta. Después de la siembra, se recomienda un riego ligero para humedecer el sustrato.
Zamioculca (ZZ Plant)
Sus hojas son carnosas, de un verde intenso y tienen una forma ovalada, lo que le confiere un aspecto elegante y atractivo. Esta planta puede crecer entre 60 y 90 centímetros de altura y se caracteriza por su crecimiento lento, lo que la hace ideal para espacios que no requieren cambios frecuentes. “Es una planta que tolera condiciones de luz baja, aunque también puede crecer en luz indirecta brillante. Su estructura suculenta le permite almacenar agua en sus tubérculos, lo que la hace capaz de sobrevivir períodos de sequía, esto reduce la necesidad de riego”, expone el estudio.
Para mantener una Zamioculca saludable, Díaz recomienda ubicarla en un lugar con luz indirecta brillante, aunque puede adaptarse a la luz baja. El riego debe ser moderado; es preferible dejar que el sustrato se seque completamente entre riegos, lo que generalmente se traduce en regar cada 2-4 semanas. Esta planta prefiere temperaturas cálidas, entre 18 y 24 °C, y no tolera bien las heladas. No es necesario fertilizarla con frecuencia; un fertilizante equilibrado puede aplicarse durante la primavera y el verano si se desea un crecimiento más vigoroso.
Para sembrarla, se debe elegir una maceta con orificios de drenaje para evitar el encharcamiento. Se recomienda utilizar una mezcla de tierra para macetas que drene bien, como una combinación de tierra para cactus y perlita. Coloque la planta en el centro de la maceta y cubra las raíces con sustrato, asegurándose de que los tallos queden al nivel del sustrato. Después de plantar, riegue ligeramente y permita que el exceso de agua drene.
Spathiphyllum (lirio de paz)
Las hojas son grandes, alargadas y de un color verde oscuro, mientras que las flores, que son en realidad brácteas blancas que envuelven una espiga amarilla, aparecen en forma de espata, dándole un toque ornamental. Esta planta puede alcanzar entre 30 cm y 1 metro de altura, dependiendo de las condiciones de crecimiento. De acuerdo con el estudio, “el Spathiphyllum es conocido por su resistencia y facilidad de cuidado. Puede prosperar en condiciones de luz baja, lo que la hace ideal para interiores. Además, es una planta que puede tolerar el olvido en el riego, ya que puede sobrevivir con poca agua. Su capacidad para purificar el aire también la convierte en una opción popular para el hogar”.
Para mantenerlo saludable Díaz sugiere ubicarlo en un lugar con luz indirecta brillante, aunque puede sobrevivir en condiciones de luz baja. “El riego debe ser moderado; es importante permitir que la parte superior del sustrato se seque entre riegos, lo que generalmente significa regar cada semana o cuando las hojas comienzan a marchitarse ligeramente. Esta planta prefiere un ambiente húmedo, por lo que se puede beneficiar de la pulverización ocasional. La temperatura ideal se sitúa entre 18 y 24 °C. Se puede fertilizar cada 6-8 semanas durante la primavera y el verano con un fertilizante equilibrado”, dijo Díaz.
Si quiere sembrarlo, se debe elegir una maceta con orificios de drenaje para evitar el encharcamiento. Se recomienda utilizar una mezcla de tierra para macetas que drene bien, como una combinación de tierra orgánica y perlita. Coloque la planta en el centro de la maceta y cubra las raíces con sustrato, asegurándose de que la base del tallo quede al nivel del sustrato. Después de plantar, riegue ligeramente y permita que el exceso de agua drene.
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