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La dalia es una planta herbácea perteneciente a la familia Asteraceae y nativa de las regiones montañosas de México y América Central.
Sus flores grandes y vistosas, que vienen en una variedad casi infinita de colores y formas, pueden ser simples o dobles y varían en tamaño desde pequeñas pompones hasta grandes “cabezas de plato”. De acuerdo con la horticultora de la jardinería Piero Jardinero, Andrea Nieto, las hojas de las dalias son generalmente de color verde oscuro y pueden ser pinnadas o bipinnadas, con un aspecto bastante denso y texturizado, mientras que su tamaño puede variar significativamente, desde variedades enanas de unos 30 cm hasta variedades altas que alcanzan los 1.5 metros o más. Sus tallos son huecos y, a veces, pueden necesitar soporte para evitar que se caigan, especialmente en las variedades más altas y con flores grandes.
Usos y Significado
Las dalias no solo añaden un toque espectacular a cualquier jardín, sino que también tienen un importante valor cultural y ornamental, lo que las convierte en una de las flores más apreciadas y cultivadas en el mundo.
Ornamental: Las dalias son muy valoradas en jardinería ornamental y se utilizan ampliamente en arreglos florales debido a su belleza y variedad de formas y colores.
Cultural: En México, la dalia es la flor nacional y tiene una rica historia cultural y simbólica. Los aztecas las utilizaban, tanto por sus propiedades ornamentales como medicinales. Llamaban a la dalia “Acocoxochitl”, que significa “tallo hueco con agua”. Usaban las raíces de la planta como fuente de alimento y como remedio para diversas enfermedades. En 1963, la dalia fue declarada la flor nacional de México, destacando su importancia cultural e histórica en el país. La dalia simboliza la elegancia, la dignidad y la creatividad. En el lenguaje de las flores, puede representar el compromiso y la estabilidad.
Medicinal: Algunas especies de dalias fueron utilizadas tradicionalmente en la medicina herbolaria indígena, aunque este uso es menos común en la actualidad.
Cuidados
“Cuidar las dalias requiere atención a varios aspectos clave, desde la plantación hasta el mantenimiento durante su crecimiento y floración”, dijo Nieto, explicando los cuidados que hay que tener.
Luz Solar: Las dalias necesitan al menos 6-8 horas de luz solar directa al día. Elija un lugar soleado.
Suelo: Prefieren suelos bien drenados, ricos en materia orgánica. Evite suelos encharcados para prevenir la pudrición de los tubérculos.
pH del Suelo: Idealmente entre 6.0 y 7.5. Si el pH es bajo, añada cal; si es alto, añada azufre.
Enmiendas: Incorpore compost o estiércol bien descompuesto para mejorar la fertilidad y el drenaje del suelo.
Profundidad en la plantación: Planta los tubérculos a unos 10-15 cm de profundidad, con el “ojo” o brote mirando hacia arriba.
Espaciado: Deje unos 60-90 cm entre cada planta, dependiendo de la variedad
Frecuencia del riego: Riegue regularmente, manteniendo el suelo húmedo pero no encharcado. Las dalias requieren riego profundo una o dos veces por semana, dependiendo del clima. Riegue a nivel del suelo para evitar mojar el follaje, lo que puede prevenir enfermedades fúngicas.
Fertilizante Inicial: Añada un fertilizante equilibrado (10-10-10) al plantar los tubérculos.
Crecimiento: Fertilice cada 3-4 semanas con un fertilizante bajo en nitrógeno (5-10-10 o 10-20-20) para promover la floración en lugar del crecimiento foliar excesivo. Aplique el fertilizante alrededor de la base de la planta, evitando el contacto directo con los tallos.
Estacas: Coloque estacas o soportes en el momento de la plantación para evitar dañar las raíces después. Las variedades altas y las que producen flores grandes pueden necesitar apoyo.
Atado: Atar los tallos a las estacas con cintas o cuerdas suaves a medida que crecen.
Despunte: Cuando las plantas alcancen unos 30-40 cm de altura, pinza la punta del tallo principal para fomentar un crecimiento más ramificado y más flores.
Plagas comunes: Los pulgones que pueden ser controlados con insecticidas o jabón insecticida; las babosas y caracoles, para las cuales se debe usar cebos o trampas; y los ácaros y trips, que deben ser controlados con acaricidas y buen manejo del riego.
Enfermedades: Mildiu Polvoso, puede prevenirse con una buena circulación de aire y evitando el riego por aspersión; pudrición del Tubérculo, evite el encharcamiento y asegúrese de que el suelo drene bien.
Excavación de Tubérculos en climas fríos: Después de la primera helada, corte los tallos a unos 10 cm del suelo y excava cuidadosamente los tubérculos.
Limpieza y Secado: Limpie los tubérculos y déjelos secar durante tres días en un lugar fresco y seco. Guarda los tubérculos en un lugar fresco y oscuro (4-10°C), en cajas con turba, virutas de madera o arena para evitar que se sequen.
Climas Templados: En áreas sin heladas severas, las dalias pueden dejarse en el suelo con una capa gruesa de mantillo para protegerlas del frío.
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