Falsa sirena: la flor que se creía extinta y ahora es símbolo de esperanza
Desde el desaparecimiento durante la Primera Guerra Mundial, a ser reencontrada casi un siglo después, es la historia de la flor falsa sirena. Molly Parren fue quien la reencontró, en La Huerta de El Espectador contó la historia, razones de la desaparición de la flor, cuidados y el porqué simboliza la esperanza.
Diego Suárez
La naturaleza siempre guarda secretos fascinantes y, a veces, los más sorprendentes emergen cuando menos se esperan. Tal es el caso de la la flor falsa sirena, una enigmática especie natural que se creyó extinta desde la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, el pasado fin de semana, este misterioso espécimen fue redescubierto, asombrando a botánicos y entusiastas de la flora por igual.
Se trata de una especie que pertenece al grupo de las Floerkeas, un género de plantas con flores de la familia Limnanthaceae. Son plantas herbáceas anuales nativas de América del Norte, particularmente en áreas húmedas y sombreadas como los bosques y márgenes de los arroyos. La planta se caracteriza por sus hojas compuestas y pequeñas flores de color blanco a verde pálido. La Floerkea es notable por su capacidad de crecer en hábitats específicos y a menudo es un indicador de la salud de los ecosistemas ribereños donde se encuentra.
La científica especializada en anfibios de la Agencia Estatal de Fauna y Flora Silvestres de Vermont, Molly Parren, explicó cómo fue su redescubrimiento, desde su desaparición en tiempos bélicos hasta su inesperado reencuentro, y analizó lo que este hallazgo significa para la biodiversidad y la conservación de especies raras.
El Espectador habló con Molly Parren sobre el redescubrimiento que hizo el pasado jueves 28 de junio en el bosque Vermont.
¿Cómo comenzó el redescubrimiento?
Estaba en el bosque Vermont buscando una tortuga serpentina que es característica de aquí. De repente, sentí un olor extraño, pero se me hizo familiar. Lo rastreé hasta un raro ajo silvestre y le tomé una foto, para compartirla con mi colega Grace Glynn. Ella me indicó que el color de esa flor era de una falsa sirena.
¿Cómo supo Grace Glynn que se trataba de esa flor si no se había visto desde la Primera Guerra Mundial?
Ella busca obsesivamente esta planta, por eso cuando le envié la foto me contó que había saltado y gritado. Había soñado con encontrarla porque es una planta muy discreta, con una visibilidad limitada, pero que podía estar al acecho a plena vista. Ni ella, ni yo, la habíamos visto en persona, pero ella sí había visto muchas veces sus fotos.
¿Qué características tiene esta flor?
Es una planta herbácea anual que generalmente alcanza una altura de entre 10 y 30 cm. Sus hojas son compuestas, con folíolos pequeños y alargados, de color verde brillante. Las hojas tienen un aspecto delicado y fino. Las flores son pequeñas y de color blanco a verde pálido y tienen cinco pétalos y son relativamente simples en comparación con otras flores más vistosas.
¿Por qué se dice que desapareció desde la Primera Guerra Mundial?
Con base a las investigaciones que realizamos con Glynn, creemos que su desaparición tuvo como causa la destrucción de hábitats, pues durante la Primera Guerra Mundial, muchas áreas naturales en Europa y otras partes del mundo fueron destruidas o alteradas debido a las actividades militares. Bombardeos, trincheras y el movimiento de tropas causaron una devastación significativa en el medio ambiente, afectando a numerosas especies de plantas y animales. La otra causa es la pérdida de registros, ya que en tiempos de guerra, la atención y los recursos se desvían hacia el conflicto, lo que llevó a una falta de documentación y seguimiento de esta especie. La planta falsa sirena fue ignorada y no registrada adecuadamente durante este período. Y por último, después de la guerra, la gestión y el uso de la tierra cambiaron significativamente. Las áreas que antes eran hábitats naturales, entre ellos el hábitat de la falsa sirena, fueron convertidas en tierras agrícolas, industriales o urbanas, reduciendo aún más los hábitats disponibles para estas especies.
¿Qué sigue en el proceso de cuidado y conservación?
Con Glynn lo tenemos muy claro y coordinaremos el programa del bosque que cuidará, especialmente, a las flores falsa sirena. Comenzando por su ubicación, prefiere áreas semi-sombreadas a sombreadas, similar a su hábitat natural en bosques y márgenes de arroyos. En cuanto a su protección, no puede tener contacto con la luz solar directa, especialmente durante las horas más calurosas del día. El tipo de suelo que necesita es un suelo rico en materia orgánica y bien drenado. Prefiere suelos húmedos, pero no encharcados, y un pH ligeramente ácido a neutro es ideal. La regaremos con una frecuencia que permita que constantemente esté húmedo, pero evitando el encharcamiento. Riega regularmente, especialmente durante períodos secos. Es preferible el riego al nivel del suelo para evitar que las hojas y flores se mojen demasiado, lo que podría favorecer la aparición de hongos. Utilizaremos fertilizantes orgánicos o compost para enriquecer el suelo, con una frecuencia de dos veces al año, preferiblemente en primavera y al inicio del verano. No requiere mucha poda, pero puede eliminar las flores marchitas y las hojas dañadas para mantener la planta saludable. Y por último, la forma más común de propagación es a través de semillas. Nuestro objetivo es sembrar las semillas en otoño o primavera, manteniéndolas en un ambiente húmedo hasta que germinen.
¿Por qué ahora la planta es sinónimo de esperanza?
Primero por su redescubrimiento. A pesar de que Glynn soñaba con encontrarla, ninguna pensábamos en lograrlo. Incluso fue un accidente que la volviéramos a ver, como conté anteriormente. Pero el hecho de que la hayamos reencontrado simboliza la resiliencia y la capacidad de la naturaleza para recuperarse incluso después de largos períodos de ausencia. Segundo por la supervivencia que tiene en condiciones adversas, pues ya ha demostrado una notable capacidad para sobrevivir en hábitats específicos y a veces difíciles. Su habilidad para prosperar en condiciones de sombra y humedad constante, así como su adaptación a cambios ambientales, la convierte en un símbolo de perseverancia y esperanza. Tercero por su ciclo de vida anual, pues la falsa sirena completa su ciclo de vida cada año, desde la germinación hasta la producción de semillas. Este ciclo de renovación constante puede ser visto como una metáfora de la esperanza y la renovación continua en la naturaleza.
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La naturaleza siempre guarda secretos fascinantes y, a veces, los más sorprendentes emergen cuando menos se esperan. Tal es el caso de la la flor falsa sirena, una enigmática especie natural que se creyó extinta desde la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, el pasado fin de semana, este misterioso espécimen fue redescubierto, asombrando a botánicos y entusiastas de la flora por igual.
Se trata de una especie que pertenece al grupo de las Floerkeas, un género de plantas con flores de la familia Limnanthaceae. Son plantas herbáceas anuales nativas de América del Norte, particularmente en áreas húmedas y sombreadas como los bosques y márgenes de los arroyos. La planta se caracteriza por sus hojas compuestas y pequeñas flores de color blanco a verde pálido. La Floerkea es notable por su capacidad de crecer en hábitats específicos y a menudo es un indicador de la salud de los ecosistemas ribereños donde se encuentra.
La científica especializada en anfibios de la Agencia Estatal de Fauna y Flora Silvestres de Vermont, Molly Parren, explicó cómo fue su redescubrimiento, desde su desaparición en tiempos bélicos hasta su inesperado reencuentro, y analizó lo que este hallazgo significa para la biodiversidad y la conservación de especies raras.
El Espectador habló con Molly Parren sobre el redescubrimiento que hizo el pasado jueves 28 de junio en el bosque Vermont.
¿Cómo comenzó el redescubrimiento?
Estaba en el bosque Vermont buscando una tortuga serpentina que es característica de aquí. De repente, sentí un olor extraño, pero se me hizo familiar. Lo rastreé hasta un raro ajo silvestre y le tomé una foto, para compartirla con mi colega Grace Glynn. Ella me indicó que el color de esa flor era de una falsa sirena.
¿Cómo supo Grace Glynn que se trataba de esa flor si no se había visto desde la Primera Guerra Mundial?
Ella busca obsesivamente esta planta, por eso cuando le envié la foto me contó que había saltado y gritado. Había soñado con encontrarla porque es una planta muy discreta, con una visibilidad limitada, pero que podía estar al acecho a plena vista. Ni ella, ni yo, la habíamos visto en persona, pero ella sí había visto muchas veces sus fotos.
¿Qué características tiene esta flor?
Es una planta herbácea anual que generalmente alcanza una altura de entre 10 y 30 cm. Sus hojas son compuestas, con folíolos pequeños y alargados, de color verde brillante. Las hojas tienen un aspecto delicado y fino. Las flores son pequeñas y de color blanco a verde pálido y tienen cinco pétalos y son relativamente simples en comparación con otras flores más vistosas.
¿Por qué se dice que desapareció desde la Primera Guerra Mundial?
Con base a las investigaciones que realizamos con Glynn, creemos que su desaparición tuvo como causa la destrucción de hábitats, pues durante la Primera Guerra Mundial, muchas áreas naturales en Europa y otras partes del mundo fueron destruidas o alteradas debido a las actividades militares. Bombardeos, trincheras y el movimiento de tropas causaron una devastación significativa en el medio ambiente, afectando a numerosas especies de plantas y animales. La otra causa es la pérdida de registros, ya que en tiempos de guerra, la atención y los recursos se desvían hacia el conflicto, lo que llevó a una falta de documentación y seguimiento de esta especie. La planta falsa sirena fue ignorada y no registrada adecuadamente durante este período. Y por último, después de la guerra, la gestión y el uso de la tierra cambiaron significativamente. Las áreas que antes eran hábitats naturales, entre ellos el hábitat de la falsa sirena, fueron convertidas en tierras agrícolas, industriales o urbanas, reduciendo aún más los hábitats disponibles para estas especies.
¿Qué sigue en el proceso de cuidado y conservación?
Con Glynn lo tenemos muy claro y coordinaremos el programa del bosque que cuidará, especialmente, a las flores falsa sirena. Comenzando por su ubicación, prefiere áreas semi-sombreadas a sombreadas, similar a su hábitat natural en bosques y márgenes de arroyos. En cuanto a su protección, no puede tener contacto con la luz solar directa, especialmente durante las horas más calurosas del día. El tipo de suelo que necesita es un suelo rico en materia orgánica y bien drenado. Prefiere suelos húmedos, pero no encharcados, y un pH ligeramente ácido a neutro es ideal. La regaremos con una frecuencia que permita que constantemente esté húmedo, pero evitando el encharcamiento. Riega regularmente, especialmente durante períodos secos. Es preferible el riego al nivel del suelo para evitar que las hojas y flores se mojen demasiado, lo que podría favorecer la aparición de hongos. Utilizaremos fertilizantes orgánicos o compost para enriquecer el suelo, con una frecuencia de dos veces al año, preferiblemente en primavera y al inicio del verano. No requiere mucha poda, pero puede eliminar las flores marchitas y las hojas dañadas para mantener la planta saludable. Y por último, la forma más común de propagación es a través de semillas. Nuestro objetivo es sembrar las semillas en otoño o primavera, manteniéndolas en un ambiente húmedo hasta que germinen.
¿Por qué ahora la planta es sinónimo de esperanza?
Primero por su redescubrimiento. A pesar de que Glynn soñaba con encontrarla, ninguna pensábamos en lograrlo. Incluso fue un accidente que la volviéramos a ver, como conté anteriormente. Pero el hecho de que la hayamos reencontrado simboliza la resiliencia y la capacidad de la naturaleza para recuperarse incluso después de largos períodos de ausencia. Segundo por la supervivencia que tiene en condiciones adversas, pues ya ha demostrado una notable capacidad para sobrevivir en hábitats específicos y a veces difíciles. Su habilidad para prosperar en condiciones de sombra y humedad constante, así como su adaptación a cambios ambientales, la convierte en un símbolo de perseverancia y esperanza. Tercero por su ciclo de vida anual, pues la falsa sirena completa su ciclo de vida cada año, desde la germinación hasta la producción de semillas. Este ciclo de renovación constante puede ser visto como una metáfora de la esperanza y la renovación continua en la naturaleza.
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