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¿Para qué sirve el arroz en las plantas?

El arroz, en sus diversas formas, es un recurso natural que mejora el suelo, aporta nutrientes y promueve el crecimiento saludable de las plantas. Conozca cómo y por qué.

Diego Suárez
10 de noviembre de 2024 - 09:00 p. m.
El uso de agua de arroz fermentada en las plantas puede tener beneficios específicos debido a su contenido en nutrientes y microorganismos favorables para el crecimiento vegetal.
El uso de agua de arroz fermentada en las plantas puede tener beneficios específicos debido a su contenido en nutrientes y microorganismos favorables para el crecimiento vegetal.
Foto: CSIC/EFE - César Hernández Regal/CSIC
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El arroz no solo tiene un papel crucial en la alimentación, sino que también puede ser un recurso valioso en el ámbito de la jardinería y el cultivo de plantas. Sus propiedades pueden favorecer el crecimiento y desarrollo de las plantas mediante diversos mecanismos que van desde la mejora del suelo hasta la promoción de la actividad microbiana. Aunque a menudo se piensa en el arroz solo como un alimento, el uso del arroz en sus diferentes formas –ya sea como grano, agua de arroz o cascarilla– puede aportar beneficios específicos para el cuidado de plantas.

De acuerdo con un estudio publicado en 2020 en el Journal of Soil Biology por un equipo de investigadores de la Universidad de Agricultura de Tokio, el uso de agua de arroz fermentada en las plantas puede tener beneficios específicos debido a su contenido en nutrientes y microorganismos favorables para el crecimiento vegetal. Este estudio, titulado “Efecto del agua de arroz fermentada en el crecimiento de plántulas”, demostró que esta agua contiene compuestos orgánicos, como ácido láctico y ciertos aminoácidos, que pueden actuar como bioestimulantes naturales. Según el estudio, estos compuestos promueven el desarrollo de las raíces y mejoran la absorción de nutrientes, lo que contribuye a un crecimiento más vigoroso de las plantas.

Además del agua de arroz, otros derivados como la cascarilla del arroz también aportan beneficios. La cascarilla, una vez descompuesta, puede servir como una fuente de carbono y mejorar la estructura del suelo. Esta capacidad de mejorar la textura y retención de agua en el suelo es esencial para el desarrollo radicular y la salud general de la planta. Por otro lado, los granos de arroz, al descomponerse, liberan azúcares y otros elementos orgánicos que fomentan la actividad de microorganismos benéficos en el suelo, lo cual enriquece el ecosistema de la planta.

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El agua de arroz, ya sea en su forma regular o fermentada, ha ganado popularidad entre los jardineros domésticos debido a su potencial para mejorar el crecimiento de las plantas. Cuando se cocina arroz, el agua resultante contiene trazas de nutrientes como potasio, fósforo y pequeñas cantidades de nitrógeno. Estos nutrientes son esenciales para la planta, especialmente durante las primeras etapas de crecimiento.

En el estudio de 2020, los investigadores recolectaron agua de arroz y la sometieron a un proceso de fermentación de 48 horas a temperatura ambiente, lo que permitió la proliferación de bacterias lácticas y la acumulación de ácidos orgánicos. Luego, se aplicó esta solución a plántulas de tomate y lechuga, y se compararon los resultados con plantas regadas con agua normal. Los resultados indicaron un aumento en el crecimiento de las raíces y un mayor número de hojas en las plantas tratadas con agua de arroz fermentada. Según los autores, el ácido láctico actúa como un regulador de pH en el suelo, lo que facilita la absorción de nutrientes y promueve un ambiente saludable para las raíces.

Además, el agua de arroz fermentada parece tener un efecto positivo en la salud microbiana del suelo. Los compuestos orgánicos y los microorganismos presentes en el agua de arroz proporcionan un entorno favorable para bacterias y hongos beneficiosos que ayudan a la planta a defenderse de patógenos del suelo. De acuerdo con los investigadores, estos efectos contribuyen a una jardinería más sostenible y libre de químicos.

La cascarilla de arroz es otro recurso útil que se ha utilizado en la agricultura y la jardinería como acondicionador de suelo. Su estructura ligera y porosa la convierte en un aditivo ideal para mejorar la aireación y drenaje del suelo. Según el estudio, la aplicación de cascarilla de arroz en suelos de cultivos de hortalizas mostró una mejora en la retención de agua y en la capacidad de drenaje, lo cual es crucial para evitar problemas de raíces encharcadas.

Proceso de preparación de la cascarilla de arroz para jardinería

Luis González, experto en jardinería de la Universidad Nacional, con experiencia en el uso de enmiendas orgánicas, explica que la cascarilla de arroz debe ser sometida a un proceso de compostaje o carbonización para maximizar su efectividad en el suelo. “La carbonización de la cascarilla crea una estructura tipo carbón vegetal que no solo mejora la textura del suelo, sino que también facilita la retención de agua sin comprometer el drenaje. Una vez lista, se recomienda mezclar la cascarilla de arroz con la capa superior del suelo, a razón de un 10-20% en volumen. Esta mezcla resulta especialmente beneficiosa en suelos pesados, como los de arcilla, que tienden a compactarse y dificultar el crecimiento radicular”, dice González.

Cuando se añade arroz directamente al suelo, este grano actúa como una fuente de carbono para los microorganismos, fomentando su actividad y contribuyendo al ciclo de nutrientes. Al descomponerse, el arroz libera azúcares que alimentan bacterias y hongos beneficiosos en el suelo. Estos microorganismos son fundamentales en la descomposición de materia orgánica y en la conversión de nutrientes en formas disponibles para la planta.

Sin embargo, “el uso de arroz crudo en el suelo requiere precaución. El exceso de arroz puede atraer plagas como roedores o crear problemas de mal olor debido a su descomposición. Para evitar estos problemas, algunos expertos recomiendan enterrar el arroz a mayor profundidad y mezclarlo con otros materiales orgánicos, como compost o restos de poda, lo cual ayuda a acelerar el proceso de descomposición sin efectos negativos en la superficie”, señala el experto.

El suelo debe hacerse en pequeñas cantidades y con supervisión. “El arroz puede ser un recurso valioso, pero su descomposición debe manejarse adecuadamente para evitar problemas de fermentación o aparición de hongos patógenos. Recomiendo utilizar agua de arroz fermentada o cascarilla de arroz carbonizada como alternativas más seguras y eficaces”, explica González.

El arroz en sus diferentes formas puede contribuir de manera significativa al cuidado de las plantas, aportando nutrientes, mejorando la estructura del suelo y fomentando la actividad microbiana. El agua de arroz fermentada ofrece una fuente accesible de bioestimulantes naturales, especialmente útil para plantas jóvenes o de interior. La cascarilla de arroz carbonizada es un acondicionador de suelo versátil que puede mejorar la estructura del suelo en jardinería y pequeñas huertas, mientras que los granos de arroz en sí mismos proporcionan un aporte de carbono para el suelo.

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Por Diego Suárez

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