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Si usted se encuentra leyendo esta historia quizás hace parte del alto porcentaje de personas que, o tienen una orquídea y les ha costado mantenerla florecida, o quieren tener una y les preocupa el régimen de cuidado para poder mantenerla. No tire la toalla y continúe con nosotros.
Lo primero es entender que hay tantas variedades de orquídeas, que para poder detenernos a explicar y detallar las características de cada una de las cerca de 25 mil especies necesitaríamos casi un libro entero, o quizás una enciclopedia por tomos. Así que acá esbozaremos una líneas generales para entender de qué estamos hablando.
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De hecho, solo en Colombia se han documentado 4.270 especies de orquídeas, 1.572 de ellas endémicas. Del total, 2.542 especies se cultivan en la región Andina: departamentos como Antioquia, Boyacá, Caldas y Cundinamarca.
PILAS CON LA LUZ
Las orquídeas son plantas tropicales y dependiendo de la especie y de las condiciones climáticas, pueden dar flores hasta tres veces al año y su floración puede prolongarse incluso hasta seis meses. Se caracterizan por tener hojas grandes y de verdes vibrantes y contundentes que sirven para capturar luz. Por eso no necesitan sol directo (incluso les hace daño) y es preferible mantenerlas en lugares con luz tamizada y protegidas de corrientes de aire fuertes.
LA CLAVE ESTÁ EN LA MATERA
La otra clave en el cuidado de las orquídeas está en las materas, que deben ser transparentes con el objetivo de que se puedan ver las raíces. ¿Por qué? es la mejor forma de saber si la planta se encuentra en buen estado de salud. El color de las raíces también dirá la cantidad de agua que necesita la planta o qué tan pronto será necesario regarla de nuevo. Si las raíces son verdes, la planta está lo suficientemente húmeda, si son grisáceas, la planta ya requiere agua. Y acá un dato importante: se necesita solo unos días para matar una orquídea por exceso de agua y varios meses para matarla por deshidratación. Así que es preferible pecar por omisión y no por exceso.
Para humedecerlas puede regar el sustrato directamente y dejar que escurra lo necesario, o simplemente sumergir la matera transparente en un recipiente con agua (cuidando que el agua no llegue hasta las hojas) por un tiempo no superior a 10 minutos para que las raíces absorban todo el líquido que requieran. Revise que la matera tenga las perforaciones en el fondo para que la planta pueda tomar el agua.
También puede regar por aspersión la parte de arriba, unas 10 atomizaciones, para que llegue agua a otras zonas de la planta y un poco a las hojas.
NO OLVIDE FERTILIZAR
Dentro de todo el proceso es importante no olvidar la fertilización, un paso clave para el desarrollo óptimo de las flores. Se aconseja que la fertilización se realice después del riego con fertilizante específico para orquídeas que tiene concentraciones especiales de nitrógeno, potasio y fósforo. La cantidad depende del tamaño de la orquídea.