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El espatifilo, conocida popularmente como lirio de paz o cuna de Moisés, es una planta de interiores con un amplio repertorio de posibilidades. ¿Quiere que esté en agua? Se puede. ¿En matera? También. ¿Necesita una planta de pocos cuidados? El lirio se adapta a esta necesidad. ¿Una planta para la oficina? Bienvenido, traerá flores a su espacio de trabajo.
Una de las palabras que más se usa para describir a esta planta es elegancia, por su porte altivo y sus abundantes hojas de verde intenso que contrastan mucho con sus flores blancas y casi que constantes. Sin duda, una gran candidata para llevar vida a prácticamente cualquier rincón.
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El blanco de sus flores es la razón por la cual se le denomina lirio (o flor) de paz. Pero más allá de esta asociación, la resistencia y frecuencia de sus flores bien podría ganarle relaciones más estables con palabras menos volubles, como duración o abundancia, si se quiere.
Además de su porte y presencia, el lirio de paz es muy popular por las facilidades que ofrece en el cuidado, lo que la vuelve perfecta para personas que están recién entrando en el mundo de la jardinería o para quienes quieren tener presencia vegetal en sus vidas sin necesidad de llamarse jardineros, conocedores o expertos.
Características y cuidados del lirio de la paz
El lirio de la paz es una planta que requiere estar en interiores, preferiblemente, por dos buenas razones: no la va muy bien con las corrientes fuertes de aire (adiós terrazas y balcones en altura) y, aunque es amiga de la luz, no la soporta de a mucho cuando le cae de forma directa.
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Ahora bien, aunque puede adaptarse a lugares de semisombra, su despliegue completo de belleza y duración se conseguirá si se le ubica cerca a una ventana, pero cuidando que la luz que le llegue no sea, como ya dijimos, directamente.
La radiación solar directa quema las hojas y marchita las flores.
Si se opta por un ambiente acuático para el lirio, debe recibir cambios de agua al menos una vez por semana.
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Sembrada en tierra, lo ideal es mantener húmeda la tierra, pero con el debido cuidado de no encharcar las raíces. Esto significa que, con una temperatura que no baje de los 15 grados centígrados, el lirio podría necesitar de agua un par de veces por semana, aunque de forma moderada. Aquí es clave que la matera tenga buen drenaje.
Hay que tener cuidado en donde se ubica, pues puede resultar tóxica si perros o gatos comen partes de la planta.
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