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Si usted está leyendo este artículo probablemente tiene más dudas que certezas sobre el cuidado correcto de las plantas que tienen en su hogar u oficina. Quizás haya pasado ya varias veces por procesos de recambio de plantas que murieron pronto bajo su tutela, a pesar de que se esforzó por regarlas y mantenerlas en condiciones favorables. En casos extremos, habrá desistido ya de tener plantas en sus espacios ante la decepción de no haber obtenido los resultados que deseaba.
Si ese es el caso, no se desanime y siga la lectura. En el mundo de la jardinería los procesos son lentos y no siempre exitosos. Además, si bien es cierto que existen pautas generales para los cuidados, también lo es que hay que tener muy en cuenta ciertos aspectos puntuales. Quédese con nosotros.
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1. Conozca la especie
Regla universal en el cuidado de las plantas: una talla no se ajusta a todos los casos. No es necesario que se vuelva un experto botánico ni mucho menos un jardinero profesional, pero sí es clave que entienda qué tipo de planta va a cuidar y cuáles son sus necesidades específicas. No es lo mismo una especie de interiores a una de exteriores, como tampoco una originaria de zonas secas a una de ambientes tropicales, pues esos factores hacen la diferencia a la hora de pensar en decisiones sencillas como en qué lugar de la casa u oficina va a ubicar su planta.
2. La temperatura del ambiente importa
No es un asunto para complicarse de más, pero si algo para tener en cuenta. Si usted se encuentra en una oficina, casa o apartamento que recibe mucho sol durante el día, la temperatura ambiente será más alta que la de un lugar que no recibe sol y está más a la sombra, normal. Los espacios se calientan y por tanto las plantas consumen más o menos agua dependiendo de eso. Aplica igual para las corrientes de aire: no serán las mismas en un apartamento de un primer piso que en un apartamento de un piso 20. Hay especies que no soportan las corrientes de aire fuertes, mientras que hay otras mucho más resistentes que no sufren en condiciones similares.
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3. Riego para todas, pero no por igual
Parece una obviedad, pero es un error muy frecuente, sobre todo entre quienes tienen varias especies de plantas. Es probable que usted haya sistematizado un horario de riego y haya designado un día o dos de la semana para dedicarle un tiempo a ese proceso.
Sin embargo, eso no quiere decir que todas las plantas deban regarse por igual, ni todas la misma cantidad de días. Los requerimientos de agua de las plantas cambian según las especies (además del ambiente), y mientras unas exigen mayor cantidad de humedad, hay otras que pueden pasar semanas enteras con un solo riego.
El consejo acá es organizarse. Elija dos días a la semana para la tarea: en uno regará todas las plantas y en el otro solo aquellas que requieren más de un riego semanal (o más, si es el caso).
Si puede tomarse el tiempo de hacerle prueba de humedad al sustrato (enterrar un palito en la tierra para ver qué tan mojada está en la profundidad), hágalo, sobre todo en los primeros riegos para ir entendiendo las necesidades de cada especie. Así podrá saber con más certeza cuáles son las que necesitan agua más de una vez por semana. Recuerde que en la jardinería es mejor pecar por falta y no por exceso de agua.
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4. Ojo a la elección de la matera
Uno de los principales errores es regar demasiado las plantas cuando no le hemos cogido aún el ritmo a la cantidad de agua que necesitan. Por eso las materas son importantes, necesitan en general un buen sistema de drenaje que les permita a las raíces respirar y sacar el exceso de agua que a veces les proporcionamos.
Una matera sin desagüe llevará seguramente a que la planta sufra de lo que se conoce como asfixia radicular, es decir raíces ahogadas porque se han encharcado con agua sobrante de riego.
5. Y se hizo la luz
Si bien es cierto que las plantas necesitan luz para poder realizar el proceso de fotosíntesis y desarrollarse correctamente, pero no todas necesitan la misma cantidad o en los mismos niveles de intensidad.
Al adquir una planta, asegurese siempre de preguntar si es de sombra, semisombra, si necesita luz en grandes cantidades o si soporta bien los rayos directos del sol. La falta o ausencia de luz es lo que produce hojas secas, manchadas, débiles, despigmentadas o quemadas, e incluso retrasa o entorpece los procesos de floración en algunas especies.
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