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Las margaritas, con su apariencia sencilla, es una de las flores más apreciadas por jardineros y amantes de la naturaleza, pues su facilidad de cuidado y notable resistencia a diferentes climas las convierten en una opción ideal para todo tipo de personas que desean tener una planta en su hogar.
Se trata de una planta herbácea perenne que alcanza entre 25 y 70 centímetros de altura, y que se distingue por sus llamativas flores de hasta 15 centímetros de diámetro. Sin embargo, lo que comúnmente se percibe como una única flor es en realidad una inflorescencia que está dispuesta por dos tipos de flores diferentes:
- Las flores del borde o lígulas: Generalmente blancas y de función femenina, forman los llamados “pétalos” de la margarita.
- Las flores del centro o flósculos: Usualmente amarillas y hermafroditas, constituyen el disco central.
A pesar de sus diferencias visuales y funcionales, ambos tipos de flores en la margarita comparten una característica fundamental: cada una posee cinco pétalos fusionados. Esta disposición floral no es exclusiva de las margaritas, sino que es una característica distintiva de toda la familia Asteraceae, también conocida como compuestas. Plantas como la lechuga (Lactuca sativa), la alcachofa (Cynara scolymus) y el girasol (Helianthus annuus) también presentan esta misma estructura.
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Ya sea en una maceta, un jardín cuidado o un prado silvestre, estas flores se adaptan a diversos tipos de suelo, incluso en aquellos menos fértiles, lo que las convierte en una opción ideal para principiantes.
Cuidados
Aunque son resistentes y aptas para principiantes, las margaritas necesitan de un cuidado regular, pues esto garantizará plantas que estén más saludables y tengan una floración más abundante.
Luz y temperatura
- El lugar ideal para las margaritas es a pleno sol, aunque también pueden crecer bien en semisombra
- Es importante que reciban al menos 6 horas de luz solar al día para asegurar un buen crecimiento y floración.
- Las margaritas prosperan en temperaturas que oscilan entre 15°C y 25°C. Sin embargo, son bastante adaptables y pueden soportar tanto el calor como el frío, incluyendo las heladas.
Riego
- Necesita riego constante sin encharcamientos, por ello riegue profundamente cuando la capa superior del suelo esté seca al tacto.
- Es mejor regar por la mañana temprano o al atardecer, cuando las temperaturas son más frescas. Además, use agua templada evitando el agua fría, ya que puede dañar las raíces.
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Suelo
- Las margaritas prefieren suelos bien drenados y ricos en materia orgánica. Por ello, evité los suelos arcillosos o compactos que retienen demasiada agua y pueden causar pudrición de las raíces. En este artículo le decimos como entender los diferentes tipos de suelo.
Fertilización
- Para promover una floración abundante y colores intensos, utilice un fertilizante equilibrado específico para margaritas y luego abone una vez al mes, especialmente si están plantadas en macetas.
- Se recomienda abono líquido rico en potasio y fósforo o compost casero.
Poda
- Para estimular una nueva floración y mantener la planta compacta, es recomendable realizar una poda ligera después de cada floración.
Trasplante
- Si tienes margaritas en maceta, es importante trasplantarlas a una maceta más grande cada dos años, utilizando un sustrato fresco y drenante.
Reproducción
- Para sembrar margaritas, prepare un semillero con tierra ligera y bien drenada, luego esparza las semillas sobre la superficie sin enterrarlas demasiado. Cubre el semillero con plástico transparente para mantener la humedad y colóquelo en un lugar luminoso pero sin sol directo. La germinación suele ocurrir en 1-3 semanas. Una vez que las plántulas tengan 2-3 pares de hojas verdaderas, trasplántelas a su ubicación definitiva.
Enfermedades comunes:
- Aunque las margaritas son resistentes, pueden verse afectadas por enfermedades como el oídio, el mildiu o el algodoncillo. Por ello, es importante inspeccionar regularmente las plantas y tratar cualquier signo de enfermedad lo antes posible.
Plagas y Enfermedades
- Aunque las margaritas son bastante resistentes a plagas y enfermedades, es fundamental vigilarlas regularmente. Ante cualquier signo de infección, trata las plantas inmediatamente para evitar la propagación de problemas.
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