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El eneldo es una hierba que, aunque quizá no goza de la popularidad de la albahaca o el romero, también tiene un denotado protagonismo en cocinas de varias culturas a través de los siglos.
Así mismo, también ha sido aprovechada para tratar algunos males menores desde, cuando menos, el antiguo Egipto.
Aunque es originaria de la región entre India e Irán, de acuerdo con los registros el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), hoy se encuentra ampliamente diseminada por todo el mundo.
Por consecuencia de su origen, no es una planta que tolere bien el frío extremo ni las heladas. Y se recomienda plantarla (bien sea en suelo abierto o en una matera) en un ambiente que oscile entre templado y cálido, sin extremos de temperatura en ambos lados del termómetro.
Y, así mismo, es común encontrar esta hierba en preparaciones de cocinas mediterráneas, como el famoso tzatziki griego (que, vale aclarar, puede también hacerse sin eneldo).
Características y cuidados del eneldo
El eneldo (Anethum graveolens) es una planta que requiere de toda la luz que pueda recibir, especialmente si es directa. Por lo que su lugar preferido es sin sombra en suelo abierto y cerca de una ventana, si se trata de matera.
Ahora bien, no es muy amiga de los vientos fuertes, por lo que se recomienda que, si se trata de ubicarla en un entorno urbano (como una huerta casera) no sea en un balcón o terraza si se trata de un piso elevado, por ejemplo.
De acuerdo con el ICA, el eneldo “alcanza la plena floración entre los 50 y los 70 días después de sembrada. Requiere entre 100 y 120 días para que maduren los frutos. Las semillas conservan su capacidad germinativa durante 2 o 3 años: la recolección de hojas se hace antes de la floración. No se recomienda asociarla con el hinojo, planta que atrae insectos polinizadores y repele gusanos tierreros”.
En términos de agua, el eneldo agradece una humedad constante, pero es muy sensible a los excesos de riego o los encharcamientos. Por eso es clave que, especialmente si se trata de una matera, la tierra en la que esté sembrado no sea compacta y permita así un buen flujo de agua a través de todo el contenedor. Así mismo, es muy importante que el recipiente mismo tenga buenos agujeros que permitan eliminar el agua de más.
La mejor jugada para calibrar los riegos de esta planta es mirar qué tan húmedo está el sustrato en sus partes más profundas, para lo que se puede usar un palo de madera (un palo de comida china funciona muy bien para esta tarea): si la tierra está seca, es momento de regar el eneldo, pero con moderación.
Propiedades del eneldo
Además de ser muy aromático para usos culinarios, el eneldo ha sido aprovechado para el tratamiento de algunos males menores en diferentes culturas.
Su consumo humano se da, especialmente, mediante infusiones y aceites esenciales.
Por lo general, el eneldo se usa para tratar males gástricos ligeros, como indigestiones o flatulencia. Así mismo, en sus usos tópicos es aprovechado como un desinfectante casero para heridas, de acuerdo con el “Vademécum colombiano de plantas medicinales”, publicado por el entonces Ministerio de la Protección Social.
De acuerdo con el “Vademécum”, para infusiones se recomienda su consumo no más de tres veces en el día.
Sin embargo, como con todas las plantas medicinales, el uso de estas especies no debe reemplazar un tratamiento médico o la visita y consulta con un profesional de la salud. Hay que ser claros en esto.
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