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Flor de la pasión: cuidados, propiedades y características

La flor de la pasión de cristo tiene un gran simbolismo religioso en cada una de sus partes. Conozca cuáles son y los cuidados que requiere de la mano de un experto.

La  Huerta
04 de julio de 2024 - 04:33 p. m.
La flor de la pasión, o Passiflora, es una planta fascinante tanto por su belleza exótica como por la rica simbología que la rodea y es originaria de las regiones tropicales de América
La flor de la pasión, o Passiflora, es una planta fascinante tanto por su belleza exótica como por la rica simbología que la rodea y es originaria de las regiones tropicales de América
Foto: Royal Horticultural Society (RHS)

La flor de la pasión, o Passiflora, es una planta fascinante tanto por su belleza exótica como por la rica simbología que la rodea. Originaria de las regiones tropicales de América, se trata de un género de plantas con cerca de 360 especies aceptadas, que no solo deslumbra con sus complejas y vibrantes estructuras, sino que también ha adoptado importancia cultural.

Su nombre se debe a la similitud de algunas partes de la planta con símbolos religiosos de la Pasión de Cristo:

  • Corona de espinas: La corona filamental en el centro de la flor representa la corona de espinas de Jesús.
  • Cinco llagas: Los cinco pétalos y cinco sépalos simbolizando las cinco llagas de Cristo durante la crucifixión.
  • Clavos de la crucifixión: A veces, se interpreta que las hojas de la planta representan los clavos utilizados en la crucifixión.

La flor de la pasión está compuesta por cinco sépalos verdes y cinco pétalos, que pueden variar en color desde blanco hasta tonos de rosa, morado o rojo. En el centro de la flor se encuentra una corona prominente de filamentos (llamada corona filamental) que rodean el órgano central de la flor (llamado androginóforo), donde se encuentran los estambres y el gineceo. Es una estructura alargada que sostiene los órganos reproductores de la flor.

En la base del androginóforo se encuentran los estambres, que producen el polen, y en la parte superior se encuentra el gineceo, que incluye el ovario que desarrolla el fruto después de la polinización. Su diseño, que se extiende desde el ovario hasta ser coronado por un estigma, favorece la polinización cruzada por insectos, como las abejas y los colibríes. Las flores de Passiflora pueden variar en tamaño dependiendo de la especie y variedad. Algunas son pequeñas y delicadas, mientras que otras pueden ser más grandes y llamativas, alcanzando varios centímetros de diámetro.

Cuidados de la Passiflora

Juan Torres, jardinero de Jardines de los Andes, asegura que se trata de una flor que necesita mucha luz solar para florecer abundantemente, colóquela en un lugar donde reciba al menos 6-8 horas de luz solar directa al día. Prefiere suelos bien drenados y ligeramente ácidos, para su compost una mezcla de tierra para macetas con arena es ideal. El pH ideal del suelo para la Passiflora está entre 6.1 y 7.5, por lo cual mantenga el suelo uniformemente húmedo, pero no empapado, por lo cual la debe regar, cuanto menos, una vez cada tres días.

“Utilice un fertilizante balanceado, soluble en agua, con una proporción NPK (nitrógeno, fósforo, potasio) de 10-10-10 o similar y fertilícela cada 2-4 semanas durante la primavera y el verano, después se puede reducir la frecuencia en otoño e invierno” dice Torres, complementando que “La poda ayuda a mantener la planta manejable, promover el crecimiento y estimular la floración, por eso realice podas ligeras a finales del invierno o principios de la primavera antes de que comience el crecimiento activo”, señala

Según Torres, la Passiflora es una planta trepadora y necesita un soporte como un enrejado, pérgola o cualquier estructura vertical para trepar, y prefiere temperaturas cálidas, entre 20-30°C (68-86°F). Es sensible a las heladas, por lo que debe protegerse en climas fríos. En climas secos, puede aumentar la humedad rociando agua sobre las hojas.

“Durante el tiempo que la llevo cuidando, la Passiflora ha sido atacada por áfidos, cochinillas, arañas rojas y orugas, sufriendo de pudrición de raíces y mildiu. Por lo cual, hay que asegurarse de mantener una buena circulación de aire y evitar el encharcamiento. También es fundamental el uso de jabones insecticidas o aceites de neem para controlar las plagas, y otra recomendación frente a las enfermedades es mantener las hojas secas y no sobre-riegues para prevenir enfermedades fúngicas”, explica Torres.

Por último, las semillas de Passiflora pueden sembrarse en primavera, hay que remojarlas en agua durante 24 horas antes de sembrar para mejorar la germinación y tomar esquejes de unos 10-15 cm de largo en verano.

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