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La fumaria, o planta de sangre de Cristo: para qué sirve y cómo cuidarla

Esta es una planta con una bella floración, de colores muy intensos, que se adapta a una amplia variedad de condiciones y, además, tiene algunos usos en medicina tradicional.

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16 de mayo de 2024 - 05:32 p. m.
La fumaria, o sangre de Cristo, puede llegar a tener hasta 70 centímetros de altura.
La fumaria, o sangre de Cristo, puede llegar a tener hasta 70 centímetros de altura.
Foto: Rosendo Jose Serrano Valera

La fumaria es una planta originaria de Europa, especialmente de la zona mediterránea. Suele darse de forma silvestre entre cultivos de otros cereales, por lo que a veces es considerada como maleza.

Tiene una variedad de nombres, entre ellos el de sangre de Cristo, por el color de sus flores (de un rojo intenso, con cierta semejanza a la sangre). También se le puede encontrar bajo denominaciones que incluyen palomilla, fumaria de campo o fumaria común.

La Fumaria officinalis suele florecer de forma anual, especialmente durante los meses de primavera en los lugares que cuentan con estaciones. Su ciclo de vida no acaba cada año, tan sólo que el periodo de florescencia sí es anual, vale aclarar.

Características y cuidados de la fumaria

Esta planta cuenta con una bella presencia, que traerá vida y color a prácticamente cualquier jardín. En su madurez, la fumaria, o sangre de Cristo, puede llegar a tener hasta 70 centímetros de altura (con un promedio de 50 centímetros). Y en diámetro oscila alrededor de los 50 centímetros también.

Al ser una planta originaria de clima mediterráneo es muy sensible a los encharcamientos y excesos de humedad y, al mismo tiempo, requiere de un régimen extenso de sol para desarrollarse de forma apropiada.

La fumaria agradece toda la luz que pueda recibir, incluso si es directa. Pero aquí hay que tener cuidado en climas con temperaturas constantemente altas: en este caso es mejor ubicarla en un lugar de semisombra, pues la luz directa puede quemar sus hojas.

En términos de agua, la fumaria requiere un riego moderado y, por lo general, la va mejor con la falta de agua que con su exceso. La humedad constante en sus raíces, así como los encharcamientos, tienden a pudrir sus raíces y, con ello, acabar con toda la planta.

El mejor truco para el riego es comprobar que el suelo, incluso en sus capas más profundas, se encuentre seco antes de aplicar agua. Esto se puede hacer enterrando un palo de madera, con cuidado y delicadeza, para así comprobar el nivel de humedad del sustrato al nivel de las raíces.

Por lo general, esta planta crece de forma óptima en ambientes que se encuentran entre los 15 y 25 grados centígrados.

Debido a su resistencia, la llamada planta de sangre de Cristo se puede adaptar a una vida de interiores, plantada en maceta. La condición aquí es que, como ya se dijo, reciba toda la luz que se pueda.

Propiedades de la fumaria

Además de sus características visuales, esta planta ha sido utilizada para fines de medicina tradicional desde la antigüedad (hay registros de su uso en la Grecia clásica, por ejemplo).

Como con todas las plantas que tienen usos medicinales, vale aclarar que la aplicación de estas variedades no sustituye un tratamiento médico ni su uso debe reemplazar la consulta con un profesional de la medicina.

Habiendo dicho esto, algunos de sus usos están relacionados con males estomacales, así como manejos biliares. La planta tiene una amplia presencia de alcaloides, por lo que no se recomienda su consumo en niños, mujeres en estado de embarazo o lactantes.

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