Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
El Vaccinium corymbosum, conocido como arándano o mora azul, se ha vuelto muy popular tanto en huertos como en la cocina, gracias a sus pequeñas y sabrosas bayas de sabor agridulce. De hecho, a diferencia de lo que muchos piensan, no es necesario ser un experto en jardinería para cultivarlos en casa, pues con unos cuantos cuidados básicos y dedicación, cualquier persona puede convertir un espacio en su hogar en un productivo rincón azul, lleno de estas deliciosas frutas.
El arándano, conocido en inglés como “blueberry”, es un fruto pequeño y azul perteneciente a la familia de las ericaceae. Existen varias especies de arándanos, siendo las más comunes el arándano bajo (silvestre), el arándano alto y el arándano ojo de conejo (estos dos últimos cultivados comercialmente). La planta es un arbusto cuya altura varía según la especie, desde medio metro hasta 2,5 metros.
A diferencia de otros frutales perennes, carecen de una raíz principal dominante y de raíces profundas. En su lugar, tienen raíces finas y fibrosas, concentradas principalmente en los primeros 30 cm de suelo. Estas raíces no tienen pelos radiculares, lo que resulta en una capacidad de absorción relativamente baja. Para compensar, la mayoría de los nutrientes se absorben a través de las raíces más finas, que tienen un diámetro promedio de 20 a 75 micrómetros. De hecho, para suplir la falta de pelos radiculares, los arándanos han desarrollado una relación simbiótica con hongos endomicorrízicos, los cuales habitan en las células de las raíces y facilitan la absorción de agua y nutrientes.
En cuanto a su aspecto, las hojas del arándano son simples, con una forma que varía entre ovalada y alargada, y caen a principios de agosto tras adquirir un tono rojizo. Las flores, de color blanco o rosado, se agrupan en racimos, añadiendo un toque ornamental al arbusto. El fruto es una baya casi redonda que puede medir entre 0,7 y 1,5 cm de diámetro, y su color, que varía del azul claro al negro, depende de la especie y variedad.
Entre sus variedades más conocidas están:
- Arbusto norteño o Northern Highbush (Vaccinium corymbosum septentrionalis): Este es el arándano más cultivado en las zonas templadas, pues se adapta bien a climas fríos y necesita un invierno con suficientes horas de frío para producir abundantemente.
- Arbusto sureño o Southern Highbush (Vaccinium corymbosum meridionalis): Este es un híbrido que combina el Vaccinium corymbosum con otras especies del sur, como Vaccinium darrowii. Es más tolerante al calor y requiere menos horas de frío, lo que lo hace ideal para climas más cálidos.
- Ojo de conejo o Rabbiteye (Vaccinium ashei): Es una especie nativa del sureste de Estados Unidos, que puede crecer en climas cálidos y húmedos. Este tipo de arándano tiene frutos de menor tamaño, pero sus plantas son más resistentes a la sequía. Su nombre proviene de la forma del fruto cuando está en su etapa temprana, que recuerda a los ojos de un conejo.
- Arándano siempreverde o Evergreen Huckleberry (Vaccinium ovatum): Nativo de la costa oeste de Estados Unidos, este arbusto es perenne, lo que significa que mantiene sus hojas durante todo el año. Produce pequeños frutos de color negro-azulado y tiene un uso tanto ornamental como culinario.
- Agraz o Mortiño (Vaccinium meridionale Sw.): Esta especie silvestre se encuentra en las áreas frías de los Andes en Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela. Crece en suelos ácidos y es muy apreciada por su fruto pequeño y de sabor intenso, utilizado en la cocina tradicional andina para jugos y postres.
¿Cómo cultivarlos?
- Cuándo plantar arándanos
Lo más recomendable es hacerlo a finales del año o durante los meses más frescos, cuando el crecimiento de la planta es más lento y puede adaptarse mejor a su nuevo entorno. Este es el momento ideal para aprovechar los espacios vacíos en la huerta, después de cosechar los cultivos de temporada. Además, las temperaturas más suaves de estos meses permiten que la planta desarrolle un sistema de raíces fuerte antes de que lleguen los meses más cálidos.
Al ubicar los arándanos, tenga en cuenta que necesitan suelos ácidos. Una buena idea es plantarlos en los bordes de la huerta, no solo para aprovechar el espacio, sino también para evitar que su demanda de suelo ácido afecte a otras plantas.
- Suelo y espacio:
El arándano necesita un suelo ácido como dijimos arriba, idealmente con un pH entre 4.5 y 5.5. Para lograr este tipo de suelo, puede mezclar hojas de pino o aplicar azufre meses antes de la plantación, en este artículo le explicamos más sobre el suelo en la huerta.
El espacio entre los plantones es crucial para su desarrollo, pues dependiendo de la variedad de arándano que elija, deberá dejar entre 1 y 4 metros de distancia entre las plantas. Por otro lado, el suelo debe tener un excelente drenaje para evitar encharcamientos, ya que el riego frecuente es fundamental para su crecimiento saludable.
- Temperatura y ubicación
El arándano es una planta que tolera bien las temperaturas frescas y puede adaptarse a climas donde los días no son extremadamente cálidos. Si embargo, es importante tener en cuenta que si vive en una zona donde las temperaturas suelen ser altas durante el año, lo ideal es plantarlos en un área de semisombra para evitar que el sol intenso dañe la planta o los frutos. En climas templados o frescos, donde no se presentan temperaturas extremas, los arándanos pueden plantarse en zonas más expuestas al sol para favorecer una mayor producción de bayas.
Pasos para plantar arándanos
- Prepare el terreno asegurándose de que tiene un buen drenaje y la acidez es adecuada.
- Haga un agujero lo suficientemente profundo, de por ahí 30 centímetros y coloque la planta en este, asegurándose de que el tallo quede derecho.
- Una vez plantado, cubra bien las raíces con tierra, presionándola ligeramente para compactarla. Esto garantizará que el arándano esté bien sujeto y crezca fuerte.
- Tras finalizar, riegue abundantemente para ayudar a la planta a asentarse en su nuevo lugar. El proceso es similar al trasplante de cualquier otra planta de maceta al suelo.
Cuidados de los arándanos
El arándano es una planta que requiere un cuidado específico, pues su crecimiento saludable y la producción de frutos abundantes dependen de la dedicación que se le otorgue.
Luz
“El cultivo de arándanos requiere condiciones muy específicas para alcanzar su óptimo desarrollo, especialmente en lo que respecta a la exposición solar y la temperatura. La planta necesita entre 6 y 8 horas diarias de luz solar directa, por lo que se recomienda su cultivo en campos abiertos sin sombrío. Aunque se adapta mejor a climas templados y fríos, algunas variedades pueden prosperar en climas cálidos si se seleccionan adecuadamente. La temperatura ideal para su crecimiento oscila entre los 18 y 25 grados Celsius, debiendo evitar exposiciones a temperaturas inferiores a 7 grados”, dice Frank Jimy García Navarrete, docente de ingeniería ambiental Universidad ECCI.
- Una ubicación con luz por la mañana y sombra parcial por la tarde podría ser una buena opción en climas más cálidos.
Riego
García menciona que el manejo del agua y las características del suelo son igualmente cruciales para el éxito del cultivo. Para el riego, los arándanos requieren un agua regular pero controlado, siendo especialmente importante durante las etapas de floración y desarrollo del fruto. Se recomienda una aplicación semanal de 2.5 a 5 milímetros de agua, idealmente distribuida en tres pulsos mediante un sistema de riego por goteo, que permite un control preciso de la cantidad de agua suministrada.
El docente agrega el riego debe realizarse preferentemente durante las primeras horas de la mañana o por la noche, evitando las horas del mediodía cuando la evapotranspiración es máxima, debido a que se perdería una cantidad significativa de agua. Esta práctica no solo optimiza el uso del agua sino que también ayuda a prevenir problemas relacionados con plagas y enfermedades.
Reproducción
- La reproducción vegetativa mediante esquejes es el método más común para cultivar esta planta. Los esquejes deben ser de unos 8 cm de largo y contener al menos cuatro yemas. El corte se realiza en diagonal justo debajo de una yema, y se eliminan las hojas basales para minimizar la transpiración.
- Después de cortar los esquejes, es recomendable colocarlos en un sustrato adecuado para el enraizamiento, como el sustrato de germinación. La temperatura óptima para que los esquejes desarrollen raíces está entre los 18 y 25 grados centígrados. Una vez que los esquejes hayan alcanzado alrededor de 20 cm de altura y tengan un grosor adecuado, se pueden trasplantar a su ubicación definitiva.
Abono
- El arándano requiere suelos ricos en materia orgánica, por lo que es recomendable utilizar humus líquido diluido al 10% en agua y añadir humus sólido alrededor de la planta. Esto proporciona los nutrientes necesarios para mantener el crecimiento vigoroso de la planta.
- El abonado debe hacerse de manera cuidadosa, ya que el arándano es sensible a los niveles altos de sales en el suelo.
Poda
- Durante los dos primeros años de vida del arándano, es recomendable quitar los botones florales. Esto permite que la planta concentre sus recursos en el desarrollo de un sistema radicular más fuerte y en la producción de follaje, en lugar de gastar energía en la producción de frutos.
- Otra poda necesaria es la anual, pues se debe realizar para mantener la salud y la productividad del arándano. Eliminar ramas viejas o dañadas permitirá una mejor circulación del aire y luz, lo que reducirá la probabilidad de enfermedades y mejorará la producción de frutos en las temporadas siguientes.
Plagas
- El arándano es susceptible a varias plagas, como lepidópteros, cochinilla, araña blanca y trips. Para prevenir estos problemas, es recomendable aplicar una mezcla de 2 mililitros de jabón potásico, 2 mililitros de aceite de neem y un litro de agua una vez al mes. Esto se debe aplicar sobre el tallo y las hojas para proteger la planta de plagas.
🌳 ☘️ 🌿 Encuentre en La Huerta toda la información sobre plantas, jardinería, cultivos y siembra. 🍂🌺 🌼