Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Usted ya se habrá encontrado varias veces su nombre en bálsamos, cosméticos, aceites, esencias e incluso en productos de limpieza para el hogar: la popularidad de la lavanda no conoce límites.
Y no es para menos, estamos hablando de una planta en la que resaltan dos características que resultan muy llamativas: el olor fresco, dulce e intenso y los colores vibrantes que recorren las variaciones de morados, lilas, azules y violetas. Pertenece a un género de plantas que contiene por lo menos 60 especies, que puede llegar a medir metro y medio de altura, y que, además, puede ser cultivada tanto en exteriores como en interiores. ¿Cómo no ser popular?
Lea también: Un regalo para los sentidos: las plantas ideales para aromatizar su hogar
A eso se suman los cuidados, que resultan pocos en comparación a las bondades de la planta. La clave en este caso será, en un gran porcentaje, la luz. No perdamos de vista que se trata de una planta silvestre y rústica que puede desarrollarse incluso en zonas rocosas. En resumidas cuentas, una especie que requiere mucha luz (sol directo al menos unas 6 horas al día) y es resistente a los cambios de temperatura, pues puede soportar hasta -15 grados centígrados. De ahí que sea ideal para balcones y terrazas, incluso si son de altura.
El riego es otro asunto clave porque no es una planta amiga del exceso de agua ni de los encharcamientos. Se aconseja un riego semanal y siempre enfocado en humedecer el sustrato y no las ramas o las flores que son propensas a la aparición de hongos. Si el ambiente es muy húmedo o está en un lugar muy frío, el riego puede ser más espaciado. Haga el ejercicio de revisar su planta antes de darle agua y constate primero que la tierra está completamente seca.
Le puede interesar: La millonaria, la del dinero, la de la fortuna: una planta sencilla, pero mágica
Si quiere plantar la lavanda en un jardín, tenga en cuenta que necesita un suelo arenoso que le permita filtrar fácilmente el agua. Si por el contrario está pensando en una matera, lo importante será hacerlo en una que tenga por lo menos 30 centímetros de diámetro, pues la planta necesita buen espacio para que las raíces se desarrollen correctamente. También se aconseja que la matera sea de materiales como la cerámica, que permite una mejor evaporación del exceso de agua, y que tenga un sistema de drenaje bueno para evitar raíces podridas.
Al tratarse de este tipo de planta- poca exigencia en la calidad del suelo-, la lavanda no requiere abono constante; de hecho hacerlo puede llegar a afectar su proceso de floración y de paso hacer que pierda su aroma. Si tiene los cuidados correctos, esta planta puede durar varios años después de que alcance su vida adulta. Eso sí, requiere ser podada para retirar las hojas muertas y las flores marchitas que consumen nutrientes.
🌳 ☘️ 🌿 Encuentre en La Huerta toda la información sobre plantas, jardinería, cultivos y siembra. 🍂🌺 🌼