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La Provenza, región del sur de Francia conocida por su riqueza natural al estar cerca de la región costera del mediterráneo, tiene gran fama -entre otras cosas- por un tesoro natural: los campos de lavanda. Se trata de una planta que se ha convertido en símbolo de la región, y que transforma los paisajes en un espectáculo visual único, pintando campos y montañas con tonos violetas y azules durante su floración, que se extiende de junio a septiembre.
Este “oro azul”, como se le conoce localmente, no solo es un espectáculo natural, sino también un pilar fundamental de la economía local que ha evolucionado a lo largo de los siglos. De acuerdo con los datos de 2023 proporcionadas por la Région Sud - Provence-Alpes-Côte d’Azur, la industria de la lavanda y el lavandín tiene un impacto económico considerable, pues genera más de 9,000 empleos directos y 17,000 indirectos en el sector turístico. Y es que este cultivo abarca más de 28,000 hectáreas de tierra y produce anualmente 131 toneladas de aceite esencial, demostrando su importancia tanto en la agricultura como en la industria.
Por ello, la Vaucluse Provence Attractivité, una entidad colaborativa que surge de la unión de diversos actores públicos y privados en la región de Vaucluse con el objetivo de aumentar el turismo en la región, hizo una lista de sitios para admirar y fotografiar los campos de lavanda. Estos fueron los elegidos:
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La Abadía de Sénanque
La abadía de Sénanque, fundada en 1148 por monjes cistercienses provenientes de la Abadía de Mazan y situada cerca de la pintoresca localidad de Gordes, en el departamento de Vaucluse, es un monumento que ha resistido el paso del tiempo, atravesando períodos de gran prosperidad, declive y posterior renovación y aunque su historia es uno de sus grandes atractivos al haber sobrevivido tanto años, lo que realmente la ha hecho célebre son los grandes campos de lavanda que la rodean.
Y es que durante la temporada de floración, que generalmente se extiende de junio a agosto, el edificio se torna en un escenario de colores diversos que atraen a turistas de todo el mundo, pues desde el intenso color púrpura de la lavanda hasta el grises de la piedra del monasterio, el lugar ofrece oportunidades fotográficas incomparables, que también la rica tradición agrícola y aromática de la región, así como su sentido religioso.
Además, al concluir el recorrido por este edificio, los visitantes tienen la oportunidad de llevar consigo un pedazo de esta experiencia sensorial, adquiriendo productos elaborados con la lavanda local en la tienda de la abadía. Estos souvenirs van desde aceites esenciales hasta bolsitas de infusión de lavanda, los cuales son elaborados artesanalmente por los lugareños.
Aurel
Aurel es una comuna francesa ubicada en el departamento de Vaucluse, en la región de Provenza-Alpes-Costa Azul. Construida sobre un tierra alta rocoso, esta localidad ofrece vistas impresionantes, especialmente al aproximarse desde Sault. El pueblo se caracteriza por sus estrechas calles medievales, casas antiguas de piedra, y monumentos históricos como la imponente iglesia del siglo XII y la torre cuadrada del castillo del siglo XI.
Sin embargo, lo que verdaderamente distingue a Aurel son sus famosos campos de lavanda, especialmente dos de ellos. El primero, considerado el más célebre del departamento de Vaucluse, se encuentra a la izquierda de la carretera viniendo desde Sault. El segundo está ubicado a la salida del pueblo hacia Montbrun-les-Bains, el cual ofrece una de las vistas de los valles y de las lavandas en un mismo lugar. Han sido tan especiales, que han atraído a fotógrafos y pintores de todo el mundo. Entre los artistas más renombrados que se han inspirado en este lugar se encuentran René Seyssaud y Pierre Ambrogiani.
Lioux y Saignon
Lioux es un pueblo francés situado al pie de la impresionante Falaise de la Madeleine, una formación calcárea de 7 kilómetros de largo y 30 millones de años de antigüedad. Con un rico legado histórico y patrimonial, destacan sus cuatro castillos y la iglesia románica dedicada a San Román, se ha hecho famoso por sus campos de lavanda, los cuales se extienden hasta la base de los acantilados de piedra, creando un paisaje único en el mundo.
Además de su belleza natural, este entorno ofrece oportunidades para actividades como la escalada, haciendo de Lioux un destino ideal para los amantes de la naturaleza y la aventura.
Saignon, en cambio, es un comuna francesa enclavada en la región de Provenza-Alpes-Costa Azul, la cual destaca por su patrimonio arquitectónico y sus vistas panorámicas sin igual, pues está coronado por el imponente Rocher de Bellevue, unas escaleras largas que llegan a un mirador en donde se puede ver todo el valle en donde se puede ver los icónicos campos de lavanda, que tiñen el paisaje de un intenso violeta durante la floración que va desde julio hasta mediados de agosto.
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Comarca de Sault
El lugar más destacable para finalizar este recorrido es Sault, un pintoresco pueblo situado en una colina a 776 metros de altitud, al este del Mont Ventoux. Reconocido como Patrimonio Mundial de la UNESCO, este lugar ofrece un rico legado histórico y una experiencia inmersiva en el mundo de la lavanda, pues los visitantes pueden disfrutar de la Fiesta de la Lavanda en agosto, visitar la Ferme aux Lavandes para adquirir productos locales, participar en talleres temáticos y explorar una destilería de lavanda.
Aunque destaca principalmente por el Museo de la Lavanda, el cual fue inaugurado en 1991 por la familia Lincelé para preservar y promocionar la auténtica lavanda fina de Provenza. Este museo surgió como respuesta a la creciente confusión entre la verdadera lavanda y sus híbridos, como el lavandín, ampliamente utilizados en productos industriales, como en la alta perfumería y la aromaterapia.
El museo ofrece una experiencia inmersiva en la historia y cultura de la lavanda provenzal. A través de visitas guiadas, audioguías y talleres educativos, los visitantes pueden explorar el recorrido histórico de los productores de lavanda y aprender sobre los procesos de cosecha, destilación y uso comercial. La exposición principal cuenta con 346 piezas de colección que ilustran diferentes épocas y técnicas de producción, además, proporciona experiencias sensoriales interactivas y la oportunidad de presenciar destilaciones tradicionales durante los meses de verano en su propio campo de lavanda.
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