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La principal organización independiente de científicos hortícolas del mundo, International Society of Horticultural Science (ISHS), tiene registradas en su base 27.000 tipos de especies de flores comestibles. Lo cual, indica que la flor cada vez es más común en la cocina, no solo por su sabor, sino también por su aporte en vitaminas y minerales. Su uso es variado: como condimento de platos, suplementos alimenticios o bebidas
Sin embargo, hay que tener muy claros los tipos de flores que son comestibles, pues bien lo indica la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) de origen español, algunas tienen elementos tóxicos como alcaloides, taninos o terpenos. La claridad que debemos tener con este tipo de brotes, también está en el cuidado que se debe ejercer sobre las que se van a consumir.
En La Huerta hablamos con la consultora gastronómica Gina Acosta, @ginalagallinaah, y con la experta en flores Valentina Correa -de la floristería ‘Eufloria’-, sobre cinco tipos de flores comestibles, sus nutrientes, características y los cuidados que hay que tener para mantener estas plantas en el hogar.
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Rosas
Tiene un sabor que va del dulce al ligeramente picante. Sus pétalos deben estar frescos para postres, helados, mermeladas, carnes estofadas, salsas y vinagres.
Cuidados
Se trata de una planta que debe estar expuesta al sol por lo menos 6 horas diarias, dejando espacio entre rosales para su optima oxigenación. La tierra en la que está sembrada debe ser neutra o ligeramente ácida, para asegurarse de ello, los especialistas recomiendan usar un sustrato específico para las rosas, además de evitar plantarlas en la misma tierra donde ya haya sido plantada otra planta.
En cuanto a su drenaje, se requiere un riego regular sobre suelo húmedo, evitando el exceso de agua en las raíces para su correcto crecimiento, con una frecuencia de una vez cada tres días. En el caso de las rosas interiores, el agua de sus macetas debe ser cambiada día de por medio, según Valentina Correa. Otro de los cuidados claves para que sean comestibles es evitar las plagas, tales como los pulgones, las hormigas, arañas rojas u hongos oídios, que son los más comunes. Su tallo debe ser cortado dejando uno o dos centímetros, porque dejarlo podría generar plagas. Por último, la poda se debe realizar en las temperaturas y épocas más frías, para que cuando llegue el verano podamos disfrutar de la floración de la planta.
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Lavanda
El sabor de esta flor es amargo y su aroma contundente. Es utilizada en platos como los hot cakes de limón, papas rostizadas, pollo a la lavanda, helados de lavanda, lates o tés negros.
Cuidados
Su riego debe ser frecuente solamente durante los primeros días de extremo calor por los que atraviese, para su correcto desarrollo, después debe disminuirse la cantidad de agua que se le ponga. Correa recomienda que en tiempos fríos es mejor espaciar el riego, porque es una planta que tolera mejor las sequías que los encharcamientos y con las bajas temperaturas el sustrato puede almacenar más agua.
La humedad es el principal enemigo de la lavanda, por lo que se debe dejar suficiente espacio entre este tipo de flor y el resto de las plantas, de forma tal que se permita una correcta oxigenación. Su ubicación ideal es siempre expuesta al sol, en un lugar cuya temperatura oscile entre los 20 y 30 grados centígrados, debajo de 10° no soportará mucho tiempo.
La lavanda no sobrevivirá mucho tiempo viviendo en la sombra, por lo que su suelo debe estar siempre recibiendo luz, además, a esta flor le encanta la tierra poco fértil. Por último, no requiere abono frecuentemente, tan solo aplicar un poco de compost recién está plantada la lavanda, bastará para su crecimiento y adaptación a las raíces.
Manzanilla
Este tipo de flor tiene un sabor muy dulce, y puede ser consumida de forma líquida en tés o en cápsulas con algún líquido. Las recetas en las que puede ser usada la manzanilla son: pollo con salsa y verduras, tés, infusiones y pasta con pollo al limón.
Cuidados
Según Correa, se necesita un suelo con muy buen drenaje, que al momento de regar evite encharcarse. No requiere una tierra rica en materia orgánica, pero sí exige una adición de compostaje anual. En caso tal de que este plantada en una maceta, necesita que tenga una profundidad entre los 20 y los 25 centímetros.
La ubicación de este tipo de flor es con contacto directo al sol, en una zona que reciba un buen aporte de luz. La manzanilla soporta más la sequía que el exceso de riego, por lo que debemos tener sumo cuidado con la cantidad de agua que depositamos. Esta planta debe ser hidratada de dos a tres veces por semana.
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Caléndula
La caléndula tiene un sabor amargo y es muy aromática. Se usa en té , bizcocho esponjoso de pimienta rosa, arándanos y aceite de caléndula, huevos fritos con pétalos de caléndula.
Cuidados
Ubicarla en un lugar donde tenga contacto directo con el sol, preferiblemente en el exterior; su riego debe ser frecuente en los días calurosos, con 3 o 4 riegos por semana, y más escaso el resto de meses, 2 o 3 el resto del año. No es exigente con el sustrato, solo requiere un buen drenaje, es importante tener en cuenta que a diferencia de las huertas en estaciones, el abono con sus nutrientes de nitrógeno, fosforo y potasio debe ser de manera regular, cada cuatro o seis semanas en época de crecimiento, de acuerdo con Valentina Correa.
Hibiscos
Este tipo de flor tiene un sabor muy característico y complejo, siendo muy afrutado y ligeramente agrio. Es consumida de forma líquida, en lo que se conoce como flor o rosa de Jamaica en Latinoamérica.
Cuidados
Plantarlo, preferiblemente, en primavera; hay que podarlos a inicios de primavera, aunque en los ejemplares adultos lo mejor es recortar solo los tallos estropeados y los que sobresalen para darle buena forma; debe ser plantado en un suelo bastante húmedo, rico y fértil en materia orgánica, según Correa. En cuanto a su ubicación, lo más conveniente es que tenga sombra, con un ambiente fresco, lejos de las altas temperaturas.