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El pH del suelo: ¿cómo se mide y por qué es importante para su huerta?

Le explicamos qué es el pH del suelo, cuáles son los beneficios de mantenerlo en niveles ideales y los riesgos de ignorarlo.

Diego Suárez
27 de agosto de 2024 - 09:35 p. m.
En suelos naturales, el pH suele oscilar entre 4,5 y 8,0. Los suelos con pH de 6,5 a 7,5 se consideran neutros, suelos con pH inferior a 6,5 se consideran ácidos y suelos con pH superior a 7,5 se consideran alcalinos. La mayoría de los nutrientes vegetales están disponibles a un pH ligeramente ácido de 5,8 a 6,5.
En suelos naturales, el pH suele oscilar entre 4,5 y 8,0. Los suelos con pH de 6,5 a 7,5 se consideran neutros, suelos con pH inferior a 6,5 se consideran ácidos y suelos con pH superior a 7,5 se consideran alcalinos. La mayoría de los nutrientes vegetales están disponibles a un pH ligeramente ácido de 5,8 a 6,5.
Foto: Deyan Georgiev

El pH del suelo es un factor fundamental en la salud y productividad de las huertas, pero es común que muchas personas no tengan clara su importancia de cara a la salud de las plantas. Este indicador, que mide la acidez o alcalinidad del suelo, puede determinar el éxito o el fracaso de cualquier proyecto agrícola pues es esencial para asegurar que las plantas reciban los nutrientes necesarios para su desarrollo óptimo. Cuando el pH del suelo no está acorde, los efectos pueden ser devastadores, desde la deficiencia de nutrientes hasta la muerte de las plantas.

“El pH del suelo es una medida que indica cuán ácido o alcalino es el suelo, en una escala que va de 0 a 14. Un pH de 7 es considerado neutro, mientras que valores por debajo de 7 indican acidez y por encima de 7 indican alcalinidad. En términos coloquiales, podríamos decir que un suelo es ácido cuando tiene más de esos compuestos que le dan un sabor agrio o que lo hacen picante para las plantas, lo que puede afectar cómo crecen. Es como si el suelo estuviera demasiado cargado con algo que a las plantas no les sienta bien si no está en la cantidad correcta y alcalino es cuando un suelo es como si estuviera demasiado jabonoso o suave, lo que también puede hacer que las plantas no absorban bien los nutrientes que necesitan. Es como si el suelo fuera demasiado suave para las raíces, dificultando que obtengan lo que necesitan para crecer fuertes”, explica Paula Rodríguez, profesora de ingeniería ambiental en la Universidad del Bosque, en entrevista con El Espectador.

Rodríguez señala que conocer el pH del suelo de su huerta es esencial porque influye en cómo las plantas interactúan con su entorno, el pH determina la disponibilidad de los nutrientes que las plantas necesitan para crecer. Dependiendo de este valor, los nutrientes estarán más accesibles para las plantas, mientras que otros podrían quedar fuera de su alcance. Además, el pH afecta la actividad de los microorganismos en el suelo, que son fundamentales para descomponer la materia orgánica y liberar nutrientes.

“Muchas plantas tienen requisitos específicos de pH para prosperar. Esto se debe a que el pH del suelo afecta la disponibilidad de nutrientes esenciales” dijo Rodríguez, quien señaló los siguientes ejemplos:

  • Plantas que prefieren suelos ácidos (pH 4.5-6.0): Arándanos (Vaccinium spp.): Estas plantas requieren un suelo bastante ácido para absorber el hierro de manera efectiva. Rododendros (Rhododendron spp.) y azaleas (Rhododendron spp.): También prosperan en suelos ácidos, y un pH alto puede causar clorosis, una condición donde las hojas se vuelven amarillas debido a la deficiencia de hierro. Helechos: Los helechos suelen preferir un ambiente ácido, ya que imita su hábitat natural en los bosques.
  • Plantas que prefieren suelos neutros a ligeramente alcalinos (pH 6.5-7.5): Hortalizas comunes: Muchas hortalizas, como tomates, pimientos y frijoles, prefieren un pH neutral a ligeramente alcalino, ya que facilita la absorción de nutrientes como fósforo y potasio. Céspedes comunes: La mayoría de las especies de césped prefieren un pH en este rango para un crecimiento óptimo y una buena densidad del césped.
  • Plantas que prefieren suelos alcalinos (pH 7.0-8.5): Lavanda (Lavandula spp.): Esta planta mediterránea prospera en suelos bien drenados y alcalinos, donde su aroma y crecimiento son más intensos. Clemátides (Clematis spp.): Prefieren suelos ligeramente alcalinos para florecer abundantemente. Ajo (Allium sativum): Aunque puede tolerar una gama de pH, generalmente se desarrolla mejor en suelos ligeramente alcalinos.

Un suelo “balanceado” generalmente es aquel que tiene un pH neutro, alrededor de 6.5 a 7.0. En este rango, la mayoría de los nutrientes están disponibles para la mayoría de las plantas. Sin embargo, un pH perfecto para una planta puede no serlo para otra, así que “balanceado” depende en gran medida de las especies que se están cultivando.

  • pH 6.5-7.0: Este rango es ideal para la mayoría de las plantas, incluyendo la mayoría de las hortalizas, flores ornamentales, y césped. Aquí, los nutrientes como nitrógeno, fósforo y potasio son fácilmente accesibles para las plantas.

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Guía para conocer el pH del suelo en su huerta

1. Reúna los materiales necesarios: Kit de prueba de pH del suelo (disponible en tiendas de jardinería), agua destilada (para evitar alterar los resultados), una cuchara pequeña o una herramienta para cavar y un recipiente limpio para mezclar.

2. Recoja muestras de suelo: Elija varias áreas de su jardín o huerta para obtener una muestra representativa. Cave aproximadamente 10-15 cm de profundidad en cada área, retirando cualquier residuo de la superficie como hojas o piedras y coloque alrededor de una cucharada de suelo en tu recipiente limpio.

3. Prepare la muestra: Mezcle las muestras de suelo de diferentes áreas si está probando varias zonas. Si está interesado en una zona específica, usa solo el suelo de esa área. Añada agua destilada a la muestra, lo suficiente para que quede húmeda pero no empapada, y remueva bien la mezcla para asegurarse de que el agua y el suelo estén bien combinados.

4. Realice la prueba: Use el kit de prueba de pH según las instrucciones del fabricante. Generalmente, esto implica colocar un poco de la mezcla de suelo en el probador y añadir un reactivo. Espere el tiempo recomendado para que se desarrolle el color.

5. Interprete los resultados: Compare el color de la muestra con la tabla de colores que viene con el kit de prueba y determine si su suelo es ácido (pH bajo, menos de 7), neutro (pH 7), o alcalino (pH alto, más de 7).

6. Ajuste el pH si es necesario: Para suelos ácidos (pH bajo), puede añadir cal agrícola o ceniza de madera para elevar el pH. Para suelos alcalinos (pH alto) añada materiales orgánicos como compost, o utilice azufre elemental para bajar el pH. Haga los ajustes gradualmente y realice nuevas pruebas después de algunas semanas para verificar el cambio.

7. Registre y monitoree: Anote los resultados y las acciones que tome. Revise el pH del suelo cada temporada o cuando note que las plantas no crecen bien, para asegurarte de que el nivel de pH sigue siendo adecuado.

De acuerdo con Rodríguez, estos son los beneficios y riesgos que genera el pH en su huerta:

BENEFICIOS DE UN PH
BALANCEADO
CONCECUENCIAS DE UN PH NO
BALANCEADO
Un pH balanceado optimiza la disponibilidad de nutrientes esenciales como nitrógeno, fósforo, y potasio. Estos nutrientes son fundamentales para el desarrollo de las raíces, el crecimiento de las hojas y la producción de flores y frutos.Puede hacer que los nutrientes esenciales, como el nitrógeno, fósforo y potasio, se vuelvan inaccesibles para las plantas. Aunque los nutrientes estén presentes en el suelo, las plantas no pueden absorberlos eficazmente, lo que lleva a un crecimiento pobre y desarrollo insuficiente.
Los microorganismos beneficiosos, como las bacterias y hongos, prosperan en suelos con un pH adecuado. Estos organismos descomponen la materia orgánica, liberando nutrientes esenciales en formas que las plantas pueden absorber fácilmente.En suelos muy ácidos, elementos como el aluminio y el manganeso pueden volverse solubles en exceso, alcanzando niveles tóxicos para las plantas. Esto puede interferir con el desarrollo de las raíces y causar síntomas como hojas amarillentas, crecimiento atrofiado y, en casos severos, la muerte de la planta.
Un pH balanceado previene la acumulación de elementos tóxicos, como el aluminio o el manganeso, que pueden ser dañinos para las plantas si están presentes en altas concentraciones. Esto protege a las plantas de posibles toxicidades que podrían inhibir su crecimiento.Puede inhibir la actividad de microorganismos beneficiosos en el suelo, como las bacterias fijadoras de nitrógeno y los hongos que descomponen la materia orgánica. Esto reduce la disponibilidad de nutrientes naturales, debilitando aún más las plantas y afectando su capacidad para crecer vigorosamente.
El pH adecuado favorece la formación de una estructura de suelo ideal, con buen drenaje y aireación. Esto facilita el desarrollo de las raíces, mejora la retención de agua y permite que las plantas crezcan de manera más robusta.Altera la estructura del suelo, haciéndolo más compacto y menos aireado. Esto dificulta el crecimiento de las raíces, reduce la capacidad del suelo para retener agua y nutrientes, y aumenta la susceptibilidad a la erosión.
Los fertilizantes que aplique son más efectivos, ya que los nutrientes que contienen se liberan y se absorben mejor. Esto significa que necesita usar menos fertilizante para obtener el mismo resultado, lo que es más económico y ecológico.Los fertilizantes aplicados pueden ser menos efectivos o incluso inútiles, ya que los nutrientes que contienen no se liberan adecuadamente. Esto lleva a un desperdicio de recursos y a un mayor costo para intentar corregir los problemas de fertilidad.
Las plantas cultivadas en suelos con un pH adecuado tienden a ser más saludables y, por lo tanto, más resistentes a enfermedades. Un pH balanceado reduce el estrés en las plantas, fortaleciendo su sistema inmunológico natural.Las plantas que crecen en suelos con pH desequilibrado están bajo estrés constante, lo que las hace más vulnerables a enfermedades y plagas. La debilidad de las plantas les impide defenderse adecuadamente, lo que puede resultar en infestaciones más graves y un mayor daño a los cultivos.
Con un pH balanceado, tienes la flexibilidad de cultivar una mayor variedad de plantas, ya que muchas especies tienen requerimientos específicos de pH. Esto le permite diversificar tu huerta con diferentes tipos de vegetales, hierbas, y flores.Restringe las opciones de cultivo, ya que muchas plantas tienen requisitos específicos de pH. Esto puede limitar la variedad de vegetales, hierbas y flores que puedes cultivar con éxito, afectando la biodiversidad y la productividad de tu huerta.

¿Qué debe hacer si el pH en el suelo de su huerta no es balanceado?

Primero debe identificar el tipo de corrección necesaria, si el pH es demasiado bajo (suelo ácido) necesita elevar el pH, lo cual se hace añadiendo materiales alcalinos, tales como cal agrícola, este es el método más común para elevar el pH. La cal, que puede ser de dolomita o calcita, debe aplicarse uniformemente en el suelo. Para un aumento significativo en suelos muy ácidos, aplica entre 2 y 4 kg de cal por cada 10 metros cuadrados. La cantidad exacta dependerá del tipo de suelo (arenoso, arcilloso, etc.) y el nivel de acidez, esparza la cal uniformemente y mézclela bien con el suelo, preferiblemente a una profundidad de unos 15-20 cm. Es mejor hacerlo en otoño o invierno, para que la cal tenga tiempo de actuar antes de la temporada de crecimiento.

Si el pH es demasiado alto (suelo alcalino) debe reducir el pH, que se logra añadiendo materiales ácidos, como el azufre elemental, que es el método más común para reducir el pH, para un suelo moderadamente alcalino, aplique alrededor de 0,5 a 1 kg de azufre por cada 10 metros cuadrados. Esparza el azufre de manera uniforme y mézclelo bien con el suelo, a una profundidad de unos 15-20 cm. Este proceso puede tardar varios meses en mostrar resultados, así que es recomendable hacer la corrección antes de plantar. Otra opción es aplicar materiales orgánicos como compost ácido o turba también puede ayudar a reducir ligeramente el pH, aunque el efecto es menos intenso que con azufre.

Después de aplicar los correctores de pH, espere entre 3 a 6 meses antes de volver a medir el pH, esto le da tiempo a los materiales para integrarse en el suelo y alterar el pH. Realice pruebas regulares cada temporada para asegurarte de que el pH se mantiene en el rango óptimo. Además, independientemente del tipo de corrección que haya hecho, agregue compost bien descompuesto o estiércol ayudará a estabilizar el pH a largo plazo. La materia orgánica mejora la estructura del suelo y su capacidad para retener nutrientes y agua.

Evite hacer cambios drásticos de pH en un solo paso, ya que puede dañar las plantas y alterar el ecosistema del suelo. Es preferible hacer ajustes graduales y monitorear los resultados. No obstante, si el pH sigue siendo difícil de ajustar, considere plantar cultivos que sean más tolerantes al pH actual de su suelo mientras trabajas en equilibrarlo. Por ejemplo, ciertos vegetales como las patatas prefieren suelos ligeramente ácidos, mientras que otras plantas como las espinacas pueden tolerar suelos más alcalinos.

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Por Diego Suárez

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