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Cultivar cebollas amarillas en casa es una forma de llevar frescura y sabor a sus comidas mientras aprovecha al máximo su espacio. Allium cepa, nombre científico de la cebolla amarilla, es una planta adaptable que se puede cultivar con éxito en macetas, jardineras o incluso en pequeños espacios interiores. A continuación, podrá tener una guía del proceso de siembra, cuidados esenciales y consejos prácticos para que pueda disfrutar de cebollas frescas directamente desde su hogar, independientemente de cuán limitado sea tu espacio de cultivo.
De acuerdo con David López, agricultor urbano de Colviveros en la sede de Medellín, la Allium cepa amarilla es la cebolla más común en Colombia, porque es la que más se utiliza para cocinar. “Es una planta compleja y robusta que combina varias estructuras y funciones para su crecimiento y reproducción, convirtiéndola en un cultivo valioso y versátil tanto en huertos domésticos como en grandes campos agrícolas”. Esta es la estructura física de la cebolla:
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Bulbo: Es redondeado a ligeramente ovalado. suele ser más grande en comparación con algunas otras variedades. Varía dependiendo de la variedad específica y las condiciones de crecimiento, pero generalmente mide entre 5 y 10 cm de diámetro. La piel exterior es de color marrón dorados, que es característica de las cebollas amarillas. La carne interna es de color blanco a amarillento.
Hojas: La cebolla amarilla produce varias hojas largas y estrechas que crecen desde el bulbo. Estas hojas se agrupan en un racimo y emergen directamente desde la base del bulbo.
Forma: Las hojas son alargadas, estrechas y planas, con bordes ligeramente ondulados. Su longitud puede variar, pero suelen alcanzar entre 30 y 60 cm de altura.
Color: Las hojas son de color verde brillante cuando están frescas y sanas. Con el tiempo, pueden volverse amarillas y secarse.
Tallo Floral: En caso de que la cebolla se permita florecer, lo cual es raro, según explica López, produce un tallo floral erecto y delgado que se eleva desde el centro del racimo de hojas. El tallo floral puede alcanzar alturas de 60 a 90 cm, y las flores son pequeñas, de color blanco o verde pálido, y se agrupan en un umbelo en la parte superior del tallo.
Raíces: Las cebollas tienen un sistema radicular fibroso que se extiende desde la base del bulbo, las raíces son finas y blancas, y su función principal es absorber agua y nutrientes del suelo. Las raíces se extienden radialmente desde la base del bulbo y no profundizan demasiado, ya que las cebollas prefieren suelos sueltos y bien drenados.
Guía para sembrarla en su huerta
Preparación del suelo: Escoja un área con buena exposición solar, al menos 6-8 horas de sol directo al día. El suelo debe ser bien drenado y tener un pH entre 6.0 y 7.0. Labre el suelo para aflojarlo y eliminar piedras y raíces, asegúrese de que el suelo sea suelto y aireado para permitir un buen desarrollo del bulbo. Mejore el suelo con compost o estiércol bien descompuesto para enriquecerlo con nutrientes. Esto también ayuda a mejorar la estructura del suelo y su capacidad de retención de agua.
Selección y preparación de semillas o bulbos: Si usa semillas, siembre en interiores 8-10 semanas antes de la última helada esperada, en bandejas o macetas con sustrato para siembra. Si prefieres usar bulbos (plántulas), elija bulbos de cebolla amarilla saludables y de buen tamaño. Los bulbos deben estar libres de manchas o daños. Si siembra semillas directamente, remójelas en agua durante 24 horas antes de la siembra para mejorar la germinación.
Siembra: En interior, siembra las semillas en bandejas con sustrato ligero y húmedo, coloque las bandejas en un lugar cálido con luz indirecta y mantenga el sustrato húmedo, pero no encharcado. En exterior, siembre las semillas directamente en el suelo cuando la temperatura del suelo sea de al menos 10°C, las semillas deben estar a 1-2 cm de profundidad y 2-3 cm de distancia entre ellas. Si usa bulbos, plante los bulbos en el suelo a una profundidad de aproximadamente 2-3 cm, con la punta del bulbo hacia arriba y espacie los bulbos a 10-15 cm de distancia entre sí.
Riego: Mantenga el suelo constantemente húmedo, pero bien drenado. Riéguelo regularmente, especialmente en periodos secos, pero evite el exceso de agua que pueda causar pudrición. Riegue a nivel del suelo, evitando mojar las hojas. El riego por goteo es ideal para mantener una humedad constante y evitar enfermedades.
Fertilización: Aplique un fertilizante equilibrado (como 10-10-10) o uno específico para cebollas. Fertilice al momento de la siembra y luego cada 3-4 semanas. Evite el exceso de nitrógeno, ya que puede promover un crecimiento excesivo de hojas en lugar de bulbos.
Desmalezado: Elimine las malas hierbas alrededor de las cebollas, ya que compiten por agua y nutrientes. Use una azada o herramienta de desmalezado con cuidado para no dañar las raíces de las cebollas. Desmalece regularmente, especialmente en las primeras etapas de crecimiento. No es necesario podar las cebollas, pero puedes retirar las hojas dañadas o enfermas para prevenir la propagación de enfermedades.
Cosecha: La cebolla amarilla está lista para cosechar cuando las hojas comienzan a secarse y caerse. Esto suele ocurrir alrededor de 3-4 meses después de la siembra. El método de cosecha es arrancar las cebollas del suelo con cuidado, utilizando una herramienta de jardinería si es necesario. Evite dañar los bulbos. Después de la cosecha, seca los bulbos en un lugar bien ventilado durante 2-3 semanas. Esto ayuda a curar la piel y prolongar la vida útil.
Almacenamiento: Guarde las cebollas secas en un lugar fresco, seco y oscuro. Use cestas o mallas para permitir una buena circulación de aire y evitar la formación de moho.
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“Sembrar cebolla amarilla en casa tiene varios beneficios, tanto para su huerta como para su cocina. Primero un control de calidad, ya que puedes asegurarse de que las cebollas estén libres de pesticidas y químicos. Segundo, no requieren mucho espacio para crecer, lo que las hace ideales para huertas urbanas o jardines pequeños. Se pueden cultivar en macetas, jardineras o en huertas verticales. Tercero, las cebollas amarillas son ricas en antioxidantes, vitaminas y minerales, como la vitamina C, el ácido fólico, el potasio y el manganeso. También tienen propiedades antiinflamatorias y pueden apoyar la salud cardiovascular, y, además, tienen un ciclo de crecimiento relativamente rápido, lo que le permite cosecharlas en un período de tiempo más corto en comparación con otras verduras”, señaló el experto.
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