Publicidad

Jardín Botánico de Montevideo: la búsqueda de nuevas estrategias de preservación

El Jardín Botánico de Montevideo enfrenta el reto de equilibrar conservación, educación y turismo. ¿Cómo logran preservar su biodiversidad mientras impulsan la investigación y la reforestación?

Diego Alejandro Suárez Guerrero
21 de marzo de 2025 - 06:45 p. m.
la institución enfrenta el desafío de equilibrar su crecimiento con la necesidad de proteger su patrimonio natural. La implementación de nuevas estrategias de conservación, el control de especies invasoras y la promoción de prácticas sostenibles son parte de su compromiso con el futuro.
la institución enfrenta el desafío de equilibrar su crecimiento con la necesidad de proteger su patrimonio natural. La implementación de nuevas estrategias de conservación, el control de especies invasoras y la promoción de prácticas sostenibles son parte de su compromiso con el futuro.
Foto: Jardín Botánico de Montevideo
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Ubicado en el corazón de Montevideo, el Jardín Botánico es un espacio emblemático dedicado a la conservación, investigación y educación ambiental. Con más de un siglo de historia, este pulmón verde alberga una vasta colección de especies vegetales nativas y exóticas, convirtiéndose en un refugio tanto para la biodiversidad como para los ciudadanos que buscan un contacto directo con la naturaleza. Su labor trasciende el ámbito de la recreación, pues cumple un rol clave en la preservación de ecosistemas y en la divulgación científica.

A lo largo de los años, el Jardín Botánico ha ampliado su alcance mediante proyectos de restauración ecológica, programas educativos y alianzas estratégicas con instituciones nacionales e internacionales. Sus viveros y herbarios son fundamentales para el estudio y reproducción de especies en peligro, mientras que sus espacios de reforestación buscan mitigar el impacto del cambio climático en la región. Además, sus visitas guiadas y actividades pedagógicas fomentan el conocimiento sobre flora autóctona y la importancia de los ecosistemas urbanos.

En la actualidad, la institución enfrenta el desafío de equilibrar su crecimiento con la necesidad de proteger su patrimonio natural. La implementación de nuevas estrategias de conservación, el control de especies invasoras y la promoción de prácticas sostenibles son parte de su compromiso con el futuro. Con una visión orientada hacia la sostenibilidad y la participación comunitaria, el Jardín Botánico de Montevideo continúa evolucionando como un modelo de gestión ambiental y un espacio de aprendizaje accesible para todos.

Para conocer más del Jardín Botánico de Montevideo, desde Uruguay, Álvaro Carambula, director de la entidad desde julio del 2024, habla sobre cómo ha reorientado las actividades del jardín hacía la investigación y conservación, el equilibrio entre educación y turismo al interior de las instalaciones, los programas que permite a la comunidad en esas ramas, los proyectos más ambiciosos que tiene el jardín actualmente y cómo trabaja de manera colaborativa con entidades nacionales, como el Ministerio de Ambiente uruguayo e internacionales para alcanzar sus objetivos.

En los últimos años, ¿cuáles han sido los principales avances y descubrimientos botánicos realizados en el Jardín Botánico de Montevideo?

Considerando los recursos con los que contamos en la institución, el Jardín Botánico de Montevideo, que data de 1902, ha experimentado un crecimiento significativo. Originalmente tenía una superficie menor, pero actualmente disponemos de casi 3 hectáreas y media dentro de la ciudad de Montevideo. Esto lo convierte en un espacio emblemático dentro de la capital del país. En cuanto a nuestros avances y descubrimientos, trabajamos con los recursos disponibles y realizamos diversas salidas de campo con el objetivo de obtener nuevos conocimientos sobre nuestra flora. Uruguay tiene una larga tradición botánica y una diversidad de aproximadamente 2,500 especies vegetales. Sin embargo, si comparamos con países tropicales como Colombia, donde la biodiversidad es mucho mayor, la frecuencia de nuevos hallazgos aquí es menor. En regiones tropicales, es común encontrar nuevas especies de manera regular, especialmente en grupos como las orquídeas.

Aun así, hemos logrado identificar algunas especies nuevas para la ciencia en Uruguay o, al menos, especies con muy pocos registros en el país. Un ejemplo concreto es un helecho poco documentado, Thelypteris igualisiana, que ha sido objeto de estudio en nuestros trabajos recientes.

¿Han descubierto o documentado recientemente nuevas especies vegetales?

Sí, hemos podido redescubrir y documentar especies que no habían sido observadas en mucho tiempo. Un caso particular es el helecho Thelypteris igualisiana, que había sido descrito hace algunos años, pero cuya presencia no se había registrado recientemente. Lo encontramos en el noroeste de Uruguay, lo que permitió confirmar su existencia en el país.

También hemos documentado un arbusto nativo, Citharexylum myrianthum (anteriormente mencionado como Canto calcuspraicos), una especie más común en zonas tropicales, pero que tiene presencia en Uruguay. Además, logramos registrar nuevamente Ocotea aciphylla, un árbol que, si bien no es un descubrimiento nuevo, había permanecido sin registros recientes en nuestra región.

Si bien estos hallazgos no representan especies completamente nuevas para la ciencia, sí han sido fundamentales para confirmar y actualizar información sobre la distribución y presencia de estas plantas en Uruguay. Este tipo de registros es clave para la labor del Jardín Botánico, ya que nos permite seguir construyendo conocimiento sobre nuestra flora nativa y su conservación.

🌺 🌼 Le puede interesar: El Jardín Botánico de Nueva York rebosa de orquídeas

¿Qué tipo de investigaciones científicas se están llevando a cabo actualmente en el Jardín Botánico de Montevideo y cómo contribuyen a la conservación de la biodiversidad?

Para que el trabajo científico tenga un impacto real y sea reconocido en la comunidad académica, es fundamental que los estudios sean publicados y revisados por pares. En el Jardín Botánico de Montevideo hemos estado recopilando y estudiando diversas especies nativas, enfocándonos en su propagación y cultivo.

Uno de nuestros principales proyectos es el trabajo en el vivero de introducción de especies nativas, ubicado en el Jardín Botánico Altillo Lombardo. Allí, cultivamos especies recolectadas en diferentes regiones de Uruguay con el fin de analizar sus características y comportamiento en vivero. Esto nos permite determinar su viabilidad para ser incorporadas al acervo del parque, ya sea por su rareza, su importancia ecológica o su potencial ornamental.

Además, realizamos estudios de germinación para evaluar cómo pueden adaptarse estas especies a distintos entornos urbanos y naturales. Nuestro objetivo es fomentar el uso de plantas nativas en el paisajismo y en la jardinería tradicional, dado que en Uruguay predominan los estilos europeos, como el francés, español e italiano, que históricamente han incorporado muchas especies exóticas. Queremos promover la reintroducción de especies autóctonas en los espacios verdes urbanos y en el propio Jardín Botánico.

El Jardín está organizado en diferentes zonas, tanto de manera espacial como taxonómica, lo que nos permite gestionar mejor su colección y continuar expandiendo nuestro acervo natural. En definitiva, nuestras investigaciones buscan no solo conservar la biodiversidad local, sino también revalorizarla y hacerla parte del paisaje urbano.

¿Cuáles han sido los mayores desafíos que han enfrentado en la preservación de especies nativas y en la lucha contra especies invasoras?

Uno de los principales desafíos ha sido la fuerte tradición de utilizar especies exóticas en jardinería y paisajismo, muchas de las cuales han terminado convirtiéndose en especies invasoras. Ejemplos de esto son el ligustro (Ligustrum), el tojo (Ulex europaeus) y la madreselva (Lonicera), que han causado un gran impacto en nuestros montes nativos, desplazando a la flora autóctona.

Para contrarrestar este problema, hemos implementado cursos de reconocimiento de flora nativa, o “flora indígena”, como solemos llamarla en Uruguay. Nuestro objetivo es recuperar el conocimiento sobre la vegetación autóctona y promover su uso a nivel nacional. Queremos que la gente aprenda a identificar estas especies y las valore como parte de nuestro patrimonio natural.

Además, trabajamos en la identificación y difusión de información sobre especies invasoras, para que la población pueda reconocerlas y evitar su propagación. En colaboración con el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, hemos desarrollado un manual sobre especies exóticas invasoras. Este material busca restringir la comercialización de estas plantas en viveros, evitando que sigan introduciéndose en el ecosistema.

Otro aspecto clave es el control biológico de estas especies en campos, montes y bosques. Estamos explorando distintas estrategias para mitigar su impacto y permitir que la flora nativa recupere su espacio. La lucha contra las especies invasoras es un trabajo constante, pero es fundamental para la conservación de nuestra biodiversidad.

¿De qué manera colabora el Jardín Botánico con otras instituciones nacionales e internacionales en materia de conservación e investigación?

Actualmente, el Jardín Botánico de Montevideo trabaja en estrecha colaboración con el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP), que depende del Ministerio de Ambiente. Esta colaboración se centra en la conservación de especies prioritarias, no solo en el ámbito de la botánica, sino también en otras áreas de la biodiversidad, como peces, mamíferos e insectos.

Uno de los aportes más importantes del Jardín Botánico a la conservación y la investigación es su herbario, que es uno de los más relevantes de Uruguay. Junto con el Museo de Historia Natural y la Facultad de Agronomía, nuestro herbario cuenta con más de 45,000 especímenes de plantas provenientes de distintas partes del mundo, aunque en los últimos años hemos puesto un énfasis especial en documentar y estudiar las especies nativas y aquellas poco conocidas a nivel nacional.

En el ámbito internacional, estamos trabajando en un proceso de unificación de herbarios. Esto significa que buscamos crear una base de datos común en la que cada especie esté catalogada con un código único. De esta manera, cualquier investigador, ya sea de Uruguay o del exterior, podrá acceder a información detallada sobre qué muestras existen y dónde se encuentran.

Este proyecto es especialmente útil para científicos que estudian grupos de plantas específicos. Por ejemplo, si un investigador colombiano desea analizar la familia Myrtaceae, que está bien representada en nuestros montes, podrá ingresar a la base de datos y verificar cuántas muestras hay y en qué estado se encuentran. Esto evitará la fragmentación de información que actualmente existe entre distintas instituciones, como la Universidad de la República, la Intendencia de Montevideo y el Museo Nacional de Historia Natural.

Además, recibimos consultas frecuentes de investigadores brasileños, especialmente de la región de Río Grande del Sur, que nos contactan para conocer la distribución de determinadas especies en Uruguay. Con la base de datos unificada, estos científicos podrán verificar directamente la información sin necesidad de intercambiar correos o llamadas previas, lo que optimizará el acceso a la información y fomentará una cooperación científica más eficiente.

En definitiva, nuestra colaboración con instituciones nacionales e internacionales no solo fortalece la conservación de la biodiversidad, sino que también facilita la investigación y el acceso a información clave para el estudio de la flora regional y global.

¿Cuáles son los proyectos más ambiciosos que tienen en marcha o planean desarrollar en el futuro próximo?

Uno de los proyectos más ambiciosos en los que estamos trabajando es la consolidación del herbario del Jardín Botánico de Montevideo. Como mencionamos antes, estamos impulsando su modernización y la integración con otras bases de datos nacionales e internacionales, lo que permitirá que investigadores de distintas partes del mundo accedan de manera más eficiente a la información sobre nuestra flora nativa y exótica.

Otro proyecto clave es la renovación y ampliación de nuestro invernáculo. En este espacio mantenemos especies de flora tropical que, debido a los inviernos fríos de Uruguay, no podrían sobrevivir al aire libre. Este invernáculo cuenta con un sistema de calefacción que ha sido recientemente reformado y mejorado para garantizar condiciones óptimas de temperatura y humedad. Además, estamos incorporando nuevas especies, lo que lo convierte en uno de los puntos más atractivos para los visitantes del Jardín Botánico.

También estamos desarrollando cursos de educación ambiental. La idea es fortalecer la conciencia ecológica y el conocimiento sobre la flora nativa, tanto en escuelas como en la comunidad en general. Buscamos generar un mayor interés por la biodiversidad local y fomentar prácticas de jardinería sustentable que prioricen el uso de especies autóctonas en los espacios verdes urbanos. Estos proyectos, en conjunto, nos permiten avanzar en nuestra misión de conservación, investigación y educación, promoviendo un mayor reconocimiento de la importancia de la flora uruguaya y su integración en la planificación ambiental del país.

¿Cuál es la hoja de ruta para su desarrollo?

Para el futuro próximo, tenemos varios planes para consolidar y expandir nuestros proyectos actuales. Uno de los enfoques principales será fortalecer la interacción del público con el Jardín Botánico, permitiendo que los visitantes trabajen directamente con nosotros en el invernáculo y el vivero de especies nativas.

Un proyecto clave que comenzaremos a instrumentar en los próximos días es la conservación e introducción de plantas psamófilas (adaptadas a suelos arenosos y zonas costeras). La meta es llevar a cabo un plan de reforestación en la costa uruguaya, que abarca más de 400 km entre el Río de la Plata y el Océano Atlántico.

Históricamente, la forestación en áreas costeras se ha realizado con especies exóticas como pinos y acacias para frenar la erosión de las dunas. Sin embargo, estas especies han generado problemas ecológicos, especialmente en áreas protegidas como parques nacionales, donde su crecimiento ha sido invasivo. Para revertir esta situación, en nuestro vivero estamos desarrollando experiencias en conjunto con el Ministerio de Ambiente para el cultivo de plantas nativas adaptadas a la costa, que posteriormente serán utilizadas en programas de restauración ecológica.

Además, continuaremos con nuestras visitas guiadas al invernáculo, el vivero y el parque, dirigidas a escuelas, liceos, instituciones y grupos organizados. Estas actividades educativas se realizan durante todo el año, con mayor intensidad entre abril y noviembre para los colegios y con una participación más activa de grupos de jóvenes en la temporada de verano.

Con estas iniciativas, buscamos no solo conservar la biodiversidad, sino también fomentar una mayor conciencia ambiental en la sociedad y promover el uso de especies nativas en la restauración de ecosistemas clave.

¿Cómo ha evolucionado el papel del Jardín Botánico en la educación ambiental y qué programas ofrecen para la comunidad?

A lo largo del tiempo, el Jardín Botánico ha fortalecido su rol en la educación ambiental a través de programas de divulgación, visitas guiadas y proyectos comunitarios. Actualmente, ofrecemos visitas guiadas integrales donde explicamos la importancia del Jardín Botánico, su historia, el papel del herbario, el vivero y el invernáculo, así como la conservación de especies de alto valor ecológico.

Uno de los programas destacados es Mujeres que Reverdecen, dirigido a mujeres jefas de hogar sin empleo. A través de este proyecto, ellas trabajan en el Jardín Botánico realizando actividades como plantaciones, poda y mantenimiento de áreas verdes. Este programa, impulsado por la Intendencia, les brinda una fuente de ingresos temporales y les permite desarrollar habilidades relacionadas con la jardinería y la conservación ambiental.

Además de las actividades para el público general y la comunidad, el Jardín Botánico tiene un fuerte vínculo con instituciones académicas. Facultades como Agronomía y Ciencias utilizan nuestras instalaciones para prácticas de campo, toma de exámenes y estudio de semillas, hojas y especies nativas. Este contacto permanente con la academia permite que el Jardín siga siendo un centro de referencia para la enseñanza e investigación botánica en Uruguay.

¿Han implementado estrategias de adaptación ante el cambio climático para proteger las especies en su colección?

Sí, en el Jardín Botánico estamos implementando estrategias concretas para la adaptación al cambio climático, especialmente a través de la captación de CO₂. Una de las iniciativas más importantes es la creación de bosquecillos urbanos utilizando el método Miyawaki, el cual consiste en plantar cuatro árboles nativos por metro cuadrado para formar parches ecosistémicos densos y autosuficientes.

Junto con el programa Montevideo Rural, hemos plantado 8.000 árboles nativos en los últimos dos años. Durante el periodo inicial, estos bosques reciben riego, fertilización y cuidados específicos para garantizar su establecimiento. Luego, se deja que evolucionen de manera natural, promoviendo ecosistemas resilientes al cambio climático.

Además, fomentamos la participación de la comunidad en el mantenimiento de estos espacios, especialmente en épocas de sequía. Esta metodología, desarrollada en Japón después de la Segunda Guerra Mundial, ha sido probada y aceptada a nivel internacional como una solución efectiva para la mitigación del impacto ambiental y la restauración de ecosistemas degradados.

¿Cómo gestionan el equilibrio entre el turismo, la educación y la preservación de los ecosistemas en el Jardín?

Este equilibrio es un desafío importante, ya que el Jardín Botánico es un espacio abierto al público, con horarios amplios (de 7:00 a 20:00) y sin costo de ingreso. Aunque la capacidad de carga del parque aún no ha alcanzado niveles críticos, estamos monitoreando posibles impactos, especialmente en los sistemas de drenaje y conservación de especies, sobretodo porque el cambio climático nos obliga a nuevas estrategias de preservación.

Para evitar que el turismo afecte la preservación del ecosistema, nos enfocamos en actividades alineadas con la educación y la investigación científica. Por ejemplo, los eventos que se realizan en el parque están vinculados a la botánica, la ciencia o el arte relacionado con la naturaleza. Además, trabajamos con organizaciones internacionales como la UNESCO para eventos que promuevan la sostenibilidad y el conocimiento ambiental. De esta manera, buscamos que el turismo y la educación ambiental se complementen, asegurando que la afluencia de visitantes no comprometa la conservación del ecosistema del Jardín.

¿Qué logros considera más significativos durante su gestión y qué le gustaría dejar como legado para el futuro del Jardín Botánico de Montevideo?

Uno de los logros más significativos ha sido la reorientación de las actividades dentro del Jardín Botánico para priorizar la conservación y la investigación. Antes se realizaban ferias de comida y eventos masivos que afectaban la fauna y la infraestructura del parque. Ahora se han establecido criterios más estrictos para garantizar que las actividades estén alineadas con la educación ambiental y la ciencia.

Otro avance importante ha sido fortalecer la relación del Jardín con instituciones nacionales e internacionales, como el Ministerio de Ambiente y la UNESCO, para participar en proyectos de conservación y adaptación al cambio climático. Además, se ha trabajado en la producción de especies nativas en el vivero, con el objetivo de fomentar su reforestación en diferentes ecosistemas de Uruguay.

Como legado, me gustaría que el Jardín Botánico recupere su papel como un centro de referencia en investigación botánica y conservación de la biodiversidad. También deseo que continúe siendo un espacio de educación ambiental para todas las edades, no solo como un lugar de esparcimiento, sino como un sitio de aprendizaje y conexión con la naturaleza.

🌳 ☘️ 🌿 Encuentre en La Huerta toda la información sobre plantas, jardinería, cultivos y siembra. 🍂🌺 🌼

Por Diego Alejandro Suárez Guerrero

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
Aceptar