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Si hablamos de plantas variadas, vivaces y visualmente impactantes, sin duda tenemos que abordar el mundo de las hortensias: populares en jardines, balcones y exteriores, pero también muy útiles para las materas en interiores.
Como si se tratara de copos de algodón que emergen de arbustos medianos, la floración de las hortensias llama la atención por sus tonalidades recorriendo una gama de colores que van desde el blanco, pasando por rosados, lilas, morados e incluso azules.
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Propio de climas templados, este arbusto de hojas verdes brillantes puede crecer entre uno y tres metros (dependiendo de la variedad y el ambiente), y en algunos casos puede incluso ser trepador gracias al crecimiento de lianas que alcanzan a medir 30 metros.
Su floración es constante, y cuando los ramos de flores comienzan a marchitarse (duran cerca de dos semanas) la planta hace un proceso de reemplazo dando paso a nuevos ramos. Tras este recambio es aconsejable hacer una poda, no solo para mantener la forma del arbusto sino también para estimular el crecimiento de tallos nuevos.
Si lo que quiere es plantar las hortensias en interior, lo primero que debe tener en cuenta es el tamaño de la maceta, que debe ser por lo menos el doble del cepellón de la planta (entiéndase toda la masa que rodea las raíces), para que tenga suficiente espacio de crecer. El sustrato también es importante porque requiere tener un muy buen drenaje para evitar que la tierra se apelmace y la planta se encharque.
Y el sustrato es clave porque las hortensias pueden cambiar de color dependiendo del pH del suelo. Cuando hay suelos ácidos las flores absorben más aluminio y toman coloraciones azules, mientras que si el ph es más alcalino la floración es rosada.
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Otra palabra mágica para el buen desarrollo de las hortensias es humedad: necesitan mucha agua. Riegos frecuentes que garanticen que el sustrato esté siempre mojado, pero no encharcado. Si a su planta le hace falta agua las flores comenzarán a marchitarse rápidamente, esté atento a esa señal. Se aconseja regar en la mañana.
Es también primordial que estas plantas se mantengan en lugares iluminados pero a salvo de la radiación directa porque son sensibles a los implacables rayos del sol. Una zona con semisombra será ideal para mantenerla resguardada. Prefieren los climas cálidos y no soportan las temperaturas por debajo de los 5° centígrados
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