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En el reino de la botánica, algunas plantas capturan nuestra atención debido a su belleza, historia o características únicas. Entre ellas se encuentra el malvavisco, conocida científicamente como Althaea officinalis, cuyo nombre deriva del griego “althainein”, que se traduce al español como “curar”, lo que da cuenta de la asociación que ha tenido durante siglos con los usos medicinales.
Esta planta perenne, originaria de Europa y África, prospera en terrenos húmedos, especialmente cerca de ríos y lagos. Su apariencia distintiva la hace destacar: su tallo erguido y ramificado puede alcanzar hasta dos metros de altura, mientras que sus hojas ovaladas y dentadas están cubiertas de pelos suaves. Sus flores, que van desde el blanco hasta el rosa pálido, se agrupan en racimos axilares.
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Más allá de su belleza, el malvavisco muestra su verdadero potencial en su raíz. Esta parte, notablemente gruesa, carnosa y llena de mucílagos, es la que se emplea con fines medicinales, lo que ha contribuido a convertir al malvavisco en la valiosa planta que reconocemos en la actualidad.
Su uso medicinal
El malvavisco ha sido utilizado desde tiempos antiguos como un remedio para las inflamaciones tanto internas como externas. Este interés en sus propiedades medicinales ha llevado a diversas investigaciones, como “Plantas medicinales y predictibilidad de uso en algunas veredas del corregimiento de San Cristóbal (Antioquia), Colombia” publicado en la revista Actualidades Biológicas en 2016, el cual fue realizado por dos profesores de la Universidad Nacional de Colombia sede Medellín y la Universidad de Antioquia, a destacar el uso de los componentes de las plantas en la medicina. El estudio realizó un registro de plantas medicinales en el Corregimiento de San Cristóbal durante siete meses, identificando 105 especies pertenecientes a 43 familias, para buscar anticipar el uso medicinal de las plantas según su familia botánica. De la familia Malvaceae encontraron que se usaba para:
- Enfermedades del sistema digestivo (ESD)
- Enfermedades del sistema genital urinario (ESGU)
- Enfermedades de los oídos y procesos mastoides (EOM)
- Ciertas enfermedades infecciosas y parasitarias (IEP)
- Neoplasia (NEO)
- Síntomas, signos y hallazgos anormales clínicos y de laboratorio, no clasificados en otra parte (SSNC)
Otras investigaciones, como la llevada a cabo por la revista Avicenna Journal of Phytomedicine en 2012, titulada “El contenido de antioxidantes y flavonoides de las flores de Althaea officinalis L. según su color”, han señalado que la planta se consume para tratar afecciones estomacales. Además, el malvavisco ha sido utilizado como expectorante, aliviando la tos en casos de bronquitis, enfisema o asma. Asimismo, de acuerdo con un documento publicado por la revista Dominio de las Ciencias, titulado “Extracción, propiedades y beneficios de los mucílagos” del año 2020, el malvavisco es útil en el tratamiento de quemaduras, abscesos, entre otras condiciones cutáneas.
A pesar de estos usos reconocidos, como con todas las plantas medicinales, su consumo no reemplaza tratamientos médicos certificados o la visita a un profesional de la medicina.
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Cómo cuidarla
Estos son los principales cuidados que debe tener en cuenta para cultivar malvavisco en su jardín:
1. Clima: Como mencionamos anteriormente, esta planta prefiere temperaturas y climas templados, incluso calurosos, con temperaturas en un rango de 20 a 38 grados centígrados. Por lo tanto, no le importa estar expuesta al pleno sol, ya que esto favorece su desarrollo. Es recomendable aplicar un acolchado, como paja o corteza de pino, para proteger las raíces durante el invierno y evitar la pérdida de humedad en el suelo durante el verano.
Ojo: No tolera el frío, por lo que cualquier temperatura cerca a 0° grados puede perjudicarla. Si hay fríos extremos, manténgala en casa, pero cerca a lugares con mucho calor.
2. Suelo: El suelo debe ser fértil y rico en materia orgánica, proporcionando los nutrientes necesarios para el crecimiento de la planta. Es importante mantener el suelo húmedo pero no encharcado, especialmente durante el verano.
3. Riego: El malvavisco requiere riegos profundos y abundantes para mantener el suelo húmedo. Durante el verano, es preferible regar con frecuencia para evitar que la planta se seque. Los riegos deben ser profundos y suficientes para humedecer el suelo, ya sea en el jardín o en macetas.
4. Siembra: La siembra del malvavisco se realiza a partir de semillas, por ello debe remojarlas en agua durante aproximadamente 48 horas antes de sembrarlas en el suelo, dejando una distancia adecuada entre ellas.
5. Poda: La poda ayuda a acelerar el desarrollo de la planta. Se deben eliminar las flores y ramas marchitas, dejando solo aquellas que estén sanas. La poda se realiza preferiblemente a principios de la primavera para estimular el crecimiento. Es importante eliminar las ramas que crecen hacia el interior para permitir que los rayos solares lleguen a la planta.
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