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La riqueza del Jardín Botánico de Floridablanca

Para Ludy Archila, directora del Jardín Botánico Eloy Valenzuela, en las instalaciones de la entidad botánica se encuentran especies que no hay en ningún otro lugar del mundo, demostrando que han cumplido con su objetivo de conservación, a pesar de los obstáculos que han enfrentado.

Diego Suárez
17 de octubre de 2024 - 08:45 p. m.
El Jardín Botánico Eloy Valenzuela, ubicado en Floridablanca, Santander, se dedica a la conservación de flora local y la educación ambiental, albergando especies únicas del bosque seco tropical. Fundado en 1982, ofrece recorridos guiados y promueve actividades culturales en un espacio de investigación y recreación.
El Jardín Botánico Eloy Valenzuela, ubicado en Floridablanca, Santander, se dedica a la conservación de flora local y la educación ambiental, albergando especies únicas del bosque seco tropical. Fundado en 1982, ofrece recorridos guiados y promueve actividades culturales en un espacio de investigación y recreación.
Foto: Jardín Botánico Eloy Valenzuela

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El Jardín Botánico Eloy Valenzuela se encuentra en Floridablanca, Santander, a siete kilómetros de Bucaramanga. Es un espacio dedicado a la preservación de la flora local y la educación ambiental, y puede visitarse tomando transporte público desde Bucaramanga o en vehículo particular por la autopista Bucaramanga-Floridablanca. Su ubicación facilita el acceso desde diferentes puntos de la región, atrayendo tanto a turistas como a residentes interesados en la biodiversidad de la zona.

Este jardín botánico fue fundado en 1982 en honor al naturalista santandereano Eloy Valenzuela, pionero en el estudio de las plantas en la región. Desde entonces, se ha consolidado como un espacio de investigación y conservación de especies vegetales, así como un sitio de recreación y aprendizaje para quienes lo visitan. Además de su labor científica, el jardín ofrece recorridos guiados que permiten conocer más sobre los ecosistemas locales y las iniciativas de preservación que allí se desarrollan.

Para conocer más de la historia que ha atravesado el jardín, los objetivos y proyectos que adelante actualmente, El Espectador habló con Ludy Archila, directora del Jardín Botánico Eloy Valenzuela.

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¿Con qué objetivo se creó el Jardín Botánico Eloy Valenzuela?

El Jardín Botánico tiene como objetivo principal ser un espacio para la conservación de plantas, lo que resulta clave para proporcionar información y conocimiento sobre la biodiversidad, especialmente de las plantas nativas. Cada Jardín Botánico se enfoca en el ecosistema que lo rodea, y en nuestro caso trabajamos con el bosque seco tropical, que abarca zonas como Girón, el Cañón del Chicamocha y Sogamoso. Aquí se realiza conservación “ex situ”, es decir, traemos plantas de su entorno natural y las mantenemos en un solo lugar. Esto nos permite preservar especies que, si algún día desaparecen en la naturaleza, aún podremos tener representadas en nuestras colecciones biológicas.

El Jardín Botánico no es un parque común; está organizado en colecciones de plantas vivas. Contamos con secciones ornamentales, frutales, del bosque seco tropical, samias, plantas acuáticas, zonas más húmedas y una colección de palmas. Además de la conservación, realizamos investigaciones científicas, como el seguimiento de la fenología de las plantas (su ciclo de vida), la identificación de los polinizadores que las visitan y la propagación de especies a partir de las semillas que obtenemos. Todo esto nos ayuda a preservar y estudiar la biodiversidad en un espacio controlado y accesible.

¿Con qué se encontró cuando llegó a la dirección de la entidad?

Las principales líneas de trabajo del Jardín Botánico siempre han sido la conservación, la investigación y la educación ambiental. Esta última línea, en particular, era una de las que estaba más débil, pero gracias a la Oficina de Educación Ambiental se ha venido fortaleciendo. Ahora contamos con gestores que organizan recorridos y otras estrategias, además de estar generando guiones y material más didáctico. También hemos trabajado en actualizar la señalización, que estaba muy desactualizada, así como las bases de datos de las plantas vivas del Jardín. Seguimos mejorando estos procesos, tanto en educación ambiental como en investigación, aunque es cierto que con cada nueva administración a veces hay una pequeña pausa antes de retomar el trabajo.

¿Qué proyectos adelantan actualmente en esas líneas de acción?

Uno de nuestros principales proyectos es la conservación de plantas amenazadas. Estamos trabajando especialmente con la ceiba barrigona, una especie endémica y amenazada. En el Cañón del Chicamocha se están llevando a cabo estudios sobre su propagación, crecimiento y fisiología vegetal, observando cómo responde en condiciones extremas de sequía. También estamos realizando estudios de seguimiento de la palma de cera, ya que muchas personas no saben que en Santander tenemos importantes poblaciones de esta especie, particularmente en zonas altas de Piedecuesta, Suratá y California. Estamos monitoreando estas áreas para contribuir a su conservación.

Además, estamos comenzando a trabajar con orquídeas que tienen su distribución natural tanto en bosque seco como en bosque húmedo y altoandino. A través del orquideario, que estamos actualizando y modernizando, buscamos contribuir a la preservación de estas especies. También contamos con programas de restauración ecológica en colaboración con la corporación ambiental. Desde el Jardín Botánico, elaboramos protocolos de propagación para especies nativas, los cuales pueden ser usados por otros viveros, promoviendo la germinación de estas plantas en lugar de especies introducidas.

Asimismo, contamos con una colección de herbario, una especie de “biblioteca” de plantas secas, tanto física como digital, que nos permite realizar colectas de material vegetal de Santander y llevar a cabo diferentes proyectos enfocados en su conservación y estudio.

¿Cuál es el logro más importante desde su llegada al jardín?

Creo que es fundamental fortalecer los proyectos actuales del Jardín Botánico. Como entidad del Estado, a veces es difícil gestionar recursos y no siempre contamos con el personal suficiente. Por eso, es importante apalancar ciertos proyectos y, desde la dirección de la CMB, mejorar las relaciones con la red de Jardines Botánicos, colaborar con otras instituciones y trabajar en proyectos que antes no teníamos tan desarrollados. También debemos fortalecer la colaboración con la academia para impulsar líneas de investigación y proyectos, manteniendo tanto la parte operativa como la científica del Jardín, lo cual no es sencillo. Sin embargo, la idea es continuar con la gestión que, año tras año, han realizado las personas que han estado aquí.

¿Y los obstáculos para alcanzar esos logros?

Los recursos son limitados, y aunque quisiéramos hacer mucho, modernizar más el Jardín Botánico, nos hemos enfrentado a dificultades debido a la falta de financiamiento. Actualmente estamos trabajando en un proyecto que busca modernizar tanto las colecciones como la infraestructura y la tecnología, pero este es un reto importante que seguimos enfrentando por la limitación de recursos.

¿Qué apoyo del Gobierno Nacional, de la Gobernación Departamental o de la Alcaldía Distrital han recibido para superar esos obstáculos?

Hemos tocado puertas con las alcaldías, y la de Floridablanca, donde se ubica el Jardín Botánico, ha mostrado un gran interés en apoyarnos, tanto en nuestras actividades ambientales como en eventos culturales y deportivos. Además, hemos comenzado a trabajar bien con otras alcaldías, con la corporación ambiental y con la comunidad, incluidas fundaciones y ONGs que siempre han estado dispuestas a colaborar. También contamos con el apoyo del Ejército, a través de la “burbuja ambiental”, un grupo que realiza programas ambientales junto a otras entidades. Ellos nos han ayudado con jornadas de mantenimiento y han ofrecido algunas charlas, lo que ha sido de gran ayuda.

Actualmente no recibimos recursos directamente del gobierno nacional, ya que estos provienen a través de la corporación. Sin embargo, estamos buscando la posibilidad de desarrollar un proyecto con apoyo del gobierno nacional y de regalías, aunque eso es algo que se materializará más adelante. Es en esa dirección donde estamos enfocando nuestros esfuerzos ahora.

¿Cuántas personas visitan el jardín diariamente?

La afluencia de personas al Jardín Botánico varía mucho de un día a otro. Por ejemplo, los lunes estamos cerrados, pero los martes y miércoles suele venir poca gente, unas 50 personas, generalmente familias. Los jueves y viernes recibimos muchos colegios, por lo que en esos días pueden venir entre 100 y 200 personas, la mayoría niños. También suelen visitarnos adultos mayores, que llegan temprano. Los fines de semana, la asistencia aumenta y recibimos más familias y extranjeros.

¿Qué actividades turísticas se pueden hacer dentro del jardín?

El Jardín Botánico está abierto de 5:30 a 7:30 de la mañana de forma gratuita para los caminantes. A partir de las 8:00 hasta las 16:00 horas, hay una tarifa de entrada. Dentro del jardín, ofrecemos visitas guiadas a cargo de nuestros gestores ambientales, y realizamos jornadas especiales que incluyen actividades pedagógicas para colegios, así como charlas sobre plantas, residuos y otros temas ambientales. Para conocer la programación especial, se puede consultar nuestras redes sociales, donde se proyecta la información sobre los recorridos guiados y las actividades disponibles.

¿Cuál es la importancia cultural del Jardín Botánico Eloy Valenzuela para el territorio?

El Jardín Botánico los Valenzuela se enfoca principalmente en la conservación de plantas y la biodiversidad, pero también es un espacio cultural. Lo vemos como un museo vivo, donde se promueven actividades culturales, sociales e incluso deportivas. La idea es armonizar la naturaleza con las personas, de modo que no sea solo un sitio de conservación aislado, sino un lugar donde se puedan realizar actividades, siempre bajo una reglamentación adecuada. Además, estamos trabajando en una agenda cultural para complementar la oferta del jardín. Aunque he hablado mucho de plantas, también albergamos fauna de forma natural. El área del jardín colinda con el río Frío, formando un corredor biológico por donde entran y salen diversas especies de aves y mamíferos tanto de día como de noche. También tenemos más de 100 tortugas morrocoy en los lagos, junto con iguanas, ardillas y otras especies que los visitantes pueden encontrar.

¿Qué es lo más especial del Jardín Botánico Eloy Valenzuela?

En el Jardín Botánico, los visitantes se encontrarán con un bosque seco tropical que alberga especies únicas que no se encuentran en ninguna otra parte del mundo. Por ejemplo, la Iglesia Chicamocha, que solo crece en el cañón del Chicamocha, y en algunas áreas de Cocoa y Guaca, es exclusiva de Santander, aunque su acceso es bastante difícil y lejano. También se pueden encontrar otras especies como el Samhain y el Sabal que datan de la época de los dinosaurios. La experiencia no solo implica observar las plantas y árboles, sino también fijarse en la señalética y en la información sobre las especies únicas y amenazadas que tenemos. Muchos visitantes extranjeros quedan asombrados al descubrir la diversidad y belleza de nuestro jardín, donde también se pueden ver rocas, cactus y cujíes, todos representativos del bosque seco en esta pequeña zona.

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Por Diego Suárez

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